¿Ecuador apostó por el salto al vacío?
Finalmente en el lance decisivo el candidato de Hugo Chávez ganó la segunda vuelta electoral en el Ecuador. Rafael Correa, líder del Movimiento Alianza País, aventaja por de 13 puntos según los resultados dados por encuestadoras a boca de urna y de acuerdo a las primeras proyecciones de votos que se vienen dando en el vecino país del norte.
Alvaro Novoa cometió gruesos errores en su estrategia de campaña para esta segunda vuelta, que fue muy bien aprovechado por un carismático Correa, con un prédica
Rafael Correa, virtual presidente electo en Ecuador.
contra el TLC y una nueva constitución.
Pero no sabemos como Correa logrará que el parlamento apruebe las reformas para la asamblea Constituyente si no presentó candidatos para diputados.
Se vislumbran grandes fricciones políticas en el Ecuador y no sería de extrañar que se agudicen las tensiones sociales y el flamante presidente no vea concluir su mandato, en el caso que el computo final determine su triunfo, como ha sido la tónica con los últimos presidentes elegidos.
A continuación apoyándonos en algunos extractos que hemos tomado de El Comercio de Quito sobre estas elecciones, creemos que Ecuador ha apostado por el salto al vacío.
Álvaro Noboa perdió por tercera vez. Su favoritismo, al inicio de la segunda vuelta se diluyó a lo largo de una campaña de casi mes y medio. En ese período se juntaron a él viejos rostros de partidos tradicionales -como el PRE y el PSC- cuyos dirigentes anunciaron su preferencia por el aspirante prianista. Aquello rebotó en un electorado que viene clamando por una renovación de la política. Noboa dejó de ser percibido como un político de nueva data.
Sus ataques a medios como Ecuavisa agigantaron su imagen de político intolerante a la crítica que, como Presidente, podría atentar contra la libertad de expresión. Fueron errores de bulto que al final pesaron en la elección presidencial.
¿Cuál fue la apuesta de Correa? Ir en pos de los votos que Sociedad Patriótica logró en el sector agrario campesino de la Sierra y la Costa, con la bandera de la no firma del TLC, que a su criterio será perjudicial para el productor de consumo interno. También echó mano de las ofertas desmedidas, y ese será uno de sus pasivos: si no cumple sus promesas de vivienda y empleo, rebaja de impuestos, aumento de subsidios y tarifas, causará descontento, y si las cumple puede afectar el presupuesto fiscal.
Las otras dificultades son más de fondo: como es costumbre en la mayoría de las últimas elecciones presidenciales, el votante buscó un contrapeso entre el Ejecutivo y el Legislativo. Correa tendrá que gobernar sin Congreso, lo cual se agrava por su decisión de no presentar candidatos a diputados. Aunque él dijo a los corresponsales extranjeros que un alto porcentaje de decisiones presidenciales no depende del Congreso, es evidente que necesita sacar adelante una agenda legislativa. El tema que atraviesa las relaciones con el Congreso es, evidentemente, la convocatoria a una asamblea constituyente que Correa ratificó anoche, pues estima imprescindible una nueva Constitución. En ese sentido, no está dispuesto a recoger la sugerencia de un Congreso constitucional, como han ofrecido los diputados más entusiastas para evitar el choque que se ve venir.
El líder de Alianza País pide que se respete su triunfo pero deslegitima el del Congreso, integrado por una mayoría de diputados nuevos. De ahí al salto al vacío hay un solo paso: si no hay un consenso mínimo, pudiera provocarse una fricción que durará muchos meses y que perjudicará los posibles logros en otros campos.
El Movimiento Alianza País del presidente electo Rafael Correa anunció asimismo ayer que impulsará la creación de la “Comunidad Latinoamericana”.
Advirtió que la Comunidad Andina (CAN) está en crisis. “Vamos a discutir el tema de la Comunidad Andina y lo ideal sería ir a la Comunidad Latinoamericana de Naciones desde la propia Comunidad Andina, desde el Mercosur y desde la Comunidad Centroamericana”.
Para Alianza País, Latinoamérica, solo unida, podrá negociar en condiciones de respeto e igualdad con potencias como Estados Unidos o Europa.
Pero encontramos un contrasentido en lo expresado por Correa, pues en una entrevista a un corresponsal del Times de Inglaterra, sugirió que gobernaría con los mejores hombres del país sean de derecha o de izquierda. Pero unos están a favor del TLC y los otros son tenaces opositores.
O será que el pragmatismo ganará a Correa y desecha finalmente sus propuestas que fueron su caballito de campaña. Entonces se echará encima al pueblo indígena y campesino que mayoritariamente votó por él, y se agudizarán los conflictos sociales como ya lo han sufrido otros presidentes defenestrados por el pueblo en las calles.
Por ahora, sin declararse ganador, “para evitar las críticas por triunfalista”, Correa hizo hincapié en llamar a consulta popular para convocar a la Asamblea Constituyente y hacer la reforma política, que fue la oferta estrella de su campaña.
Como medida efectista ha asegurado bajar el sueldo de Presidente de USD 8 000 a 4 000. Con ello, dijo, será suficiente para mantener decentemente a su familia y comprarse “uno que otro terno” para su nuevo cargo.
El anuncio que hizo ayer Rafael Correa, como presidente electo, de ratificar la convocatoria a consulta popular para instalar una asamblea constituyente con el fin de que redacte una nueva Constitución, amenaza con convertirse en el primer punto de confrontación de su Gobierno con el Congreso.
La consulta que plantea Correa sería vía Tribunal Supremo Electoral (TSE), es decir, sin pasar por el Congreso, porque argumenta que la Constitución le faculta convocarla cuando, a su juicio, se trata de asuntos de trascendental importancia para el país, como es dictar una Constitución.
El Partido Social Cristiano (PSP) es el más férreo opositor al planteamiento de Correa. El diputado reelecto Luis Fernando Torres dijo que cuando se trata de reformar la Constitución, a través de una consulta , se requiere la autorización del Parlamento. Si no es así no habrá consulta, afirmó
El diputado electo del PRE, Jimmy Jairala, quien resaltó que más de 4 millones de ecuatorianos votaron el 15 de octubre por los legisladores que integrarán el nuevo Legislativo, dijo que están de acuerdo con el Congreso Constituyente. Esta figura, según Gutiérrez, se lograría con una resolución parlamentaria, pero pudiera concretarse con una reforma constitucional que apruebe el actual Parlamento. Pero Correa no quiere que el nuevo congreso elegido asuma funciones constituyentes.
¿En que acabará la pugna de poderes en el Ecuador?...el tiempo lo dirá. Lo que nosotros intuimos son problemas.
Etiquetas: opinión
1 Comments:
Una buena columna sobre este tema leela en http://aldomariategui.blogspot.com/
Publicar un comentario
<< Home