Decíamos ayer que a nuestro criterio había sido un error la anulación de las prefecturas, porqué el gobierno se queda sin capacidad de maniobra política. Nuestro pueblo todavía no tiene la madurez cívica y política de naciones mas desarrolladas, donde funciona el bipartidismo o en todo caso pocas pero eficientes y eficaces organizaciones partidarias. En esos países generalmente no importa mayormente quien gane los comicios presidenciales porqué los grandes objetivos nacionales se continúan en el tiempo.

Claro que como en caso de los Estados Unidos de Norteamérica, hay diferencias entre demócratas y republicanos. De igual forma, hay diferencias entre social cristianos y social demócratas en algunos países europeos. En estos países, generalmente se producen alternancias de poder entre unos y otros, pero la población no tiene el sobresalto de cambios traumáticos que afecten el desarrollo nacional.

No es el caso del Perú, con una población que bordea casi el 50% por ciento de pobreza, y con departamentos con altos índices de analfabetos. Producto de las migraciones, esa realidad de analfabetismo también subsiste en nuestra ciudad capital.

Estas personas, producto de la falta de oportunidades y el olvido del estado que es necesario comenzar a corregir desde el gobierno, pueden ser fácilmente manipulados por prédicas incendiarias y promesas de un cambio radical de líderes mesiánicos, los outsiders de nuestra política, quienes prometen, como por arte de magia solucionarles todos sus problemas de la noche a la mañana.

Nos llamó la atención el entusiasmo con que la prensa nacional y la ciudadanía celebró el anuncio presidencial de la anulación de las prefecturas, basándose solamente en el criterio de la austeridad y no tener en cuenta el potencial peligro que había significado el voto rabioso del sur del Perú, encumbrando a un beligerante “candidato nacionalista” quien prometía cambios traumáticos y fomentando la división entre los peruanos, que hubiera representando enfrentamientos entre compatriotas y caldo de cultivo para movimientos subversivos.

Con el descalabro de los partidos políticos en las recientes elecciones municipales y regionales, vemos con mayor preocupación aún el peligro que representa que el gobierno central no tenga un nexo directo con cada región, porqué en el futuro esa función les corresponderá a las presidencias regionales ya los municipios provinciales.

Por algunos contactos con políticos apristas, sabemos que le advirtieron al presidente de ese peligro. Así también hubo voces pidiendo cautela con la transferencia de Enaco al gobierno regional del Cuzco. ¿Pero quién puede convencer al presidente cuando se le mete algo entre ceja y ceja?

El batacazo que han sufrido los partidos nacionales ha permitido el surgimiento de liderazgos regionales, lo cual no está mal, siempre y cuando estas nuevas personalidades políticas del interior del país trabajen por sacar a sus pueblos de los problemas que los aquejan y coordinen esfuerzos de concertación con el gobierno central, para priorizar proyectos en una lucha efectiva contra la pobreza.

Lo preocupante del caso es que a los gobiernos regionales también han llegado gente de ultraizquierda, con un mensaje trasnochado y caduco que pueden generar por sus propios intereses político partidarios conflictos sociales, y azuzar a la población para cometer desmanes ante artificiales o reales errores del gobierno nacional. Recordemos que uno de los preceptos básicos de los grupos de ultraizquierda son la lucha de clases y la dictadura del proletariado.

Nos preocupa por ejemplo que en Puno, de acuerdo a los últimos reportes de la Onpe que tenemos acceso a la hora de cerrar esta edición, parece que ganará Hernán Fuentes, candidato de Avanza País, cercano al Patria Roja quien ha prometido traer médicos cubanos a Puno, tal como se hace en Venezuela y Bolivia (¿la mano de Hugo Chávez?) y basó su campaña en la reivindicación étnica.

Otro virtual presidente regional de Pasco, Félix Rivera vinculado a Patria Roja . En estas elecciones corrió con la bandera del MNI, el movimiento que controla la cúpula de Patria Roja.

Habría que tener en cuenta también a Jorge Espinoza, ganador de la elección regional en Huánuco y líder del Frente Amplio Regional. En abril, Espinoza postuló a una curul en el Congreso por el MNI, y aunque fue el candidato más votado de su región, no entró al Parlamento porque su partido no superó la valla electoral.

A nuestro criterio el gobierno debió conservar las prefecturas para tener el control de la policía nacional y para apoyar en las políticas que desea desarrollar el gobierno central. En cambio si se podría haber suprimido a tenientes gobernadores. Se hizo al revés.

El problema anteriormente no estaba en las prefecturas, sino que el gobierno de turno casi siempre elegía al prefecto con criterio político y no necesariamente a la personalidad regional mas capaz.

Esperemos que el nuevo mapa electoral del país obligue a una concertación entre las nuevas autoridades elegidas, tanto municipales como regionales, con el gobierno central, para desarrollar políticas tendientes a luchar contra la pobreza y la exclusión social, para atraer inversiones y generar nuevos puestos de trabajo, que es la manera efectiva de lograr el bienestar de todos los peruanos.

Felizmente el gobierno tiene fondos significativos que no se pudieron gastar en el gobierno anterior, porqué había una legislación para no gastar (del SNIP), mas los que se han generado en estos meses, que permite al gobierno anunciar su shock de inversiones, que inteligentemente usados y distribuidos permitirá un respiro al presidente García. Para el efecto hay que modificar la legislación sobre los alcances del SNIP para hacer más ágil y expeditivo la ejecución de proyectos y el otorgamiento de los presupuestos respectivos.

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