Son necesarios signos de madurez política.
Cuando hablar del TLC era mala palabra, cuando en la pasada lid electoral la prédica incendiaria del candidato que lideraba las encuestas de opinión contra el tratado de libre comercio Perú – Estados Unidos amenazaba con paralizar el país con marchas contra ese instrumento comercial, e inclusive el actual jefe de estado tenía una actitud ambigua al respecto ( en algún momento expresó que sacaría la firma si Toledo aprobaba dicho tratado), el ex presidente Toledo se mantuvo terco y firme y defendió su proyecto de apertura comercial hasta que el 28 de junio del 2006 (a un mes de la finalización de su gobierno), el Congreso del Perú considerando que las ventajas del tratado de libre comercio con los Estados Unidos de Norteamérica eran mayores que sus costos, aprobó el TLC denominándolo Acuerdo de Promoción Comercial Perú – Estados Unidos, con 79 votos a favor y sólo 14 en contra.

Lamentablemente quedó pendiente la ratificación de dicho tratado en el congreso norteamericano, por lo dilatado de las negociaciones y por lo ajustado del cronograma y los trámites burocráticos en el país del norte para dicho propósito.

Felizmente, poco antes de la contienda definitiva en las pasadas elecciones, el APRA abrazó la causa del TLC y hoy es una política de estado que se continúa, pero el tratado comercial corre el riesgo de no ratificarse en el congreso americano, por las elecciones parlamentarias que pueden modificar la correlación de fuerzas y por las presiones internas de algunos sectores productivos de ese país.

¿Qué pasaría si el tratado no es ratificado?... Aquí extractamos las declaraciones de Everett Eisenstat, Vicerrepresentante Comercial de EE. UU. Para las Américas, quién en julio pasado pidió al congreso norteamericano apoyar el acuerdo comercial con Perú porqué ayudaría al Perú a tener un crecimiento real sostenido, crear mas puestos de trabajo y atraer mas inversiones.

En la declaración escrita de Eissenstat, que figura en la web de la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos, señaló que “al entrar en vigencia, el Acuerdo de Promoción Comercial entre Estados Unidos y Perú haría permanentes los beneficios comerciales de que Perú ha gozado desde 1991, de conformidad con la Ley Preferencia Comercial Andina (ATPA).

La ATPA fue diseñada para ayudar a ampliar las oportunidades económicas en la región andina y alentar a las naciones andinas a apartarse de la producción, procesamiento y embarque de narcóticos ilícitos. Como resultado de la ATPA, que fue renovada y mejorada en 2002, las exportaciones del Perú a Estados Unidos han aumentado constantemente. La ATPA, junto con las reformas aplicadas por el presidente peruano Alejando Toledo, ha permitido elevar en cinco por ciento el crecimiento económico desde 2003. Esta expansión económica, dijo Eissenstat, benefició a todos los niveles de la sociedad peruana, sacando a unos 500.000 peruanos de la pobreza entre los años 2001 y 2005 y permitiendo que más de un millón de peruanos se libraran de la pobreza extrema durante ese período.

Dado que la ATPA expira a fines de este año, Eissenstat afirmó que es necesaria la aprobación del Acuerdo de Promoción Comercial entre Estados Unidos y Perú para apoyar el continuo desempeño económico positivo del Perú.”

Según la web que el gobierno peruano ha puesto sobre el Acuerdo de Promoción Comercial Perú-Estados Unidos, las exportaciones peruanas representan menos del 0.2% del mercado norteamericano, y con sólo penetrar 0.1% mas dicho mercado, nuestras exportaciones crecerán 60% y nuestro PBI un 4% adicional. Es un mercado de compra 180 veces mayor que el peruano. En años recientes, la balanza comercial con los Estados Unidos se ha vuelto positiva y hoy le vendemos 50% mas de lo que le compramos; de allí la importancia de lograr concretar y poner en ejecución dicho tratado comercial.

El presidente Alan García ha anunciado al país que nombrará un embajador plenipotenciario para dedicarse exclusivamente en los Estados Unidos a realizar las gestiones necesarias para concretar el objetivo nacional de lograr la aprobación definitiva del mencionado acuerdo comercial, y creemos que esa es una medida acertada.

Falta determinar quién será ese embajador plenipotenciario. Para nadie es un secreto las buenas relaciones del ex presidente Toledo en la comunidad internacional, incluso cuando las encuestas le eran totalmente adversas durante su mandato, se preguntaba “¿porqué mi pueblo no me aplaude como si lo hace Wall Street?”, finalmente Toledo culminó su gestión con el nivel mas alto de aceptación con que haya concluido su mandato presidente alguno en las últimas décadas en el Perú.

Salvo que hablemos de personalidades como Javier Pérez de Cuellar o Hernando de Soto, que tienen un prestigio ganado y se puede decir que pueden tocar cualquier puerta, otro embajador plenipotenciario no tendría la misma llegada que Alejandro Toledo para tocar las puertas de la casa blanca y los principales líderes y funcionarios del gobierno y parlamento norteamericano para sensibilizarlos en la causa del acuerdo comercial peruano – norteamericano.

Ya es hora que actuemos como lo hacen países con democracias desarrolladas. Da envidia sana observar como el gobierno americano envía a sus ex presidentes en misiones especiales independientemente si es republicano o demócrata, pues lo que priman son los intereses nacionales. Mas cerca aún, nuestros vecinos chilenos, ya llevan varios períodos donde gobierna una coalición de partidos y las principales fuerzas políticas hacen causa común en las políticas de estado.

Al respecto es alentador ver que en el Perú, en esta nueva etapa, el Acuerdo Nacional ha congregado a la mayoría de fuerzas políticas y la sociedad civil organizada, para dialogar y establecer políticas de estado en pro de la gobernabilidad, el desarrollo nacional y la preservación de la democracia. Tal vez debería ser una sugerencia de dicho organismo proponer al gobierno la necesidad de la designación del ex presidente Alejandro Toledo para que sea el embajador plenipotenciario para lograr que el tratado comercial sea finalmente una realidad.

Cuanto nos gustaría ver en el futuro que nuestros ex presidentes democráticos, ahora Toledo, mañana García, constituyan una fuente de consulta, y que el país pueda, desterrando el canibalismo político, nutrirse de las potencialidades de sus ex gobernantes, mas allá de sus respectivos gobiernos.

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