Los extremismos del gobierno aprista

"Mucha finta para las tribunas".
Durante la campaña presidencial, cuando contra todo pronóstico Alan García pasó a la segunda vuelta electoral, aseguró que si el pueblo lo elegía su segundo período gubernamental sería muy diferente al primero, porqué su objetivo era la Historia. Es por eso que, luego de ganar las elecciones y concordante con dicho propósito, inauguró su nuevo gobierno con una serie de gestos políticos en sintonía con las demandas populares y que comentamos en artículo reciente (ver “Los gestos políticos del Presidente García"). Si bien consideramos que esos gestos estaban bien porqué es necesario predicar con el ejemplo, a raíz de los últimos acontecimientos, consideramos ahora que el gobierno está llevando las cosas al extremo y a la huachafería.

Está bien la austeridad, porqué somos un país con mas del 50% de pobres, pero de allí a querer imponer austeridad en problemas triviales como por ejemplo la calidad del papel, o la impresión a colores es un despropósito exagerado que en poco o nada va a contribuir con el real reto que es la lucha contra la pobreza. Sobre este particular recomendamos al presidente García y a su primer ministro, a quienes hemos escuchado esta cantaleta del papel que lean sobre la Ley de Pareto, porqué si no nos estaríamos perdiendo en los muchos problemas triviales y no atacando los realmente importantes.
El Diagrama de Pareto es una gráfica en donde se organizan diversas clasificaciones de datos por orden descendente, de izquierda a derecha por medio de barras sencillas después de haber reunido los datos para calificar las causas. De modo que se pueda asignar un orden de prioridades. No queremos que la gestión del gobierno en la Resolución de Problemas y Toma de Decisiones sea de estilo Bombero, quien constantemente a la hora de resolver problemas solo “apaga incendios”, es decir, pone todo su esfuerzo en los “muchos triviales”. •

También en otro artículo reciente ("Los retos del gobierno de Alan García") alertamos que el gobierno no debe caer en la trampa de la acción, es decir que sin haber definido los indicadores de donde estamos ahora y a donde pretendemos llegar de aquí a cinco años y mas allá, el gobierno comience a tomar acciones como acto reflejo, porqué no por mucho madrugar se avanza mas lejos; sino que primero se deben definir claramente los objetivos realmente importantes y no exagerar en las fintas para las tribunas, como el uso del papel y las impresiones a colores. Los ejecutivos modernos resumen mucha información en gráficos para la toma de decisiones, obviando la palabrería o reduciéndola al mínimo y muchos indicadores precisamente se resumen en gráficos con colores para diferenciar unas variables de otras.

García también habló sobre la captación de las mejores personalidades para el gobierno, la eliminación del carné partidario para el acceso a los cargos públicos y el concurso para los mismos, además de la apertura del gobierno para los independientes y de compartir el gobierno con otras fuerzas políticas. Aquí las cosas también se han llevado al extremo, ya que al parecer no funciona el carné partidario, ahora funciona el “amiguismo”. Cuando escuchamos atónitos el nombramiento de la viceministra de Comunicaciones, creíamos que el presidente continuaba atado a su propuesta de género para la conformación del ejecutivo, o que por cuestiones de imagen quería congraciarse con un elemento de la prensa y que por solidaridad con el conjunto de la misma. Aclaramos que el Brujo Político no discrimina por cuestiones de género, por el contrario, creemos que si en una determinada función de gobierno se requiere todo un equipo femenino, pues que se las nombre si es que por capacidad merecen estar en esos puestos.

Nuestra estupefacción creció cuando escuchamos las declaraciones de la flamante viceministro explicando en el medio radial donde trabajaba, que el cargo lo había conseguido por su amistad con la ministra del sector y pedía que se le diera un mes para aprender de la problemática del mismo. Entendemos que un ministro pueda ser político, que conozca poco o nada de la cartera que asume, pero el viceministro sí debe ser un experto en los temas que va a manejar. Que sepamos la Ministra de Transportes y Comunicaciones no es una experta en materia de telecomunicaciones, aunque tenga mucha experiencia en gestión pública, y ahora se confunde al sector comunicaciones (que en realidad debe ser Telecomunicaciones) con comunicación social y periodismo. Si se tratara de un cargo de la especialidad profesional de la ahora viceministro, tal como la secretaría de prensa de Palacio de Gobierno, o tal vez de Relaciones Públicas estaría bien su nombramiento, por el manejo que debe tener el presidente con la prensa, pero no en este caso.

Es que acaso en un mes la viceministro aprenderá las materias que se llevan en cinco años de estudio (ingeniería electrónica, ingeniería de telecomunicaciones), aprenderá sobre la normatividad y reglamentación internacional que establece la UIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones), sobre el espacio radioeléctrico, sobre regulación tarifaria de servicios públicos de telecomunicaciones y otras materias propias de la especialidad. Creemos que no. Por lo tanto señor presidente y señor primer ministro, acorde a su anunciada política de austeridad, licencie el cargo de viceministro de comunicaciones del MTC y ahorren ese sueldo, porqué la función que hará la actual viceministro será la de una simple mesa de partes, que lleva al ministro lo que hagan los directores generales a su mando, porqué al desconocer las materias propias del cargo ¿qué políticas podrá aplicar al respecto?...NINGUNA. Como están las cosas es mejor que los directores despachen directamente con la ministro.

Otro caso de improvisación lo constituye el nombramiento de otro viceministro (de vivienda) para después dejar sin efecto dicho nombramiento a las 48 horas. ¿Otra vez la trampa de la acción?. ¿Otra vez el “amiguismo”?. Seleccionen a los profesionales de acuerdo a sus capacidades y para los cargos para los cuales tiene cierta experiencia. Si no las deficiencias al final del período no los va a cargar tal o cual ministro por una mal interpretada apertura del gobierno, sino Ud. presidente García y su pretensión de pasar por la puerta grande a la historia. En el caso del viceministerio de comunicaciones hay muchas personalidades apristas, independientes y de otros partidos que podrían hacer un mejor papel que la actualmente nombrada.

Finalmente, creemos que como anuncios efectistas para la población ya está bien, no saturen al país con dicho tema. Tampoco generen desmotivación en los empleados estatales con reajustes exagerados de salarios y recortes de gastos que puedan incidir en la calidad del trabajo. Identifiquen los grandes problemas e incidan sobre ellos, sólo así lograrán grandes resultados.