Si 2006 fue el año de los latinos, con Almodóvar y Penélope Cruz a la cabeza, este Festival es dominado por las preocupaciones sociales de las estrellas: Leonardo DiCaprio se pone verde y anuncia la extinción humana en "11th hour", Michael Moore de nuevo critica a Bush y Brad Pitt produce la denuncia antiterrorista en "A mighty heart".

Hubo un momento de esta semana en que Michael Moore más parecía un predicador televisivo que un director de cine. Su divertido documental-denuncia "Sicko", sobre la ineficiencia del sistema de salud privado de Estados Unidos, le garantizó un púlpito en Cannes desde donde invitó a los norteamericanos a "ser mejores personas". Y a no dejarse engañar por Bush, su eterno rival.Moore no está solo. Más y más estrellas de Hollywood se están envalentonando a la hora de levantar críticas contra el sistema y Cannes les da cobijo. Este año Leonardo DiCaprio se suma con el pesimista documental "11th hour", una visión apocalíptica de lo poco que nos queda en la Tierra si no dejamos de contaminar. "Quiero que la gente sepa que podemos ser verdes y ayudar al planeta", señaló el rubio actor a la prensa internacional, y el tono de profeta tampoco estuvo ausente: "Esta podría ser la extinción de la raza humana".

A los 60 años, Cannes está ganando la lucha contra las arrugas gracias a este tipo de cintas: filmes contingentes, duramente proféticos respecto del futuro cercano y mucha controversia.

Mal que mal, Moore puede acabar en la cárcel debido a la investigación que realiza el Departamento del Tesoro de su país por visitar Cuba durante el rodaje de "Sicko". "Mis abogados me recomendaron salir del país y hacer una copia de la película para estar acá en Cannes", dijo.

La actriz Eva Mendes junto al actor Joaquín Phoenix en la premier de la película We Own The Night, que compite por la Palma de Oro en el Festival de Cannes (Foto: Reuters)

Súmese a Brad Pitt, quien produce "A mighty heart", una denuncia contra el terrorismo y "un mensaje de esperanza" (según este otro rubio convertido en productor) y se verá que Cannes versión 2007 quiere claramente diferenciarse del año pasado, cuando la armada hispanoparlante, formada por los españoles Pedro Almodóvar y Penélope Cruz ("Volver") y los mexicanos Alejandro González Iñárritu ("Babel") y Guillermo del Toro ("El laberinto del fauno"), marcó la pauta de un certamen que se conjugó en español.

Hasta en un lanzamiento tan despojado de crítica, como el inofensivo documental en tres dimensiones de la banda irlandesa de Bono, "U2 3D", se deslizó una "profecía destructiva con salvación instantánea": los realizadores de "U2 3D" clamaban que "este documental es una experiencia tridimensional que puede ayudar a llevar el cine a una nueva era y evitar que muera debido a la piratería".

Fiesta, fiesta. En Cannes hay películas con ideas, buenas intenciones y una oferta de cine de autor impresionante (en las muestras paralelas Una cierta mirada y La semana de la crítica hay 38 películas), pero este balneario francés convive con el glamour. Todo el mundo adora el show de las alfombras rojas, a eso de las siete de la tarde, cuando un pequeño dirigible con cámara sobrevuela la zona mientras, en tierra, un animado locutor va anunciando a las estrellas que se enfilan. "Sherong Stong" vocifera por "Sharon Stone", y la diva posa para los fotógrafos y sube las escaleras como si pisara algodón: suave y delicadamente. Suena fuerte música ochentera de fondo. El tema "Funk me for me" de George Michael es el hit de este año, y las estrellas caminan como si fueran dioses.

El más aplaudido, lejos, ha sido Alain Delon, quien aceptó la invitación del director del Festival, Gilles Jacob, para volver tras 15 años de ausencia. Como Delon no fue invitado a los 50 años de Cannes, hace una década, el actor se negó a subir de nuevo los escalones del Palais. Pero ahí estaba de nuevo. Feliz siendo parte de la fiesta.

Los hoteles más lujosos que bordean la costanera ofrecen exclusivas celebraciones cada noche: el Carlton, el Hilton, el Martínez. Allí el filtro es simple: ¿Usted es una celebridad? Pues adelante. El problema es la salida: Liz Hurley llegó el miércoles fresca como lechuga a la inauguración del Festival 2007, pero su amigo, el diseñador Valentino, la tuvo que sacar a cuestas.

El filtro en las fiestas de los yates es otro. "Te recomiendo que no importa como vayas vestido, formal o de etiqueta, siempre cuídate de que tus calcetines estén bien", dice Matías Lira, productor chileno y quien fue testigo del pequeño pero comentado bochorno de un amigo cuando subió a una fiesta en el yate de Dino de Laurentiis, en el muelle de la Croisette. "Siempre en los yates te hacen quitar los zapatos porque la cubierta es súper delicada. Las marcas del calzado pueden dañar la superficie y mi amigo tenía el tremendo hoyo en el pie. Fue chistoso para él estar entre tanto glamour y champaña con una papa en el calcetín". Algo que definitivamente no les pasó el domingo a Guillermo del Toro, González Iñárritu y Alfonso Cuarón, quienes le entonaron a la actriz francesa Juliette Binoche, con copa de champán en mano, una canción mexicana. La farra continuó hasta las tres de la madrugada en una gran tienda instalada en la Rosaleda de Cannes.

Los simples mortales pueden probar algo de glamour si tienen suerte. Las chicas deambulan por el balneario con cartelitos pidiendo una invitación para una gala. Si llegan a conseguirla, no dudan en ponerse los zapatos de taco alto en la calle, sin pudor alguno, y arreglarse el vestido y el improvisado maquillaje en algún baño de restaurante.

La prensa está un poco más cerca de las estrellas. Todo depende del color de la credencial. Blanca y azul sólo garantizan estadía en las zonas casi al lado del público general. Las tarjetas rosadas son apetecidas. Las rosas con un punto amarillo, el paraíso: permiten entrar a cualquier función y casi a cualquier evento. Es que la seguridad es cosa dura: los detectores de metales y el registro de mochilas y bolsos es obligatorio y nadie se salva.

La última polémica. Cannes revitaliza con las polémicas y esta semana fue el director estadounidense Roman Polanski quien hizo honor a la tradición cuando abandonó la sala de prensa donde se estaba presentando "Chacun son cinéma" ("Cada uno su cine"), el proyecto en que 30 cineastas homenajearon al festival con una serie de cortometrajes, porque "los medios hacían preguntas vacías'. Y fue ahí donde David Cronenberg, el polémico cineasta canadiense de "Crash", decidió matar al cine como lo conocemos. El director subrayó su parecer minutos antes de la conferencia en su brillante corto y que irónicamente mostraba el cierre de la última sala de cine del mundo, donde está el último judío del mundo (el propio Cronenberg).

"El cine como lo conocemos no creo que aguante mucho tiempo. Las nuevas tecnologías están cambiando las cosas. Nunca más el cine será lo que fue", profetizó Cronenberg en un histórico encuentro con respetados colegas de todo el mundo: el mexicano Alejandro González Iñárritu, el alemán Wim Wenders, el japonés Takeshi Kitano, el chileno Raúl Ruiz y el estadounidense Gus van Sant, entre otros.

En este encuentro de notables, convocado en el cuarto piso del Palais, la pena de muerte para el cine era ratificada por el director canadiense Atom Egoyan mientras que Polanski aseguraba que la misma discusión se había dado hace décadas, a causa de la revolucionaria tecnología del video que, desde diciembre pasado, descansa en paz.

Chilenos en el mercado. Pese a los rumores de muerte, abajo, en el subterráneo del Palais, el Mercado del Festival salpica vida. Más de 10 mil productores de todo el mundo tratan de vender y comprar los miles de títulos disponibles en diversos estados de preparación. Bodrios como "El vuelo de los muertos vivos" encuentran clientes, así como también película destacadas como "My blueberry nights", protagonizada por Norah Jones y que ya fue adquirida por distribuidores chilenos.

Este año es primera vez que Chile está presente con un stand en El Mercado del Festival, centro neurálgico de los negocios con más de 500 millones de euros en ganancias en 15 días.

Es en este lugar donde se recolectan fondos para las principales industrias fílmicas del mundo. "Lo ideal es siempre comprar en verde", explica Matías Lira, de la distribuidora Four Films. "Acá en Cannes es donde las productoras de todo el mundo presentan sus proyectos y los inversionistas van poniendo dinero de acuerdo al grado de atractivo del proyecto". Si la película se paga, se filma.

Y ya hay novedades para Chile: la revista "Variety" dio a conocer la fusión entre la empresa de Lira, Four Films y Bazuca. Y en las misma páginas se consigna que Nicolás López negocia distribuir "Santos", su película, con la misma empresa que hizo "Death Proof", de Quentin Tarantino.

Angelina Jolie y Brad Pitt la pareja por excelencia en Cannes. Como siempre son los famosos que son el centro de atención de todo evento en el que participan

Por eso la importancia de tener presencia local en Cannes. De color lila y con cómodos sillones rojos rodeándolo, el stand nacional ha funcionado, pese a que luce más como un quiosco de Sernatur, que uno de cine: tienes fotos de paisajes en su exterior (por ejemplo, Torres del Paine) y no se parece en nada a los stands que hay en el Mercado. Quizá por eso es que ha tenido visitas regulares.

La delegación chilena incluye cerca de 40 profesionales, entre funcionarios de ProChile y productores y directores que están buscando hacer negocios. "La experiencia está creando efectos inmediatos porque hemos tenido diálogos con agentes de ventas", dice Juan Manuel Egaña, que anda en busca de nuevos territorios para la película "31 minutos".

El grupo chileno atrae cada día a cerca de una decena de posibles socios o clientes y el stock de afiches y papelería (que promocionan cintas como "Chile puede", "Papelucho y el marciano" y los últimos estrenos locales) se acaba rápidamente. "Somos un producto exótico y tenemos que saber reaccionar", dice Joaquín Kaulen, de la productora chilena Quality Films y quien trae a Cannes la película inacabada de su padre, Patricio Kaulen: "Viva Crucis", cinta que iba a ser el debut fílmico de Carolina Arregui hace cerca de 20 años, pero que terminó en el baúl de los recuerdos debido a la repentina muerte del cineasta.

"Queremos terminarla con dibujos animados", informa Joaquín. "Nos parece una manera creativa de finalizar el trabajo que comenzó mi padre", dice. Ese es el plan. Si encuentran socios para la quimera, bienvenido sea.

En cifras
- 12 días dura el festival.
- 200 mil personas se reúnen en Cannes, entre cineastas, estrellas, periodistas y visitantes.
- 8 integrantes tiene el jurado, más su presidente, que este año es Stephen Frears.
- 21 películas compiten por la Palma de Oro.
- 11 películas se exhiben fuera de competencia.21 películas integran la muestra paralela "Una cierta mirada", que no entrega premios.
- 17 películas están en la Selección de la Crítica.
- 24 películas conforman la Selección de los Directores.
Fuente

Fotogalería: Click en la foto para ver una secuencia de imágenes del festival de Cannes ( Cortesía de El Universal.mx)

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Etiquetas: entretenimiento, espectáculos