En el día del amor
¿Por qué el 14 de febrero ya no es más San Valentín?
El Día de los Enamorados se festeja en gran parte del mundo bajo los auspicios de San Valentín, patrono de los novios, quien, vaya paradoja, ya no es santo de nada, pues fue excluido en 1969 del calendario litúrgico al no poder probarse sus milagros.
Esto, que para los fieles es un problema, no lo es en absoluto para el resto de la humanidad, a la que el origen católico o pagano de la fiesta le tiene sin cuidado.
Así, por ejemplo, los judíos poseen su propio día de los enamorados, Tu beAv; para los chinos es Qi Qiao Jie (Día del Doble Siete); y los japoneses tienen dos: el Festival de Tanabata y el del deber del chocolate, que el 14 de febrero obliga a la mujeres a regalarle bombones a los hombres.
El origen del Día de los Enamorados es pagano: antes de la primavera se celebraba en Grecia al dios Pan, que en Roma tomó el nombre de Fauno Lupercus y dio origen a las Lupercales, fiesta de la fertilidad, en la que participaban también los cristianos.
A Fauno o Pan se lo representaba como un ser mitad humano y mitad cabra; más tarde, con el agregado del tridente de Neptuno, se transformó en la imagen cristiana del diablo.
Según la tradición, Pan violaba en los bosques a todos los que pasaban, sin distinción de edad ni sexo, y de allí derivó la palabra "pánico", que era lo que provocaba.
Los rituales en su honor presagiaban la cercanía de la primavera fecundante, lo que explica su carácter más orgiástico que reverente; pero, puesto que aun no se hablaba del pecado original, eran vividos como auténticas fiestas de purificación. No en vano se hacían en febrero, que significa "purificatorio".
Los hombres se vestían con pieles de cabra y con látigos del mismo material azotaban a las mujeres que pasaban por el Palatino para así "purificarlas", tomarlas y hacerlas concebir hijos sanos.
Otro de los ritos consistía en introducir en una bolsa ciertas prendas femeninas: los varones extraían una al azar y su dueña se convertía en su compañera de diversión a lo largo del año.
Las Lupercales empezaban el 15 de febrero y por eso, a fines del siglo III, el papa Gelasio resolvió dedicarle el 14 de febrero a un supuesto santo, Valentín, a quien transformó en patrono de los enamorados para evitar que los fieles veneraran a Lupercus.
Pero en 1969, el papa Paulo VI borró del catálogo oficial y del calendario litúrgico a 33 santos -entre ellos a Valentín, Jorge, Bárbara y Cristóbal- cuyas leyendas fueron inventadas en la Edad Media. Lo paradójico es que la exclusión fue publicada el 14 de febrero de 1969, esto es, el Día de San Valentín.
En la antigua Roma vivieron no pocos valentines: tres de ellos, a finales del siglo III; otro en el siglo V; y un quinto en el siglo IX. ¨Quién de ellos fue?
Para la Enciclopedia Católica, el Valentín que se celebraba el 14 de febrero podría haber sido uno de los tres mártires del siglo III: un sacerdote romano, al que aun se venera en la diócesis de Jumiges, Francia; el obispo de la antigua Iteramna (hoy Terni); y un cura de la provincia de Africa. Los dos primeros fueron enterrados en Via Flaminia, cuya puerta, hoy Porta del Popolo, se llamó Puerta de San Valentín.
Por su parte, el que actuó en el Tirol en el siglo V y se conoce como Valentín de Recia, tiene muchos devotos en Alemania y España debido a que, en el siglo VIII, su cuerpo fue llevado a Baviera, y en el siglo XIX, trasladado a Madrid, donde permanece.
Respecto al del siglo IX, se sabe que murió en 827, cuarenta días después de haber sido designado Papa.
Se cuenta que un Valentín del siglo III fue decapitado un 14 de febrero porque casó parejas en secreto, después que el emperador Claudio II prohibiera el matrimonio de soldados.
Pero otra leyenda lo sitúa preso por no renunciar a su fe y devolviéndole la visión a la hija ciega de su carcelero, lo que habría hecho que ambos se convirtieran al cristianismo.
Una tercera versión dice que Valentín puso en la ventana de la casa de tres niñas pobres -y que por tal razón no conseguían casarse- las joyas suficientes para pagar su dote.
Hoy se cree que el 14 de febrero fue instalado como Día de los Enamorados porque es el momento en que las aves, adelantándose a la primavera del Norte, comienzan a cortejarse.
Fuente:Télam
Se sabía: el amor es ciego
Lo revelaron científicos del Colegio Universitario de Londres, quienes descubrieron que basta con sólo mirar a la persona amada para que se "desactiven" las regiones del cerebro encargadas de hacer juicios morales o de valor.
En vísperas a una nueva celebración del Día de los Enamorados, quedó desmitificado el dicho que asegura que "el amor es ciego".
La agencia BBC publicó el experto del Colegio Universitario de Londres, en el Reino Unido, Andrea Bartels, destacó que "cuando ves a la persona que amas hay regiones del cerebro que se desactivan”.
No son ni más ni menos que aquéllas que se activan al momento de hacer juicios morales o de valor respecto de una persona.
Con el descubrimiento se explicaría neurológicamente por qué con frecuencia las personas que están enamoradas pierden la capacidad de criticar a su pareja. O como alude el dicho, "se ciegan".
El especialista participó en un grupo multidisciplinario dedicado a estudiar la actividad cerebral de los enamorados y reconoció que "sabemos muy poco acerca del cerebro”.
“Ignoramos por qué nos enamoramos de una persona y no de otra. Pero es bastante cierto que hay mecanismos muy sofisticados del cerebro que nos ayudan a elegir a la persona correcta", aseguró.
Fuente: Infobae
Amor en pareja
14 de febrero de 2007.- Amor evoca a una amplia gama de emociones. Cada persona experimenta el amor a su manera y la intensidad de sus síntomas pueden variar sustancialmente. El término 'amor' tiene muchísimas vertientes y se emplea para designar distintos tipos de sentimientos.
El amor implica tanto el deseo de dar como el de recibir. Desde un punto de vista psicológico, los humanos tenemos la necesidad de amar y de ser amados, considerando el amor en su sentido más amplio. Es un requisito imprescindible para el desarrollo, y su ausencia conduce al desequilibrio y la destrucción.
En el amor romántico, concretamente en la fase del enamoramiento, los síntomas son comunes para la mayoría de la gente. Se produce una idealización de la otra persona. Se ensalzan los sentimientos de admiración y se le atribuyen características positivas. La atención tiende a centrarse en todas aquellas señales relacionadas con la persona deseada. La vida se tiñe de una visión más alegre y optimista. Se produce un apaciguamiento cuando la otra persona está presente. Y, la noción del tiempo se transforma −el tiempo cobra un ritmo distinto supeditado a la presencia de la persona amada−.
El amor a la pareja −a diferencia de otros tipos de amor− incluye el deseo sexual. Implica la atracción hacia la otra persona, el deseo de mantener relaciones sexuales con ella y una intimidad afectiva. En este sentido, hablamos de un amor recíproco. Una alegría compartida amplifica la individual. La posibilidad de compartir nuestros gozos y alegrías intensifica la experiencia. Y es así como suele llegar la pasión.
El amor implica comprensión, complicidad, entendimiento. Todas éstas son además cualidades indispensables para la convivencia. También supone esfuerzo, confianza, comunicación, generosidad, sinceridad, afecto, amistad, camaradería, integridad, intrepidez. Las expectativas constituyen otro de los grandes factores implícitos en el amor −y que tantos quebraderos de cabeza pueden dar a las parejas−.
Algunas personas buscan el amor desesperadamente, esperan que alguien les dé lo que ellas mismas no pueden darse: amor. Pero no se debe olvidar, que, en términos generales, la capacidad de amar está fundamentada principalmente en la autoestima. El amor empieza en uno mismo. Cuánto mayor sea el amor que sintamos por nosotros mismos, más podremos amar.
Y sobre todo, ten en cuenta que la persona más importante de tu vida y la única imprescindible eres tú. Si echas a alguien de menos, si sientes que no te corresponden, cuídate, mímate, date un capricho, nadie es más importante que tú, celebra el autoamor. Y ya vendrán tiempos mejores.
¿Qué es el amor para ti? ¿Puedes reconocer cuándo te enamoras? ¿Puedes identificar a una persona enamorada? ¿Qué momento amoroso estás viviendo? ¿Sabes mimarte y cuidarte o siempre esperas que lo hagan por ti?
Fuente: El Mundo
Juega con la Mente y con el Cuerpo
Hay quien afirma que la sexualidad es un instinto animal que responde a la necesidad biológica de perpetuar la especie.
Pero... en este innato y biológico proceso ¿cuál es el papel de los juegos eróticos? La sexualidad y el erotismo no tienen nada que ver desde el punto de vista biológico, pero a nivel cultural... ¡Todo cambia! El sexo es un ámbito condicionado socialmente. Cada cultura impone un determinado comportamiento sexual. Una mujer pasiva y un hombre activo: este ha sido el canon habitual en las relaciones de pareja. Y para alterarlo en infinidad de ocasiones hombres y mujeres han recurrido a la imaginación. En la actualidad, los roles sexuales se han difuminado muchísimo y, sin embargo, las fantasías siguen. ¿Por qué? Las fantasías son un estímulo para la sexualidad. Al principio... Acabas de conocer a alguien que te ha seducido a primera vista... y, en principio, parece que la novedad debería ser suficiente. Pero... las fantasías surgen inmediatamente. Si realmente has quedado prendada no dejas de imaginar qué podéis hacer juntos y cómo. Sin limites. Sin vergüenza. Sin censuras. Quizá jamás llegarás a intimar con él, pero tu imaginación ya se ha puesto a trabajar.
Fuente: Derf
A Fauno o Pan se lo representaba como un ser mitad humano y mitad cabra; más tarde, con el agregado del tridente de Neptuno, se transformó en la imagen cristiana del diablo.
Según la tradición, Pan violaba en los bosques a todos los que pasaban, sin distinción de edad ni sexo, y de allí derivó la palabra "pánico", que era lo que provocaba.
Los rituales en su honor presagiaban la cercanía de la primavera fecundante, lo que explica su carácter más orgiástico que reverente; pero, puesto que aun no se hablaba del pecado original, eran vividos como auténticas fiestas de purificación. No en vano se hacían en febrero, que significa "purificatorio".
Los hombres se vestían con pieles de cabra y con látigos del mismo material azotaban a las mujeres que pasaban por el Palatino para así "purificarlas", tomarlas y hacerlas concebir hijos sanos.
Otro de los ritos consistía en introducir en una bolsa ciertas prendas femeninas: los varones extraían una al azar y su dueña se convertía en su compañera de diversión a lo largo del año.
Las Lupercales empezaban el 15 de febrero y por eso, a fines del siglo III, el papa Gelasio resolvió dedicarle el 14 de febrero a un supuesto santo, Valentín, a quien transformó en patrono de los enamorados para evitar que los fieles veneraran a Lupercus.
Pero en 1969, el papa Paulo VI borró del catálogo oficial y del calendario litúrgico a 33 santos -entre ellos a Valentín, Jorge, Bárbara y Cristóbal- cuyas leyendas fueron inventadas en la Edad Media. Lo paradójico es que la exclusión fue publicada el 14 de febrero de 1969, esto es, el Día de San Valentín.
En la antigua Roma vivieron no pocos valentines: tres de ellos, a finales del siglo III; otro en el siglo V; y un quinto en el siglo IX. ¨Quién de ellos fue?
Para la Enciclopedia Católica, el Valentín que se celebraba el 14 de febrero podría haber sido uno de los tres mártires del siglo III: un sacerdote romano, al que aun se venera en la diócesis de Jumiges, Francia; el obispo de la antigua Iteramna (hoy Terni); y un cura de la provincia de Africa. Los dos primeros fueron enterrados en Via Flaminia, cuya puerta, hoy Porta del Popolo, se llamó Puerta de San Valentín.
Por su parte, el que actuó en el Tirol en el siglo V y se conoce como Valentín de Recia, tiene muchos devotos en Alemania y España debido a que, en el siglo VIII, su cuerpo fue llevado a Baviera, y en el siglo XIX, trasladado a Madrid, donde permanece.
Respecto al del siglo IX, se sabe que murió en 827, cuarenta días después de haber sido designado Papa.
Se cuenta que un Valentín del siglo III fue decapitado un 14 de febrero porque casó parejas en secreto, después que el emperador Claudio II prohibiera el matrimonio de soldados.
Pero otra leyenda lo sitúa preso por no renunciar a su fe y devolviéndole la visión a la hija ciega de su carcelero, lo que habría hecho que ambos se convirtieran al cristianismo.
Una tercera versión dice que Valentín puso en la ventana de la casa de tres niñas pobres -y que por tal razón no conseguían casarse- las joyas suficientes para pagar su dote.
Hoy se cree que el 14 de febrero fue instalado como Día de los Enamorados porque es el momento en que las aves, adelantándose a la primavera del Norte, comienzan a cortejarse.
Fuente:Télam
Se sabía: el amor es ciego
Lo revelaron científicos del Colegio Universitario de Londres, quienes descubrieron que basta con sólo mirar a la persona amada para que se "desactiven" las regiones del cerebro encargadas de hacer juicios morales o de valor.
En vísperas a una nueva celebración del Día de los Enamorados, quedó desmitificado el dicho que asegura que "el amor es ciego".
La agencia BBC publicó el experto del Colegio Universitario de Londres, en el Reino Unido, Andrea Bartels, destacó que "cuando ves a la persona que amas hay regiones del cerebro que se desactivan”.
No son ni más ni menos que aquéllas que se activan al momento de hacer juicios morales o de valor respecto de una persona.
Con el descubrimiento se explicaría neurológicamente por qué con frecuencia las personas que están enamoradas pierden la capacidad de criticar a su pareja. O como alude el dicho, "se ciegan".
El especialista participó en un grupo multidisciplinario dedicado a estudiar la actividad cerebral de los enamorados y reconoció que "sabemos muy poco acerca del cerebro”.
“Ignoramos por qué nos enamoramos de una persona y no de otra. Pero es bastante cierto que hay mecanismos muy sofisticados del cerebro que nos ayudan a elegir a la persona correcta", aseguró.
Fuente: Infobae
Amor en pareja
14 de febrero de 2007.- Amor evoca a una amplia gama de emociones. Cada persona experimenta el amor a su manera y la intensidad de sus síntomas pueden variar sustancialmente. El término 'amor' tiene muchísimas vertientes y se emplea para designar distintos tipos de sentimientos.
El amor implica tanto el deseo de dar como el de recibir. Desde un punto de vista psicológico, los humanos tenemos la necesidad de amar y de ser amados, considerando el amor en su sentido más amplio. Es un requisito imprescindible para el desarrollo, y su ausencia conduce al desequilibrio y la destrucción.
En el amor romántico, concretamente en la fase del enamoramiento, los síntomas son comunes para la mayoría de la gente. Se produce una idealización de la otra persona. Se ensalzan los sentimientos de admiración y se le atribuyen características positivas. La atención tiende a centrarse en todas aquellas señales relacionadas con la persona deseada. La vida se tiñe de una visión más alegre y optimista. Se produce un apaciguamiento cuando la otra persona está presente. Y, la noción del tiempo se transforma −el tiempo cobra un ritmo distinto supeditado a la presencia de la persona amada−.
El amor a la pareja −a diferencia de otros tipos de amor− incluye el deseo sexual. Implica la atracción hacia la otra persona, el deseo de mantener relaciones sexuales con ella y una intimidad afectiva. En este sentido, hablamos de un amor recíproco. Una alegría compartida amplifica la individual. La posibilidad de compartir nuestros gozos y alegrías intensifica la experiencia. Y es así como suele llegar la pasión.
El amor implica comprensión, complicidad, entendimiento. Todas éstas son además cualidades indispensables para la convivencia. También supone esfuerzo, confianza, comunicación, generosidad, sinceridad, afecto, amistad, camaradería, integridad, intrepidez. Las expectativas constituyen otro de los grandes factores implícitos en el amor −y que tantos quebraderos de cabeza pueden dar a las parejas−.
Algunas personas buscan el amor desesperadamente, esperan que alguien les dé lo que ellas mismas no pueden darse: amor. Pero no se debe olvidar, que, en términos generales, la capacidad de amar está fundamentada principalmente en la autoestima. El amor empieza en uno mismo. Cuánto mayor sea el amor que sintamos por nosotros mismos, más podremos amar.
Y sobre todo, ten en cuenta que la persona más importante de tu vida y la única imprescindible eres tú. Si echas a alguien de menos, si sientes que no te corresponden, cuídate, mímate, date un capricho, nadie es más importante que tú, celebra el autoamor. Y ya vendrán tiempos mejores.
¿Qué es el amor para ti? ¿Puedes reconocer cuándo te enamoras? ¿Puedes identificar a una persona enamorada? ¿Qué momento amoroso estás viviendo? ¿Sabes mimarte y cuidarte o siempre esperas que lo hagan por ti?
Fuente: El Mundo
Juega con la Mente y con el Cuerpo
Hay quien afirma que la sexualidad es un instinto animal que responde a la necesidad biológica de perpetuar la especie.
Pero... en este innato y biológico proceso ¿cuál es el papel de los juegos eróticos? La sexualidad y el erotismo no tienen nada que ver desde el punto de vista biológico, pero a nivel cultural... ¡Todo cambia! El sexo es un ámbito condicionado socialmente. Cada cultura impone un determinado comportamiento sexual. Una mujer pasiva y un hombre activo: este ha sido el canon habitual en las relaciones de pareja. Y para alterarlo en infinidad de ocasiones hombres y mujeres han recurrido a la imaginación. En la actualidad, los roles sexuales se han difuminado muchísimo y, sin embargo, las fantasías siguen. ¿Por qué? Las fantasías son un estímulo para la sexualidad. Al principio... Acabas de conocer a alguien que te ha seducido a primera vista... y, en principio, parece que la novedad debería ser suficiente. Pero... las fantasías surgen inmediatamente. Si realmente has quedado prendada no dejas de imaginar qué podéis hacer juntos y cómo. Sin limites. Sin vergüenza. Sin censuras. Quizá jamás llegarás a intimar con él, pero tu imaginación ya se ha puesto a trabajar.
Fuente: Derf
TAGS:Amor, misceláneas, Sexualidad
Etiquetas: misceláneas
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