Nuevamente, tan lejos y tan cerca
¿Venganza o un principio de justicia?, es uno de los interrogantes que se han planteado tras la ejecución del ex presidente de Irak, Saddam Hussein, el pasado 30 de diciembre.
Con el paso de los días, el hallazgo de un video tomado con un celular durante su ejecución también ha causado repudio y otras encontradas reacciones en Irak y en la comunidad internacional.

Con el paso de los días, el hallazgo de un video tomado con un celular durante su ejecución también ha causado repudio y otras encontradas reacciones en Irak y en la comunidad internacional.
La violencia no cesa en Irak

Las implicaciones para ese país son inmensas. Pareciera que llevarlo a la horca representa otro episodio de una larga historia de una nación que se ha debatido entre "lo que somos y lo que pudimos ser".

Teniendo reservas petróleras millonarias, no es un país que goce de prosperidad; sin haber atacado directamente a Estados Unidos, resultó invadido por la gran potencia. Ahora, teniendo la oportunidad histórica de llevar a juicio a Saddam Hussein, considerado por muchos como uno de los más crueles tiranos del mundo moderno, el resultado de ese proceso con la ejecución y la forma en que ésta fue hecha, ha levantado la interrogante de si en verdad se hizo justicia.

Analistas indican que para los iraquíes era imperativo recuperar su soberanía, perdida tras la invasión estadounidense, preservando un proceso judicial puramente iraquí y así ganar un poco de credibilidad.

Se esperaba que al poner la soga al cuello a quien fuera responsable de severos crímenes de lesa humanidad iba a traer la reconciliación y la unidad a un país abatido por la violencia y por el sectarismo.

Las protestas, como las que se observa en la foto, en Tikrit continúan tras la ejecución de Hussein.

Los muertos, las decapitaciones, la miseria y como si fuera poco ahora el repudio de una buena parte de la comunidad internacional por la forma en que se hizo "justicia" es otra carga con la que tendrán que lidiar los iraquíes.

Lo cierto es que había mucho en juego y el desenlace del llamado Juicio de Dujail no parece haber disipado la duda de si de hecho se ganó algo con la ejecución de Saddam Hussein.
Fuente: BBC Mundo (Catalina Esparza)

Saddam Hussein y el miedo

Durante su gobierno, Saddam Hussein jamás dudó de la conveniencia de mandar matar a los que él creía eran una amenaza. El corresponsal de la BBC Grant Ferrett informa sobre el miedo que propiciaba el status quo.

Saddam Hussein vivía detrás de un muro de seguridad y paranoia. Hasta tenía gente que probaba su comida. A nadie -ni siquiera a sus hijos-, le estaba permitido portar armas en su presencia.
Tras la invasión de las fuerzas lideradas por EEUU,

fue el otrora todopoderoso quien se escondió

Su autoridad estaba reforzada por una red de fuerzas de seguridad y agencias de inteligencia superpuestas.
Arma: el miedo
El político kurdo Mahmoud Osman lo conoció cuando el ex líder iraquí empezaba a desarrollar su principal arma de control: el miedo.

"Éramos amigos. Una vez estábamos sentados juntos y él explicaba: 'Cuando llegamos al poder, resolvimos quedarnos'. Habían decidido quedarse a cualquier precio.

Dijo: 'Si alguien se nos opone, hay que matar a algunas personas, aunque sean inocentes porque así se asusta al resto'. Él ha asustado a todos. Luego empezó a deshacerse de los opositores potenciales, uno por uno. Todos los demás sabían que aquel había sido eliminado por Saddam".
A finales de la década de 1950, Saddam Hussein era un joven ambicioso que aún permanecía en las sombras del partido Baas.

Participó en un atentado fallido que tenía como objetivo el asesinato del entonces primer ministro Abdul Karim Qassem.

Ya en aquellos días era un hombre violento, opina Mustafá Karadaghi.

"Bueno, yo lo conocí cuando él era un hombre joven. Era muy agresivo.
Hablaba de cómo derrocar al régimen (de Qassam) para dispararle a todo el mundo, para vaciar las calles de Bagdad y convertirla en un lago de sangre".

Sin oposición
Durante los siguientes veinte años Saddam Hussein se dedicó a eliminar a enemigos y rivales y finalmente llegó a la presidencia en 1979.

La forma en que tomó la decisión de invadir a Kuwait once años después es reveladora: solamente tres personas fueron consultadas, y todos eran miembros de su familia.

Wafiq Al Samurai era director de Inteligencia Militar en Irak por ese entonces. Cuenta que la primera vez que escuchó de la invasión fue a través de la radio.

Al Samurai y otros iraquíes con experiencia pensaron que era un desastre, pero nadie se animaba a decírselo al líder.

"No podíamos decírselo directamente, a la cara: 'Debes retirar las fuerzas de Kuwait'. Nadie podía hacerlo. Si le decías eso a Saddam, ibas a pasar mucho miedo.

Él estaba dispuesto a matar a cualquiera. Y por eso nadie podía decirle algo semejante, criticarlo cara a cara".

Dos hombres que revelaron buena parte de los "trabajos" del aparato de miedo de Saddam fueron sus hijos adoptivos, quienes huyeron a Jordania y allí pidieron asilo a mediados de la década de 1990.

Luego de seis meses, aparentemente convencidos de que su padre los había perdonado, volvieron a Irak. Fueron ejecutados a los pocos días.

Semejante predisposición a utilizar la fuerza, incluso contra su gente más cercana, mantuvo en el poder a Saddam durante más de 25 años.

Fuente: BBC MUNDO (Grant Ferrett)

Los demócratas exigen una solución para Irak

Los principales líderes demócratas del Congreso instaron ayer al presidente George W. Bush a que busque una solución política al conflicto en Irak, en vez de recurrir a un aumento del envío de tropas.
Nancy Pelosi

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la nueva mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, pidieron hoy a Bush en una carta que se oponga a un plan ``para ampliar la guerra en Irak con el envío de más soldados''.

En la misiva explicaron que la escalada del conflicto sólo conseguirá ``retrasar la capacidad del gobierno iraquí de tomar las riendas de su futuro''.

Pelosi y Reid argumentaron que las tropas estadounidenses no dan abasto, que el aumento de tropas no frenará la espiral de violencia y que Estados Unidos corre mayores riesgos al colocar a su Ejército en medio de una guerra civil.

''Queremos hacer todo lo posible por ayudar a Irak a triunfar en el futuro pero, al igual que muchos de nuestros máximos líderes militares, no creemos que el envío de más soldados estadounidenses contribuya a ese éxito'', explicaron los líderes de la oposición.

''Ellos, como nosotros, creen que no hay una solución meramente militar en Irak. Sólo existe una solución política'', urgieron, tras insistir en que enviar más tropas sólo significa aumentar el peligro.

En la misiva, Pelosi y Reid recalcaron que diciembre fue el mes más mortífero de la guerra en más de dos años, con lo que el número total de bajas militares estadounidenses en el país árabe ya superó los 3,000, sin contar a varios centenares de desaparecidos en combates y atentados.
''El pueblo estadounidense demostró en las elecciones que no cree que su política actual en Irak conduzca al éxito y que necesitamos un cambio de rumbo por el bien de nuestras tropas y del pueblo iraquí'', insistieron.

Ambos recomendaron una retirada paulatina de las tropas estadounidenses en los próximos cuatro a seis meses y un cambio de enfoque, ``de una misión militar a un programa de operaciones de capacitación, logística, protección de las fuerzas y acciones antiterroristas''.
Los demócratas, que dominan el Congreso por primera vez en doce años, prometieron revisar la estrategia de EEUU en Irak entre sus prioridades para la 110 legislatura.

Fuente: EFE- El Nuevo Herald