Bush politiza sucesos de Septiembre 11
"Today we are safer, but we are not yet safe."
“Ahora estamos mas seguros, pero aun no estamos seguros”, traducción de las palabras dichas por el presidente George Bush con ocasión de su discurso a la nación americana, al conmemorarse el quinto aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 y que hemos resaltado porque sintetizan el mensaje efectista con que el presidente ha mezclado las actividades de un día solemne y de recogimiento para familiares y el pueblo norteamericano en general y su justificación de la guerra en Irak y el propósito de continuarla hasta la victoria final.
El presidente dijo solemnemente ayer “El 11 de septiembre, nuestra nación vio el rostro de la maldad. Sin embargo, ese terrible día, presenciamos algo inconfundiblemente estadounidense: ciudadanos comunes y corrientes se pusieron a la altura de la ocasión y respondieron con actos de extraordinaria valentía. Vimos valentía en los oficinistas atrapados en los pisos altos de los rascacielos que ardían, y que llamaron a casa para que las últimas palabras a su familia fueran de consuelo y amor. Vimos valentía en los pasajeros a bordo del vuelo 93, que recitaron el Salmo 23, y luego entraron a la fuerza en la cabina del avión. Y vimos valentía en el personal del Pentágono que salió de las llamas y el humo, para luego volver corriendo para responder a los llamados de ayuda. Hoy recordamos a los inocentes que perdieron la vida, y rendimos tributo a aquéllos que dieron la vida para que otros pudieran vivir".
El presidente Bush también brindó tributo a los bomberos y a otros que perdieron sus vidas en los ataques:“Me reuní con bomberos y policías a quienes se les quebraba la voz al recordar a sus compañeros caídos. Estuve con las familias congregadas en un campo cubierto de hierba en Pensilvania, tristes pero orgullosos de sus seres queridos que se rehusaron a ser víctimas y le brindaron a Estados Unidos nuestra primera victoria en la guerra contra el terrorismo”.
Sin embargo, dada la importancia y la solemnidad de la fecha, el presidente ha tratado de aprovechar la coyuntura de los actos conmemorativos de lo que ahora simplemente se conoce como Septiembre 11. Ya había dado varios discursos en días previos donde venia arengando al pueblo sobre la necesidad de continuar la guerra en Irak, aunque había tenido que reconocer algunos errores, como que existían cárceles clandestinas de la CIA en Europa y que se trasladaría a esos presuntos terroristas a la base de Guantánamo, además de reconocer métodos de interrogación que iban en contraposición con los estándares defendidos por organizaciones internacionales de derechos humanos, los cuales tratarían de subsanar en el futuro.
En esos discursos previos al día de ayer 11 de septiembre, Bush justificaba también los sacrificios que implica las restricciones de derechos ciudadanos en aras de la seguridad nacional, y justificaba las escuchas telefónicas, política recusada por la suprema corte norteamericana. También venia informando sobre el reforzamiento de la seguridad en fronteras, puertos y aeropuertos y sobre la centralización y el intercambio de información de todas las agencias de seguridad y la policía para una lucha mas efectiva contra el terrorismo internacional.
Los citados discursos, más el del día de ayer tienen un doble propósito, por un lado justificar la guerra en Irak en el intento de convencer a la cada vez mayoritaria oposición del pueblo estadounidense a la participación de las tropas yanquis en el medio oriente, y por otro, “llevar agua para su molino”, por las cercanas elecciones legislativas de noviembre próximo, donde podría cambiar la correlación de fuerzas en el parlamento si las elecciones encuentran a un presidente debilitado.
En el discurso de ayer, al igual que los discursos de las dos ultimas semanas, Bush ha intentado cambiar la opinión pública con discursos dramáticos dirigidos ha explicar al pueblo la naturaleza de la guerra y las metas de los Islamistas radicales. El dijo:
“Nuestra nación está a prueba de una manera que no experimentamos desde la Guerra Fría. Vimos lo que un puñado de nuestros enemigos puede hacer con navajas y boletos de avión. Escuchamos sus amenazas de lanzar incluso más ataques terribles contra nuestro pueblo. Y sabemos que si pudiesen obtener armas de destrucción masiva, las usarían contra nosotros. Enfrentamos a un enemigo resuelto a llevar muerte y sufrimiento a nuestros hogares. Estados Unidos no pidió ser parte de esta guerra, y todos y cada uno de los estadounidenses desean que se acabe. Yo también. Pero la guerra no ha concluido; no concluirá hasta que alguien venza, ya sea nosotros o los extremistas. Si no vencemos a estos enemigos ahora, serán nuestros hijos los que enfrentarán un Oriente Medio dominado por estados terroristas y dictadores radicales armados con armas nucleares. Somos parte de una guerra que determinará el curso de este siglo que apenas comienza y decidirá el destino de millones alrededor del mundo”….( )
“Para Estados Unidos, el 11 de septiembre fue más que una tragedia: cambió nuestra manera de ver el mundo. El 11 de septiembre, decidimos que tomaríamos la ofensiva contra nuestros enemigos, y no haríamos distinción alguna entre los terroristas y aquéllos que los protegen o respaldan. Por lo tanto, ayudamos a derrocar al Talibán en Afganistán. Hicimos que al Qaida se batiera en retirada y eliminamos o capturamos a la mayoría de aquéllos que planearon los ataques del 11 de septiembre….”
Los estrategas políticos de Bush tratan de hacer de las debilidades del presidente su fortaleza. Las debilidades son que tras ya varios años iniciadas las guerras de Afganistán e Irak y la no captura de Osama Bin Laden, el líder del grupo terrorista Al Qaeda; además del cada vez mayor reclamo del pueblo por el retorno de las tropas de medio oriente. Esa debilidades, tratan de trocarlas por fortalezas, aprovechando la coyuntura de Septiembre 11, acusando a los demócratas, quienes fustigan su política en Irak, de ser débiles y que el país esta mas seguro con los republicanos.
Ayer mismo, Bush ha dicho sobre Irak “Se me pregunta a menudo por qué estamos en Iraq, si Sadam Husein no fue responsable por los ataques del 11 de septiembre. La respuesta es que el régimen de Sadam Husein era una amenaza clara. Mi gobierno, el Congreso y las Naciones Unidas vieron la amenaza, y después del 11 de septiembre, el régimen de Sadam representaba un peligro que el mundo no podía dejar que continuara. El mundo es más seguro porque Sadam Husein ya no está en el poder. Y ahora el desafío es ayudar al pueblo de Iraq a desarrollar una democracia que haga realidad los sueños de casi 12 millones de iraquíes que acudieron a votar en elecciones libres el pasado diciembre”.
Continua diciendo Bush “Estamos ayudando al gobierno de unidad de Iraq para que sea más fuerte y trabaje por su pueblo. No partiremos hasta que esta labor haya concluido. Sean cuales sean los errores cometidos en Irak, el peor error sería pensar que si nos retiramos, los terroristas nos dejarán en paz. No nos dejarán en paz. Nos seguirán. La seguridad de Estados Unidos depende del resultado de la batalla en las calles de Bagdad. Osama Bin Laden llama a esta lucha "la Tercera Guerra Mundial", y dice que la victoria para los terroristas en Iraq significará "la derrota y desgracia" de Estados Unidos "para siempre". Si cedemos Iraq a hombres como Bin Laden, nuestros enemigos se envalentonarán, obtendrán un nuevo refugio, utilizarán los recursos de Iraq para promover su movimiento extremista”.
Ayer por la noche, se escuchó la respuesta de los demócratas quienes dijeron que Bush ha politizado el aniversario. del 11 de septiembre. "el presidente debería estar avergonzado por usar un día de luto nacional para aprovechar los sucesos para dar un discurso que fue diseñado no para unir al país y conmemorar a los caídos, sino para buscar la ayuda para una guerra en Iraq que él mismo ha admitido no tenía 'ninguna relación con 9/11," respondio el influyente senador Edward M. Kennedy’ (
Por otra parte las encuestas sugieren que el público norteamericano no acepta la explicación de Bush, que la guerra en Irak es un frente crucial en la campaña contra los terroristas, por lo que los esfuerzos de los estrategas de la casa blanca por hacer de la guerra contra el terrorismo islámico radical una fuerza de Bush, solamente logrará atenuar la caída de la popularidad presidencial para que no arrastre a los republicanos a una debacle en las elecciones legislativas de noviembre.
Recordemos que la popularidad presidencial venía en caída libre en meses anteriores hasta que los sucesos del frustrado intento de los extremistas islámicos de la captura de aviones en Inglaterra para estrellarlos contra objetivos en territorio norteamericano, detuvo esa tendencia y levantó algo la popularidad presidencial.
Ahora, ¿Podrá Bush cambiar la tendencia nacional sobre la sensación mayoritaria sobre la guerra en Irak y evitar que esto arrastre a sus correligionarios republicanos a perder varios escaños en el próximo parlamento?.... ¡Difícil, muy difícil!.
Etiquetas: internacional, opinión
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