Selección al TC: Necesaria rectificación
Por una selección al TC con transparencia y sin componendas
Luego del escándalo suscitado en la votación en “paquete” en lo que podríamos denominar un “Four Pack TC” por parte del Congreso de la República, para seleccionar a los cuatro miembros faltantes de Tribunal Constitucional, y donde luego de las componendas y amarres, se optó no a consideraciones de méritos y calidad profesional de los designados, sino al compromiso político; es imprescindible entonces que la continuación del nuevo proceso se desarrolle con transparencia y sin componendas. Esto es absolutamente necesario por el bien de la salud política del país y por el respeto y credibilidad que deben tener nuestras instituciones.
El polémico almuerzo “para tratar las mejores dietas para la diabetes” entre el electo Javier Ríos Castillo con personajes cuestionados por su relación con el jefe de la mafia fujimontesinista, Vladimiro Montesinos, tales como Agustín Mantilla y Óscar López Meneses, y dos militares en actividad, exactamente el día previo a la votación congresal, mancha todo el proceso de selección y pone un manto de duda sobre la independencia y credibilidad de los otros tres seleccionados al TC.
La primera víctima de este contertulio fue el propio jurista Ríos Castillo, quien ante el clamor general tuvo que renunciar al cargo, recientemente electo y al que no llegó a juramentar.
A estas alturas de los acontecimientos, luego del pronunciamiento del Premier Jorge del Castillo, del Presidente de la República Alan García y de voceros de diferentes bancadas, es casi un hecho que deba declarase la nulidad de la votación, dejando las cosas al estado anterior a la apresurada elección.
La chamuscada presidenta del Congreso Mercedes Cabanillas, había expresado que con el simple hecho de tapar el hueco dejado por el renunciante Ríos se solucionaría el problema. Luego, ante el pronunciamiento de sus propios compañeros de partido y el clamor de la opinión pública, ha tenido que tragarse olímpico sapo y declarar que ella no sabía nada de lo que había cocinado su mano derecha, el Oficial Mayor del Congreso, José Cevasco Piedra (al parecer el padrino de la candidatura de su amigo Ríos), a quien le retirado su confianza y expresando que ella misma pediría la nulidad de la cuestionada elección.
Ante el desastre que ha significado para la imagen del Congreso, los congresistas deben efectuar un mea culpa y olvidarse de tratar de imponer un candidato afín a su colectividad política. Deben olvidarse de tratar de copar el TC con miembros comprometidos con sus partidos políticos, tal como fue la pasada elección donde prevaleció el pacto entre los congresistas apristas, fujimoristas y upepistas-nacionalistas, para imponer sus candidatos.
Por lo sucedido, creemos que la continuidad del proceso debería ser manejada en esta oportunidad ajena a la presión político partidaria, tomando como base sólo la calidad y méritos profesionales de los candidatos, así como sus antecedentes democráticos, independientemente de sus preferencias políticas.
El Congreso, una institución que representa a las fuerzas políticas del país, no garantiza esa independencia; por lo tanto otra institución, como el Consejo de la Magistratura podría ser la indicada de llevar a cabo el proceso de establecer un estricto cuadro de méritos entre los dieciséis candidatos que llegaron hasta la última depuración, previo a la cuestionada votación congresal. Finalmente, el Congreso respetando escrupulosamente dicho cuadro de méritos, santificaría de acuerdo a sus atribuciones constitucionales, la elección de los cuatro mejores.
Esto demandaría un acuerdo multipartidario para establecer este procedimiento, que implica un gesto de grandeza y desprendimiento, pero que ojos de la opinión pública significaría restablecer la confianza en un alicaído (en imagen) Congreso de la República.
No creemos que sea necesario empezar desde cero, como plantean algunos representantes nacionalistas, porqué significaría meses de nuevos enjuagues para después finalmente, llegar seguramente a situaciones semejantes a lo que ahora se critica: la componenda política.
Señores congresistas, de Uds. depende revertir la pobre imagen que el pueblo tiene de sus representantes. El país demanda instituciones sólidas y fuertes, independientes y creíbles. Está en juego la fortaleza de las instituciones, y la confianza y seguridad jurídica del país. Esta última, vital para atraer mayores inversiones, que es la mejor manera para luchar contra la pobreza.
Por lo tanto es vital para nuestra democracia que la nueva elección de los cuatro miembros del TC se realice con la mayor transparencia y credibilidad. Demandamos eso de nuestros representantes.
El polémico almuerzo “para tratar las mejores dietas para la diabetes” entre el electo Javier Ríos Castillo con personajes cuestionados por su relación con el jefe de la mafia fujimontesinista, Vladimiro Montesinos, tales como Agustín Mantilla y Óscar López Meneses, y dos militares en actividad, exactamente el día previo a la votación congresal, mancha todo el proceso de selección y pone un manto de duda sobre la independencia y credibilidad de los otros tres seleccionados al TC.
La primera víctima de este contertulio fue el propio jurista Ríos Castillo, quien ante el clamor general tuvo que renunciar al cargo, recientemente electo y al que no llegó a juramentar.
A estas alturas de los acontecimientos, luego del pronunciamiento del Premier Jorge del Castillo, del Presidente de la República Alan García y de voceros de diferentes bancadas, es casi un hecho que deba declarase la nulidad de la votación, dejando las cosas al estado anterior a la apresurada elección.
La chamuscada presidenta del Congreso Mercedes Cabanillas, había expresado que con el simple hecho de tapar el hueco dejado por el renunciante Ríos se solucionaría el problema. Luego, ante el pronunciamiento de sus propios compañeros de partido y el clamor de la opinión pública, ha tenido que tragarse olímpico sapo y declarar que ella no sabía nada de lo que había cocinado su mano derecha, el Oficial Mayor del Congreso, José Cevasco Piedra (al parecer el padrino de la candidatura de su amigo Ríos), a quien le retirado su confianza y expresando que ella misma pediría la nulidad de la cuestionada elección.
Ante el desastre que ha significado para la imagen del Congreso, los congresistas deben efectuar un mea culpa y olvidarse de tratar de imponer un candidato afín a su colectividad política. Deben olvidarse de tratar de copar el TC con miembros comprometidos con sus partidos políticos, tal como fue la pasada elección donde prevaleció el pacto entre los congresistas apristas, fujimoristas y upepistas-nacionalistas, para imponer sus candidatos.
Por lo sucedido, creemos que la continuidad del proceso debería ser manejada en esta oportunidad ajena a la presión político partidaria, tomando como base sólo la calidad y méritos profesionales de los candidatos, así como sus antecedentes democráticos, independientemente de sus preferencias políticas.
El Congreso, una institución que representa a las fuerzas políticas del país, no garantiza esa independencia; por lo tanto otra institución, como el Consejo de la Magistratura podría ser la indicada de llevar a cabo el proceso de establecer un estricto cuadro de méritos entre los dieciséis candidatos que llegaron hasta la última depuración, previo a la cuestionada votación congresal. Finalmente, el Congreso respetando escrupulosamente dicho cuadro de méritos, santificaría de acuerdo a sus atribuciones constitucionales, la elección de los cuatro mejores.
Esto demandaría un acuerdo multipartidario para establecer este procedimiento, que implica un gesto de grandeza y desprendimiento, pero que ojos de la opinión pública significaría restablecer la confianza en un alicaído (en imagen) Congreso de la República.
No creemos que sea necesario empezar desde cero, como plantean algunos representantes nacionalistas, porqué significaría meses de nuevos enjuagues para después finalmente, llegar seguramente a situaciones semejantes a lo que ahora se critica: la componenda política.
Señores congresistas, de Uds. depende revertir la pobre imagen que el pueblo tiene de sus representantes. El país demanda instituciones sólidas y fuertes, independientes y creíbles. Está en juego la fortaleza de las instituciones, y la confianza y seguridad jurídica del país. Esta última, vital para atraer mayores inversiones, que es la mejor manera para luchar contra la pobreza.
Por lo tanto es vital para nuestra democracia que la nueva elección de los cuatro miembros del TC se realice con la mayor transparencia y credibilidad. Demandamos eso de nuestros representantes.
Etiquetas: opinión
Vínculo
posted by El brujo político at 11:23 a. m.
Revistas, libros
2 Comments:
Creo que es necesario empezar un nuevo proceso. Ha quedado demostrado que la comisiòn Pastor ha actuado con poca transparencia desde el día 1. EL Comercio recomienda escoger a los que mejor evaluaciòn tienen, pero ¿podemos confiar en la evaluación hecha por esta comisión? ¿qué criterios utilizaron? ¿DONDE ESTAN LOS RESULTADOS?
Es inutil pedir a los Congresistas revertir la mala imagen que tiene el Congreso haciendo un acto honesto en una eleccion. Como le puedes pedir a un delincuente, por favor no robes esta vez ya has robado demasiado y tu imagen esta deteriorada, mejora tu imagen , no robando esta vez. La Comision manipulo a la mala la seleccion y las evaluaciones. Para mi es un delito pretender burlarse del pais, de los ciudadanos y tratar de infiltrar gente cuestionada en el TC para mas tarde manipular los fallos. Ayer por ejemplo en Caretas se revela que en el momento de votar para elegir al grupo de cuatro se hizo la votacion sin estar presente Lezcano (AP) y Castro (UN) que tambien eran miembros de la comision. Alguien les paso la voz que los otros ya estaban reunidos y fue entonces que los dos se aparecieron a protestar. Que es esto, acaso no es delincuencial hacer esto a los otros miembros. De igual manera, habia informacion respecto a los candidados que solo el presidente tenia acceso.
Tambien ha quedado demostrada la complicidad de Cabanillas, Cevasco, Barturen y la relacion de estos con Lopez Meneses. En resumen todo el proceso esta viciado. Si vamos a tratar con guantes de seda a esta gentuza, el pais nunca va a cambiar. A grandes problemas se necesitan grande soluciones. Por eso estamos como estamos, porque los peruamos somos blandos con la corrupcion y ellos se aprovechan de esta blandura. Como vamos a atraer la inversion con toda esta corrupcion, solo vendran inversionistas corruptos que saben que las cosas se arreglan bajo la mesa, como es el caso de la via expresa Fauccett, el gasoducto (que ya revento en Argentina), etc. La corrupcion hace que no tengamos nada, no hay plata ni para comprar un patrullero, solo promesas. No hay plata para ayudar a la gente que se muere de frio en el SUR. Si es necesario empezar de cero. Es dificil que se haga porque te digo que la mayoria de congresistas son gente corrupta pero que se debe hacer se debe hacer.
Publicar un comentario
<< Home