Mentalidad subdesarrollada

Alan garcía ya no no viajará en el avión presidencial de Chile a la asunción de mando del presidente de Ecuador, Rafael Correa.

Al parecer la presidenta chilena, Michelle Bachelet, conocedora que el mandatario peruano ha llevado a extremos su pregonada austeridad, decidió darle un aventón a García, por lo que diplomáticamente lo había invitado a viajar juntos a Ecuador. Para el efecto se había programado una escala técnica el domingo en Lima para recogerlo.

Menos mal, porqué creemos que si el presidente no quiere usar el avión presidencial peruano, por una exagerada pose para las tribunas subdesarrolladas, se vería como si el hermano rico –Chile- ayudara al mendigo hermano pobre –Perú- altruistamente, como cuando Ud. le da una propina al pobre desvalido, que le estira la mano.

La salida de Torre Tagle fue que García prefiere viajar el lunes por la mañana y regresar por la noche en vuelo comercial, porque su costumbre es ausentarse del país lo menos posible.

El peor problema de ser un país subdesarrollado, es que se llega a tener una mentalidad subdesarrollada y pensamos como subdesarrollados. Se llega a tener una actitud derrotista, apocada, donde a veces el éxito puede ser mal visto, porqué seguramente algo non santo se ha hecho para conseguir el triunfo, para lograr el éxito.

Otra forma de la mentalidad subdesarrollada es que por la mediocridad se trata de tirarse abajo al triunfador, así todos felices , todos contentos, todos subdesarrollados.

Porque cree Ud. amigo lector que siempre perdemos en el fútbol cuando jugamos contra Brasil y Argentina, por no decir contra otros rivales sudamericanos que ahora también nos ganan. Por qué de antemano salimos a la cancha ya derrotados. Porqué empezamos el partido con las piernas temblando y con la excusa que ellos nos van a ganar, pero que nosotros trataremos de ganar a tal o cual, en teoría de igual o menos nivel que nosotros. En suma somos subdesarrollados, en este caso futbolísticamente.

Vivimos del recuerdo de glorias pasadas, cuando fuimos a un mundial eliminando a la poderosa Argentina, pero olvidamos que lo principal que tuvo que hacer el recordado técnico Didí fue trabajar la mente de los jugadores nacionales. Él, conocedor de la innata habilidad técnica del futbolista peruano, tuvo que inculcarles a que se sientan capaces, a mirar de igual a igual al rival. Y así fue que se consiguieron los éxitos deportivos de cuyo recuerdo ahora vivimos.

Dicen que cada pueblo tiene el gobernante que se merece. O gobierna el que sabe interpretar el sentir popular. Y lamentablemente, como país tenemos unas masas mayoritariamente subdesarrolladas. Una masa que se encandila con discursos efectistas y a veces vacío o demagógico. Una masa fácilmente manipulable desde los titulares de los diarios chicha, lo que en su momento fue aprovechado por el fujimontesinismo, para tratar de perennizarse en el poder.

Por esa mentalidad subdesarrollada de nuestro pueblo, los políticos en campaña electoral compiten por quien ofrece darles mas, a si sea cosas imposibles de cumplir en un período gubernamental. El pueblo cree, o quiere creer, que como con una varita mágica se le van a solucionar todos sus problemas de la noche a la mañana.

A ese pueblo subdesarrollado es fácil conquistarlo poniendo el mote al oponente de ser candidato (a) de los ricos, aunque después del triunfo se co-gobierne con miembros de esos representantes de los ricos.

Tal vez conocedora de esa mentalidad subdesarrollada de las mayorías nacionales, la denominada candidata de los ricos en las pasadas elecciones generales (Lourdes Flores) no tuvo el coraje de asumir el papel de candidata de los ricos sacándole la vuelta al mote endilgado, para decir que su propuesta es que todos los peruanos sean algo mas ricos al final de su gobierno; que ofrecía generar riqueza, para salvar las desigualdades existentes.

En fin debemos fomentar la cultura del éxito y para eso es necesario trabajar la mente del poblador peruano, al igual que lo hizo Didí en lo futbolístico en la analogía ilustrativa. Para eso debería desterrase de nuestra cultura política poses como las que exagera el presidente García.

Por ejemplo que de malo habría que un presidente tome unos días de vacaciones al año, como cualquier trabajador, si sabemos que en el caso peruano, Alan García trabaja desde el alba hasta muy altas horas de la noche, incluso sábados y domingos. Después de todo no queremos que al presidente le de un surmenage de tanto trabajo.

No hacer demagogia con los asuntos saláriales. Si bien Toledo se había puesto un sueldo de presidente de un país del primer mundo, y era un clamor la reducción de los sueldos de parlamentarios, García ha exagerado al asignarse un bajo sueldo, que dificulta la llegada de ejecutivos de alto nivel a la administración pública, ya que el tope salarial presidencial arrastra para abajo a todos los funcionarios públicos.

El presidente García debe dejar de gobernar con la mirada hacia atrás, para criticar a su antecesor ( avión presidencial, allanamiento ante la CIDH, etc.). La austeridad no implica dar la impresión internacional del hermano pobre al que tenga que dársele un aventón, sino emplear racionalmente los recursos que el estado provee para enaltecer la institucionalidad presidencial de la República del Perú.

En suma es necesario un cambio de mentalidad, y en eso el presidente tiene un rol preponderante. A veces no es bueno decirle al pueblo lo que el pueblo quiere escuchar, sino lo que realmente le conviene para crecer y cambiar la mentalidad de ser un pueblo acomplejado y apocado, para llegar a ser un pueblo ganador.