La necesidad de aplicar políticas de población

A propósito de la presentación del gabinete en el Congreso.
Tal como era previsible, el Congreso de la República otorgó el voto de confianza al gabinete ministerial presidido por el Dr. Jorge del Castillo, en su presentación en la sede del legislativo y donde el premier comunicó al país las políticas que desarrollará el gobierno en esta quinquenio. Se establecieron los indicadores en las diferentes áreas que marcarán el rumbo del gobierno para solucionar los principales problemas que aquejan a nuestro pueblo como son la pobreza, la educación , salud, empleo, etc.

No es nuestro objetivo informar sobre los temas expuestos por el primer ministro, de eso se encargan los medios de comunicación masivos, sino que fiel a nuestro objetivo de establecer propuestas en pro del desarrollo y gobernabilidad del país, trataremos ahora sobre la necesidad de aplicar políticas de población, que es algo que no hemos escuchado en el discurso del primer ministro el día de hoy en su disertación en el congreso nacional, claro está que como lo explicamos mas adelante, hoy no era la ocasión mas adecuada para que el Dr. Del Castillo trate este delicado tema.

El nuevo gobierno debe adoptar a futuro un conjunto de medidas y programas con el fin de producir cambios cuantitativos y cualitativos en los procesos de crecimiento de la población, que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas y a reducir las desigualdades existentes entre los peruanos.

El crecimiento de la población peruana es mayor en aquellas zonas de gran pobreza y pobreza extrema, consecuencia de una pobre educación y/o analfabetismo, que originan masivas migraciones de pobladores de estas zonas deprimidas del interior del país a las grandes ciudades, con la secuela de invasiones de terrenos para levantar sus precarias viviendas, carentes de los mínimos servicios indispensables de salubridad, creando potenciales problemas futuros, que muchas veces son los caldos de cultivo que atentan contra la seguridad ciudadana.

El gobierno dictatorial de Fujimori inició una campaña intensiva de control de la natalidad, aplicando inclusive esterilizaciones forzadas, o con engaños en mujeres de escasos recursos económicos, política que atentaba contra los derechos humanos de estas personas.

Todo gobierno debe aplicar políticas de población, por ejemplo en países de bajo índice de crecimiento de su población, como es el caso de algunos países europeos industrializados se dan incentivos económicos a sus ciudadanos para aumentar la natalidad. Otros países superpoblados como China aplican por el contrario medidas tendientes a controlar la fecundidad. Estas políticas de control de la población debe estar inmersa en un proyecto de desarrollo económico y social más amplio, acorde a los recursos disponibles de la nación, con la finalidad de lograr desarrollos sociales mas uniformes y por ende menos problemas futuros que incidan en el incremento de la delincuencia, entre otros beneficios producto de la disminución de la pobreza de esta población deprimida.

A esta población objetivo se la debe educar en métodos de planificación familiar, para tener la cantidad necesaria de hijos que puedan mantener y educar. El estado debe proporcionarle gratuitamente los instrumentos que permitan un control de la fecundidad, tales como anticonceptivos incluidos fármacos tales como la muy discutida “píldora del día siguiente” (para caso de violaciones y evitar embarazos no deseados) y esterilizaciones consentidas en aquellas parejas que tengan la cantidad suficiente de hijos. Claro está que se tendrá que enfrentar la oposición de la jerarquía eclesiástica, a quien con mucha diplomacia, se le debe decir, al igual que han hecho gobiernos democráticos de otros países, que la función de la iglesia es con su feligresía y la función del gobierno es con el estado.

Creemos sí que esta política debería ser implementada a partir del segundo año de gobierno, ya que en el primer año se deben comenzar a aplicar las medidas anunciadas en el Plan de Gobierno del APRA (agua para todos, sierra exportadora, etc.) y ganar la confianza y popularidad en la población para vencer las reservas en parte de esta, consecuencia del primer gobierno 1985-1990 y tener la menor oposición posible a políticas como las de control de la población que podrían encontrar algún grado de resistencia, en algunos sectores organizados de la población civil, especialmente en la Iglesia católica.

En principio, el estado no puede permanecer inactivo sin hacer nada para controlar el crecimiento acelerado de la población de mas pobreza en el Perú, si al mismo tiempo no se aplican políticas para lograr el desarrollo sostenido de esas poblaciones, porqué de lo contrario se estaría incubando potenciales focos de conflictos sociales, ya que al ser poblaciones fácilmente manipulables pueden ser captados por grupos subversivos terroristas, o caer fácilmente a las prédicas incendiarias de líderes mesiánicos como los que ya se han observado en las elecciones presidenciales del 2006, en la zona sur del Perú, con el peligro que ello representa para la democracia en el país.

Las políticas de control poblacional aunque no se puede decir que sea una estrategia directa de seguridad ciudadana, si se la podría incluir como una estrategia preventiva de la misma, porqué muchos de los problemas que generan la delincuencia mayormente se originan como consecuencia de la pobreza y por familias que no han aplicado ningún método de planificación familiar, que tienen muchos hijos, los cuales ante la falta de oportunidades de desarrollo personal caen en las garras de la delincuencia.

Es alentador escuchar que el gobierno del presidente Alan García centrará su política en el apoyo de la población menos favorecida, pero seamos realistas, en cinco años no se va ha erradicar la pobreza en el Perú, aunque hacemos votos porqué este gobierno tenga éxito y que minimice la pobreza ostensiblemente, para lo cual debe también planificarse el crecimiento de nuestra población.