¿Y de la regionalización, que?
Uno de los problemas del Perú desde los albores de la república, siempre ha sido el centralismo limeño, es por eso que la descentralización ha sido un clamor de los pueblos del interior del país.
La regionalización fue uno de los puntos tocados en el discurso presidencial de fiestas patrias. Para el presidente Alan García el asunto de la regionalización consiste en la transferencia de recursos del gobierno central a los gobiernos regionales, así como la delegación de sopetón de una avalancha de funciones para los cuales éstos no estaban preparados ni tienen la capacidad administrativa para asumirlos así repentinamente. Salvo tal vez honrosas escepciones.
Se quejaba el presidente, que los pueblos del interior del país le reclaman al gobierno central la ejecución de una serie de obras, cuando según él deberían tocarle las puertas a su presidente regional, por que ahora sólo un tercio de los recursos del estado lo maneja el gobierno central y dos tercios restantes los gobiernos regionales y municipales. Como diciéndoles no me hagan huelga a mí, háganle huelga a su presidente regional, a propósito de las últimas revueltas que lo dejaron algo zarandeado.
Pero todo proceso necesita quemar etapas. A un niño que está gateando y recién aprendiendo a caminar, no se le puede pedir que corra una maratón. De igual forma a presidentes regionales que no tienen mayormente, en la casi totalidad de las regiones, una formación política y muchos menos una formación académica o administrativa para gerenciar un gobierno y los recursos asignados, no se puede pretender que lo hagan eficientemente si el estado nacional no los apoya ni les da las herramientas para aliviar la carga puesta sobre sus hombros. Muchos de esos presidentes regionales ganaron su elección con menos del 20% y temen ser vacados de sus cargos, por lo que ante su fragilidad política optan por plegarse a las movilizaciones populares.
Uno de los problemas recién ha comenzado a solucionarse con la descentralización del SNIP para que en cada región, los propios gobiernos regionales y municipales puedan evaluar y priorizar sus proyectos, pero hay muchas otras trabas burocráticas que dependen de Lima. El Consucode por ejemplo que ve los reclamos de los que objetan una licitación está en Lima y se puede decir que es un deporte nacional que en una licitación para alguna obra alguien gane y los otros reclamen, retrasando los cronogramas estimados y por lo tanto no se puedan girar los dineros presupuestados.
Ya antes del discurso de fiestas patrias, el presidente García renegaba de que los gobiernos regionales y la burocracia estatal no gastaban con la rapidez que el quisiera. La ira presidencial se descargó contra los directivos de Pro Inversión descabezando la institución, que dicho sea de paso también está centralizada en Lima.
Parte del dinero que el gobierno dice haber transferido, es sólo para pagar planillas. El gobierno ha transferido fondos que antes pagaba directamente a maestros y personal del sector salud. Ahora los gobiernos regionales son meras cajas pagadoras de los sueldos de maestros y médicos pero no tienen fondos adicionales para efectuar nuevas obras para remodelar colegios e infraestructura educativa ni nuevas postas médicas en zonas donde el estado no llega. Ha transferido funciones pero los gobiernos regionales no tienen los recursos humanos especializados para manejar esas nuevas responsabilidades. Se podría decir que el gobierno ha buscado desembarazarse de estas problemáticas.
Algo ausente en el discurso presidencial ha sido entre otras cosas el tema de la regionalización. Habló de sus metas de aquí al 2011, por lo tanto la regionalización no es una prioridad para su gobierno. Ya el Presidente del Consejo de Ministros había mencionado tímidamente antes, consultado sobre el tema, que lo que el gobierno buscaría sería no efectuar una consulta popular para determinar la nueva composición de las regiones ( conforme al cronograma estipulado en el anterior gobierno, estimado para el 2009), sino que sus esfuerzos se centrarían en establecer una región piloto.
Si vemos la pugna que hay entre las regiones por asuntos de diversa índole, no creemos que la regionalización llegue a concretarse nunca. Para muestra tomemos como ejemplo la pugna entre Tacna y Moquegua, que por cercanía, idiosincrasia y complementariedad económica entre otras razones deberían formar parte de una misma región, sin embargo hace poco se peleaban por una laguna que ambas reclamaban para su región. Lambayeque tiene millones gastados en el trasvase del Río Huancabamba para el proyecto Tinajones, sin embrago el gobierno regional de Piura quiere ahora su túnel propio, y seguramente destinará un presupuesto para tal fin, a pesar que a todas luces el proyecto es anti técnico económicamente, afectando a los dos departamentos por el volumen de agua que tendría que derivarse para atender ambos requerimientos lo que afectará también la cantidad de energía hidroeléctrica a generarse; cuando si formaran parte de la misma región podría complementarse perfectamente y dar un mejor uso a sus recursos. Otros departamentos no quieren asociarse con otros por que no quieren que su canon se distribuya con otro departamento que no lo tiene, y así diferencias insalvables por el estilo.
Así como un huevo una vez que se rompe ya no es posible componerlo, hay cosas en la vida para los cuales sólo hay una oportunidad para realizarlas. Aquí habría que mencionar como las rivalidades políticas juegan en contra del país. El proyecto de regionalización se perdió en el gobierno pasado por el boicot del partido ahora en el gobierno, claro que aunado a errores en la concepción de los encargados de ejecutarlo entonces.
Ahora con los recursos asignados a los departamentos, (por que eso es lo que son, departamentos, por que mas que se les quiera denominar regiones); creo que será imposible que se cree alguna región. Hasta el departamento mas pequeño y con menos recursos no querrá unirse a otra para formar una unidad mas grande, porqué siempre prevalecerá los caciquismos locales que no querrán perder poder, ni los emolumentos que conlleva el cargo, aparte de los chauvinismos locales.
Será por eso que el gobierno no quiere el chasco de un nuevo proyecto de regionalización, para no salir con el rabo entre las piernas, ya que al igual que ellos lo hicieron anteriormente seguramente otras fuerzas políticas sabotearán ese esfuerzo unificador e indispensable para una mayor desarrollo del interior del país. Total después del pulseo de fuerzas y el poder de movilización que las provincias han demostrado al gobierno, este no quiere comprase ese pleito, lamentablemente.
La regionalización fue uno de los puntos tocados en el discurso presidencial de fiestas patrias. Para el presidente Alan García el asunto de la regionalización consiste en la transferencia de recursos del gobierno central a los gobiernos regionales, así como la delegación de sopetón de una avalancha de funciones para los cuales éstos no estaban preparados ni tienen la capacidad administrativa para asumirlos así repentinamente. Salvo tal vez honrosas escepciones.
Se quejaba el presidente, que los pueblos del interior del país le reclaman al gobierno central la ejecución de una serie de obras, cuando según él deberían tocarle las puertas a su presidente regional, por que ahora sólo un tercio de los recursos del estado lo maneja el gobierno central y dos tercios restantes los gobiernos regionales y municipales. Como diciéndoles no me hagan huelga a mí, háganle huelga a su presidente regional, a propósito de las últimas revueltas que lo dejaron algo zarandeado.
Pero todo proceso necesita quemar etapas. A un niño que está gateando y recién aprendiendo a caminar, no se le puede pedir que corra una maratón. De igual forma a presidentes regionales que no tienen mayormente, en la casi totalidad de las regiones, una formación política y muchos menos una formación académica o administrativa para gerenciar un gobierno y los recursos asignados, no se puede pretender que lo hagan eficientemente si el estado nacional no los apoya ni les da las herramientas para aliviar la carga puesta sobre sus hombros. Muchos de esos presidentes regionales ganaron su elección con menos del 20% y temen ser vacados de sus cargos, por lo que ante su fragilidad política optan por plegarse a las movilizaciones populares.
Uno de los problemas recién ha comenzado a solucionarse con la descentralización del SNIP para que en cada región, los propios gobiernos regionales y municipales puedan evaluar y priorizar sus proyectos, pero hay muchas otras trabas burocráticas que dependen de Lima. El Consucode por ejemplo que ve los reclamos de los que objetan una licitación está en Lima y se puede decir que es un deporte nacional que en una licitación para alguna obra alguien gane y los otros reclamen, retrasando los cronogramas estimados y por lo tanto no se puedan girar los dineros presupuestados.
Ya antes del discurso de fiestas patrias, el presidente García renegaba de que los gobiernos regionales y la burocracia estatal no gastaban con la rapidez que el quisiera. La ira presidencial se descargó contra los directivos de Pro Inversión descabezando la institución, que dicho sea de paso también está centralizada en Lima.
Parte del dinero que el gobierno dice haber transferido, es sólo para pagar planillas. El gobierno ha transferido fondos que antes pagaba directamente a maestros y personal del sector salud. Ahora los gobiernos regionales son meras cajas pagadoras de los sueldos de maestros y médicos pero no tienen fondos adicionales para efectuar nuevas obras para remodelar colegios e infraestructura educativa ni nuevas postas médicas en zonas donde el estado no llega. Ha transferido funciones pero los gobiernos regionales no tienen los recursos humanos especializados para manejar esas nuevas responsabilidades. Se podría decir que el gobierno ha buscado desembarazarse de estas problemáticas.
Algo ausente en el discurso presidencial ha sido entre otras cosas el tema de la regionalización. Habló de sus metas de aquí al 2011, por lo tanto la regionalización no es una prioridad para su gobierno. Ya el Presidente del Consejo de Ministros había mencionado tímidamente antes, consultado sobre el tema, que lo que el gobierno buscaría sería no efectuar una consulta popular para determinar la nueva composición de las regiones ( conforme al cronograma estipulado en el anterior gobierno, estimado para el 2009), sino que sus esfuerzos se centrarían en establecer una región piloto.
Si vemos la pugna que hay entre las regiones por asuntos de diversa índole, no creemos que la regionalización llegue a concretarse nunca. Para muestra tomemos como ejemplo la pugna entre Tacna y Moquegua, que por cercanía, idiosincrasia y complementariedad económica entre otras razones deberían formar parte de una misma región, sin embargo hace poco se peleaban por una laguna que ambas reclamaban para su región. Lambayeque tiene millones gastados en el trasvase del Río Huancabamba para el proyecto Tinajones, sin embrago el gobierno regional de Piura quiere ahora su túnel propio, y seguramente destinará un presupuesto para tal fin, a pesar que a todas luces el proyecto es anti técnico económicamente, afectando a los dos departamentos por el volumen de agua que tendría que derivarse para atender ambos requerimientos lo que afectará también la cantidad de energía hidroeléctrica a generarse; cuando si formaran parte de la misma región podría complementarse perfectamente y dar un mejor uso a sus recursos. Otros departamentos no quieren asociarse con otros por que no quieren que su canon se distribuya con otro departamento que no lo tiene, y así diferencias insalvables por el estilo.
Así como un huevo una vez que se rompe ya no es posible componerlo, hay cosas en la vida para los cuales sólo hay una oportunidad para realizarlas. Aquí habría que mencionar como las rivalidades políticas juegan en contra del país. El proyecto de regionalización se perdió en el gobierno pasado por el boicot del partido ahora en el gobierno, claro que aunado a errores en la concepción de los encargados de ejecutarlo entonces.
Ahora con los recursos asignados a los departamentos, (por que eso es lo que son, departamentos, por que mas que se les quiera denominar regiones); creo que será imposible que se cree alguna región. Hasta el departamento mas pequeño y con menos recursos no querrá unirse a otra para formar una unidad mas grande, porqué siempre prevalecerá los caciquismos locales que no querrán perder poder, ni los emolumentos que conlleva el cargo, aparte de los chauvinismos locales.
Será por eso que el gobierno no quiere el chasco de un nuevo proyecto de regionalización, para no salir con el rabo entre las piernas, ya que al igual que ellos lo hicieron anteriormente seguramente otras fuerzas políticas sabotearán ese esfuerzo unificador e indispensable para una mayor desarrollo del interior del país. Total después del pulseo de fuerzas y el poder de movilización que las provincias han demostrado al gobierno, este no quiere comprase ese pleito, lamentablemente.
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