La necesaria poda en el Ejército Peruano
Tomando al toro por las astas.
Luego de las puyas que en su momento intercambiaron el defenestrado general EP César Reinoso Díaz, a la postre comandante general del Ejército y el número tres de dicha institución castrense, Gral. Hoyos de Vinatea, la ciudadanía pudo tomar conocimiento que algo se estaba pudriendo al interior del ejército y que era necesaria una limpieza de la institución.
Como se recordará en la pugna por el pase a disponibilidad del Gral. Hoyos, debido a los problemas de actos de corrupción de subordinados suyos en la construcción de la carretera a Cabana; salieron a relucir problemas de supuestos actos de corrupción en la adquisición de bienes y servicios ( compra de combustibles, uniformes militares, raciones alimenticias, pertrechos de campaña, etc.) que aparentemente se habían ocultado en la gestión del general Reinoso.
Sobre el problema suscitado comentamos que no se podía acusar directamente a los citados generales de actos de corrupción, pero que por lo menos tenían una responsabilidad administrativa y funcional por los comprobados ilícitos cometidos por los subordinados a su mando.
Aunque de acuerdo a lo que se conoce por la prensa nacional, es muy probable que si bien no necesariamente los citados generales ordenaron las gestiones dolosas de sus subalternos, es casi seguro que en algún momento conocieran dichos actos ilícitos y trataron de ocultarlo para que el escándalo no los salpique.
Así mismo comentamos que lo mas probable era que el ejecutivo releve de sus cargos a los dos generales por el lamentable espectáculo brindado al país.
Anoche el presidente de la República, Alan García Pérez, ha anunciado la realización de cambios en los altos mandos del Ejército Peruano, los cuales se hicieron oficiales este martes con la designación del general de división Edwin Alberto Donayre Gotzch como nuevo comandante general del Ejército en reemplazo del general César Reinoso, quien “renunció” al cargo.
Asimismo, se ha nombrado al cargo de Jefe de Estado Mayor, al general EP Luis Alfredo César Cateriano Vela; como Inspector General del Ejército, al general EP Francisco Antonio Vargas Baca; y al general EP Otto Guibovich Arteaga como jefe de la Región Centro del Ejército.
Además se nombró al general de división en retiro, José Williams Zapata como representante del Perú ante la Junta Interamericana de Defensa a órdenes del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Es destacable también que el ministro de Defensa, Allan Wagner, haya remitido a la Comisión de Defensa del Congreso sendos informes generados por la Comandancia General del Ejército, (hasta entonces a cargo del general EP César Reinoso, sobre las supuestas irregularidades en la compra de combustibles y de uniformes militares) con un oficio en el que explicaba que los informes eran “insatisfactorios” y que por ello había solicitado a los órganos de control correspondientes que tomaran una inmediata acción.
Luego de las puyas que en su momento intercambiaron el defenestrado general EP César Reinoso Díaz, a la postre comandante general del Ejército y el número tres de dicha institución castrense, Gral. Hoyos de Vinatea, la ciudadanía pudo tomar conocimiento que algo se estaba pudriendo al interior del ejército y que era necesaria una limpieza de la institución.
Como se recordará en la pugna por el pase a disponibilidad del Gral. Hoyos, debido a los problemas de actos de corrupción de subordinados suyos en la construcción de la carretera a Cabana; salieron a relucir problemas de supuestos actos de corrupción en la adquisición de bienes y servicios ( compra de combustibles, uniformes militares, raciones alimenticias, pertrechos de campaña, etc.) que aparentemente se habían ocultado en la gestión del general Reinoso.
Sobre el problema suscitado comentamos que no se podía acusar directamente a los citados generales de actos de corrupción, pero que por lo menos tenían una responsabilidad administrativa y funcional por los comprobados ilícitos cometidos por los subordinados a su mando.
Aunque de acuerdo a lo que se conoce por la prensa nacional, es muy probable que si bien no necesariamente los citados generales ordenaron las gestiones dolosas de sus subalternos, es casi seguro que en algún momento conocieran dichos actos ilícitos y trataron de ocultarlo para que el escándalo no los salpique.
Así mismo comentamos que lo mas probable era que el ejecutivo releve de sus cargos a los dos generales por el lamentable espectáculo brindado al país.
Anoche el presidente de la República, Alan García Pérez, ha anunciado la realización de cambios en los altos mandos del Ejército Peruano, los cuales se hicieron oficiales este martes con la designación del general de división Edwin Alberto Donayre Gotzch como nuevo comandante general del Ejército en reemplazo del general César Reinoso, quien “renunció” al cargo.
Asimismo, se ha nombrado al cargo de Jefe de Estado Mayor, al general EP Luis Alfredo César Cateriano Vela; como Inspector General del Ejército, al general EP Francisco Antonio Vargas Baca; y al general EP Otto Guibovich Arteaga como jefe de la Región Centro del Ejército.
Además se nombró al general de división en retiro, José Williams Zapata como representante del Perú ante la Junta Interamericana de Defensa a órdenes del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Es destacable también que el ministro de Defensa, Allan Wagner, haya remitido a la Comisión de Defensa del Congreso sendos informes generados por la Comandancia General del Ejército, (hasta entonces a cargo del general EP César Reinoso, sobre las supuestas irregularidades en la compra de combustibles y de uniformes militares) con un oficio en el que explicaba que los informes eran “insatisfactorios” y que por ello había solicitado a los órganos de control correspondientes que tomaran una inmediata acción.
Hay que recordar, como también lo expresamos en su oportunidad, la nefasta influencia del ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos, que había pervertido a las instituciones castrenses, y cuya secuela se veía hasta el presente por los actos de corrupción descubiertos y que al parecer eran una práctica habitual en algunos estamentos el Ejército.
Esperamos que los cambios efectuados en la cúpula del ejército peruano contribuyan a la moralización de esta importante institución tutelar del estado. Que la transparencia sea una práctica que se instaure en los institutos castrenses, como una forma de prevenir nuevos actos de corrupción, y es necesaria la intervención y fiscalización de un órgano externo como la Contraloría General de la República.
Hay que felicitar al ministro de Defensa, Allan Wagner y al presidente de la República por haber tomado al toro por las astas y realizar los cambios que se hacía imperativo tomar.
¡Punto a favor para el gobierno!
Etiquetas: opinión
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