Una Bolivia dividida se juega su futuro en referéndum
La oposición confía en que el oriente del país rechace la nueva Constitución
La gran duda en Bolivia, a 48 horas del referéndum constitucional, no es si triunfará el sí, lo que se da por seguro, sino cuál será el resultado en los departamentos rebeldes en los que los prefectos (gobernadores) defienden el no. Una victoria abultada de los opositores en esos cuatro departamentos de la zona oriental del país animaría a quienes ya están anunciando que no aceptarán la aplicación del texto fundamental en sus territorios. El vicepresidente, Álvaro García Linera, salió ayer al paso de las declaraciones de algunos dirigentes regionales del opositor Comité Cívico para recordarles que si la nueva Constitución se aprueba a nivel nacional, se aplicará, como es lógico, en todo el país, sin excepciones ni excusas.Evo Morales presenta el primer número del diario estatal Cambio, en La Paz.
La campaña se cerró ayer con dos grandes mítines (previstos para la madrugada española) que retrataron bien la confrontación entre los dos sectores. Los del no se juntaron en Santa Cruz, la segunda ciudad del país, la más rica, centro de la zona gasística y petrolera. Los de sí se reunieron primero en Cochabamba, en la mayor concentración de la campaña, y luego en La Paz, la capital, la más poblada y la más firme defensora del proyecto de Evo Morales.
El presidente compareció ayer ante la Cámara de los Diputados, en lo que equivaldría a un debate sobre el estado de la nación, para hacer una vigorosa defensa de su gestión en los últimos tres años. Morales resaltó los avances sociales experimentados en Bolivia, donde se ha producido una sensible reducción de los niveles de pobreza extrema, gracias al llamado "bono Juancito Pinto" (un mecanismo por el que se entregan 200 bolivianos, unos 22 euros, a los padres que envían a sus hijos a la escuela y que se ha ido extendiendo curso a curso hasta octavo de primaria) y a la renta de solidaridad, que garantiza a los mayores de 60 años una renta mensual de 200 bolivianos, lo que ha mejorado el nivel de vida de los ancianos en comunidades pobres.
Evo Morales se arriesgó el miércoles y se plantó en el corazón del no, en Santa Cruz, con el vicepresidente García Linera y varios ministros, para asistir al mitin de clausura de los partidarios del sí en ese departamento. Morales reunió a unos pocos miles de personas, ante las que se quejó por las mentiras que rodean la campaña del no. Pareció especialmente molesto con la campaña de las diferentes iglesias, muy contrarias al proyecto de Constitución. "El nuevo texto reconoce la libertad religiosa, garantiza la libertad de creencia y de práctica privada y pública, como me había pedido la conferencia episcopal católica y, además, constitucionaliza los colegios de convenio [concertados]. ¿Por qué apoyan una propaganda mentirosa?". El presidente aseguró que la nueva Constitución reconoce el derecho a la propiedad y a la herencia -"somos diversos, también económicamente"- y lamentó que la campaña del no esté intentado "meter miedo a los ciudadanos".
Morales recordó que ésta es la primera vez en la historia de Bolivia en la que un texto constitucional se somete a un referéndum popular y se extendió en sus ataques a quienes reclaman más autonomía departamental. "Quieren autonomía para dividir el país y se quejan de la autonomía que se reconoce a los indígenas y a los pueblos originarios. ¿Por qué? Las dos cosas son compatibles. Lo que sucede es que quieren debilitar a este indio para sacarle de Palacio. Digan lo que digan, la Constitución se va a aprobar y se va a aplicar".
Morales predijo una victoria cercana al 70%. "Sí, sí, sí", cantaban sus seguidores, a ritmo de una canción de Chayanne. Pequeñas brigadas de limpieza recorrieron la zona asegurándose que no había charcos de agua estancada: el departamento de Santa Cruz esta en emergencia sanitaria por una epidemia de dengue, que ya ha provocado, según algunas fuentes, más de mil infectados.
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