Dos policías fueron acribillados y murieron tras el desalojo en el Santuario Histórico Bosque de Pómac, en la provincia de Ferreñafe, en el departamento de Lambayeque, donde increíblemente fueron enviados por sus superiores, desarmados.

Existe una ley que ampara a los policías al uso de sus armas de reglamento, pero el temor del gobierno al pataleo de ONG's "defensoras de los derechos humanos" hace que se envíe a policías a "pecho descubierto" al sacrificio. ¿Y quien defiende los derechos humanos de los policías?

Esperemos que los lamentables sucesos de Pomac sirvan de lección para que el alto mando policial y el Ministerio del Interior planifiquen bien los operativos en este tipo de acciones donde es previsible la resistencia de las turbas organizadas.

Siendo el bosque de Pomac una vasta área que los invasores ocuparon por varios años, no se realizó un trabajo previo de inteligencia, ni se desarrolló un trabajo disuasivo, tampoco se empleó helicópteros o tanquetas. ¿Que hubiera pasado si el francotirador hubiera tenido una ametralladora?... a estas horas tendríamos muchos policías muertos.

No queremos decir que la policía entre a sangre y fuego en operativos de esta naturaleza, donde la población usa a mujeres y niños de escudos humanos, pero deben estar adecuadamente equipados y con sus armas de reglamento, las que se supone emplearán primero disuasivamente (disparos al aire si las cosas empiezan a ponerse difíciles), que por lo demás la PNP es entrenada para el uso discrecional de las armas que el estado les provee. Además se supone que están preparados para repeler ataques asesinos de pobladores peligrosos o terroristas infiltrados, pero si van desarmados, entonces van al sacrificio.

Hoy día el procurador del Ministerio del Interior presentó la acusación ante la Fiscalía de Chiclayo por los delitos contra la tranquilidad y seguridad pública durante el desalojo del bosque en el que fallecieron estos dos agentes. Se ha identificado y denunciado a Adam Acuña Vásquez, Abraham Monsalve Herrera, Juan Pablo Colunche Díaz y Segundo Cusma Burgas. Así también a Enrique Mendoza Altamirano, Rubén Idrogo Rimarachin, Lino Iván Mendoza Aguinaga y Miguel Mendoza Altamirano. ¿Estarán entre ellos los asesinos de los policías?. Creemos que no. Ya lo ha dicho el Ministro del Interior, expresando su impotencia de que la policía no iba a penetrar en el bosque para enfrentarse a los que disparaban y que aún si se hubiera empleado inteligencia, no era posible prever la existencia de francotiradores.

Anteriormente el ministro Hernani expresó su impotencia ante el chuponeo telefónico recomendando no hablar cosas importantes por teléfono, entre otros desaciertos, se incrementa la inseguridad ciudadana, lo que sumado a los lamentables sucesos de Pomac denotan que no da la talla para tan importante cargo y debiera dar un paso al costado.

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