El próximo 6 de mayo, los demócratas de Carolina del Norte e Indiana acudirán a las urnas para elegir entre Barack Obama y Hillary Clinton. Será el cuarto y último martes crucial en la temporada de primarias, después del 'Supermartes' de febrero, las votaciones de marzo en Texas y Ohio y la cita de esta misma semana en Pensilvania.

Obama pronuncia un discurso en una gasolinera del estado de Indiana. (Foto: REUTERS)

Carolina del Norte, en el sureste del país, es un estado propicio para el triunfo de Obama. Se prevé que uno de cada tres votantes sea afroamericano, un grupo que hasta la fecha ha respaldado al senador de forma abrumadora, y ese factor demográfico se refleja en los sondeos.

La ventaja del candidato negro oscila entre nueve y 25 puntos en las encuestas del último mes, lo que se traduce en una proyección media de voto del 51,3% frente al 35,8% de la ex primera dama, según RealClearPolitics.

En Indiana, en cambio, la batalla se presenta mucho más reñida. Aunque Clinton partía como favorita, con diferencias de hasta 16 puntos hace dos semanas, su oponente ha conseguido recortar el margen y ahora aparece al frente de los sondeos. Los últimos cuatro estudios le otorgan entre uno y cinco puntos, en algunos casos dentro del margen de error.

Además, según el 'Indianapolis Star', en este estado del Medio Oeste son mayoría —49% frente a 35%— quienes opinan que Obama sería mejor candidato que Clinton para enfrentarse al republicano John McCain en noviembre.

Tanto es así que si las preferencias de los encuestados se trasladaran a las presidenciales, el aspirante demócrata vencería por un cómodo margen de ocho puntos, mientras que la esposa del penúltimo presidente sólo lograría un empate en un territorio que en 2000 y 2004 dio su apoyo a George W. Bush en detrimento de Al Gore y John Kerry.

Clinton, bajo presión

Los dos estados que votan el primer martes de mayo pondrán en juego 218 delegados y dejarán menos de 300 por repartir en las otras seis primarias que se disputarán tras esa fecha. Por ello, al ser proporcional la distribución de compromisarios, parece poco probable que Clinton pueda salvar en las urnas la distancia que la separa de Obama.

Varios analistas estadounidenses han advertido de que una doble victoria del senador provocaría una ola de presión a su adversaria para que tire la toalla. "Si Obama se impone en Carolina del Norte e Indiana, algunos miembros del propio equipo de Clinton dicen que podría verse obligada a renunciar", señalaba esta semana Roger Simon en 'The Politico'. Pero a continuación avisaba: "Si no lo consigue, podría tener que caminar a la fuerza hasta las últimas primarias de junio e incluso hasta la convención demócrata de agosto".