Nuevamente un atentado narcoterrorista ha cobrado la vida de miembros de nuestra Policía Nacional. En esta oportunidad, cuatro miembros del orden cayeron abatidos en la emboscada perpetrada en la carretera Huancayo – Huachocolpa, en el distrito de Salcahuasi, provincia de Tayacaja, región de Huancavelica. Esta zona forma parte de la ruta de la salida de la droga del VRAE (Valle de los Ríos Apurimac Y Ene) donde el narcotráfico y los remanentes senderistas han encontrado el lugar ideal para sus acciones delictivas por la ausencia del estado en esos lugares.

Ante los embates del narcoterrorismo, que preocupantemente ya se están volviendo recurrentes, el gobierno parece sumido en la inacción. El anterior atentado tuvo lugar en la madrugada del 1 de noviembre cuando un grupo de presuntos narcoterroristas fuertemente armados atacó la comisaría de Ocobamba, a unos 400 kilómetros al sur de Tayacaja, causando la muerte de un policía.

Algunos personajes del partido de gobierno se distraen en análisis bizantinos, unos dicen que no son senderistas, que son narcotraficantes; otros que son narcoterroristas y no se que especulaciones mas. Que interesa la naturaleza de estos criminales que actúan amparados en la espesura del monte, lo que importa es que en sus acciones emplean métodos terroristas. El estado no puede quedar impávido esperando un futuro ataque, para recién después salir un piquete de policías a buscar a estos criminales.

Para el gobierno no hay un rebrote o incremento de la actividad terrorista. El Ministro Wagner descartó un rebrote terrorista tras la emboscada a los policías, según él, esta es una reacción debido a las mayores acciones realizadas por la presencia militar y de la policía en la zona del (Vrae), a consecuencia del combate directo al narcotráfico. Para el Presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, almirante Jorge Montoya, estas son “réplicas naturales” por la lucha contra los narcoterroristas, descartando también un rebrote senderista.

Es urgente que el estado deje de minimizar esta problemática, y que preste todos los recursos necesarios para incrementar la presencia del estado en esas zonas olvidadas, del cual han sacado provecho los narcoterroristas.

Para el plan Vrae también había toda una retórica para las tribunas, pero los presupuestos para una eficaz lucha en la zona han tardado en desembolsarse. Parece que nuestra burocracia es demasiado lenta, y está configurada para un estado para evitar el gasto. Algo de lo que se quejaba el jefe de Forsur, en el caso de la reconstrucción de las zonas devastadas por el terremoto de hace tres meses, quien decía no le dan fondos ni para la gasolina.

En el caso de Huancavelica, hace un año atrás su presidente regional daba la lucha para la construcción de carreteras, que los señores del Ejecutivo habían descartado porqué no cumplía los estándares de tráfico vehicular (un determinado número de vehículos por día). Bajo ese concepto Huancavelica nunca iba a salir del atraso. Precisamente las vías de comunicación son las que llevan el desarrollo a esos pueblos y no al revés.

En un artículo pasado donde criticábamos la poca idoneidad del ministro del Interior, luego del ataque de Acobamba, decíamos que era necesario que el gobierno debiera permitir la intervención de las Fuerzas Armadas, superando errores del pasado, bajo un nuevo enfoque, para lo cual debe generarse las normas legales respectivas.

No debemos repetir errores cometido por la minimización del fenómeno subversivo de los años 80’s que costaron tanto dolor y sangre al Perú y retrasó nuestro desarrollo en por lo menos dos décadas.
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Etiquetas: actualidad, opinión, Perú, Política

Vínculo

3 Comments:

Anónimo said...: Cuando una mentira se repite y repite una tonelada de veces, finalmente, cobra rango de "verdad" y la gente, a partir de ahí, comienza a chuparse el dedo.

De igual manera, cuando una tontería insistentemente se repite y se vuelve a decir, muchas personas de buena voluntad, gente honesta y bien intencionada, -fatalmente- terminan por tomar en serio el desparpajo.

Con cuarenta y tantas líneas de fiebre se aparece en el consultorio médico, y, muy versado en los asuntos de la salud, muy suelto de hueso, el paciente le dice al facultativo que ante la evidencia de los acontecimientos, él sabe cual es el medicamento perfecto para arrasar de una vez y para siempre con la maldita fiebre que lo consume y lo tiene temblando de pavor.

Lógicamente el doctor de un trompón en el hocico lo va hacer callar:

- Pedazo de manganzón, no se trata de atacar a la fiebre con la artillería, bombardearla desde el espacio y también desde el mar, y antes que reaccione, caerle encima con la infantería, la caballería y una mancha de voluntarios y bomberos para hacerla polvo..!

- De lo que se trata, es de saber qué diablos está ocurriendo en el organismo. Hay qué averiguar por qué tiene fiebre, qué enfermedad estaría padeciendo, para, a partir del diagnóstico, tratar el mal con la medicina correspondiente.

El doctor explica:

- Como consecuencia del tratamiento, la fiebre paulatinamente ira descendiendo.

En el cuerpo humano, la fiebre es un mecanismo de alarma, "avisa" la invasión de una enfermedad peligrosa. Igual sucede en las sociedades. La fiebre social, la "locura" irracional de un sector de la comunidad, la fiebre delirante del terrorismo, avisa la existencia de una grave enfermedad social, peligrosa.

El remedio, igual que en el cuerpo humano, consiste en encontrar la causa del mal, y atacarlo en su raíz. Meter a la refrigeradora a un afiebrado puede ser "útil" por unos cuantos segundos, pero después qué..?

No existen "políticas contra el terrorismo". Lo que existe son planes, métodos, caminos para atacar la enfermedad social en su raíz, por lo general se trata de injusticia, desigualdad, marginación, odio, racismo, clasismo, etc, etc….

Es decir, algo tan fácil lo han convertido en complicado....

That's me

Saludos amigo Brujo.; 5:08 p. m., noviembre 16, 2007
El brujo político said...: How are you,
Estimado amigo,
Para atacar la desigualdad, hay que llevar el estado a esas zonas del pa�s. Pero si esos planes de desarrollo no van acompa�ados de la respectivas medidas de seguridad, los narcoterroristas lo van a destruir, porqu� para ellos seguir reinando, es imprescindible que continue el estatu quo actual; 7:35 p. m., noviembre 16, 2007
Anónimo said...: Pero para que ese Estado llegue a esas zonas deprimidas, primero tiene que existir. La sociedad debe contar con un Estado que sea funcional, con capacidad ejecutiva y recursos; es decir, exactamente el tipo de Estado que a los países del Tercer Mundo le dijeron que no servía para nada y que por el contrario era un obstáculo para el desarrollo de sus pueblos, y que entre otras casualidades, no lo desean quienes viven repitiendo tonterías y servilismo para convertirlas en "verdades"....

Muchos creen que las políticas de dominación de las metrópolis europeas y norteamericana terminaron hace muchos años atrás...

Cuando preguntas ¿Cuando..?. Los ideólogos y sus seguidores no sabe qué contestar.

Sin embargo, ahí los ves opinando hasta por los codos.

That's me; 10:09 a. m., noviembre 18, 2007