Descubren molécula que regula el apetito
Sus efectos pueden ser anulados mediante un antídoto, lo que ayudaría a pacientes con cáncer
Investigadores australianos afirmaron ayer que encontraron una molécula que —desde el cerebro— abre y cierra los mecanismos del apetito.
Los investigadores comprobaron en experimentos realizados con ratones que los efectos de dicha molécula pueden suprimirse mediante la inyección de un antídoto.
Esta revelación, hecha por el equipo de Sydney, podría ayudar a pacientes enfermos de cáncer a volver a su peso para sobrellevar mejor la quimio y la radioterapia.
Además, este peculiar descubrimiento podría detener la reducción de peso en los enfermos terminales, permitiría que incluso los obesos adelgacen.
La molécula, conocida como MIC-1 es producida por los cánceres comunes y apunta a los receptores del cerebro que activan y desactivan el apetito. Sin embargo, los investigadores australianos descubrieron que usando anticuerpos contra la MIC-1, lograban reactivar el hambre.
El grupo de investigación de Sidney declaró que descubrir el papel de MIC-1 es un avance enorme tras 15 años de esfuerzos interdisciplinarios. Hallaron que la molécula MIC-1 es una proteína que actúa sobre los receptores del cerebro que despiertan o apagan el apetito.
“Es fascinante tener la capacidad de trabajar en una terapia que puede cambiar la vida de la manera en que esta molécula lo hace”, comentó Herbert Herzog, jefe de la investigación, al periódico australiano The Sydney Morning Herald.
“Creemos que el paciente de cáncer sólo deberá recibir una inyección del anticuerpo (de MIC-1) cada tres semanas y que con eso la persona podrá aumentar considerablemente de peso en ese período, algo que realmente los ayudaría.”
El investigador Herbert Herzog afirmó que los cánceres producían grandes cantidades de MIC-1 y que esta era una de las causas de la dramática pérdida de peso que se observa en pacientes con esa enfermedad.
Sam Breit, miembro del equipo, explicó que los experimentos en ratones habían demostrado que cuanto más avanzado estaba el cáncer, más fuerte era el mensaje de no-comer transmitido al cerebro.
“Es un descubrimiento impactante, porque efectivamente hemos encontrado un nuevo patrón del apetito que nos era desconocido”, comentó Breit. “Es un éxito que podría mejorar directamente la calidad de vida de muchas personas”.
Afirmó que el próximo paso consistía en encontrar un patrocinador y dar comienzo a las pruebas con humanos usando una proteína sintética de MIC-1. Los resultados han sido publicados en la revista científica Nature Medicine.
Fuente
Vínculo
1 Comments:
Un artículo muy interesante. Ojalá que el tratamiento con dicha sustancia se haga realidad en un escenario clínico. Ello ayudaría enormemente a pacientes con cáncer y otras enferemedades, con HIV-SIDA.
Saludos.
Andrés.
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