Las lecciones que nos dejó el sismo

A dos semanas de sucedidos los sismos , el mayor de los cuales tuvo una intensidad 7.9 que dejaron una secuela de muerte y destrucción en ciudades como Pisco principalmente, pero que también a afectó a localidades vecinas de los departamentos de Ica, Lima y Huancavelica, son varias las lecciones que nos deja este fenómeno de la naturaleza.

En primer lugar, el Perú no estaba preparado para afrontar las consecuencias de un terremoto de tal magnitud, donde el palo mas fuerte debe propinársele a Defensa Civil, que ha tenido un pobre desempeño en la tarea de prevención, pero mas decepcionante aun fue su actuación en las tareas de ayuda después que la furia de la naturaleza arrasó la ciudad de Pisco y pueblos vecinos. Falló esta institución y por ende fallaron otras que debieron responder mejor ante la emergencia.

De acuerdo a las cifras preliminares oficiales son 519 muertos los que dejó el devastador terremoto en Perú, además de mil 366 heridos y se calcula que unas 40 personas permanecen desaparecidas

No hemos querido sumarnos al coro de críticas que ha tenido el gobierno y el presidente García, en torno a su gestión frente a la catástrofe. Se le critica porque en un primer momento, en su mensaje al país, manifestó la gran intensidad del sismo pero minimizó los daños, porque a esa hora no sabía que Pisco estaba bajo escombros. Aquí falló la red paralela de comunicaciones que debe tener las Fuerzas Armadas, y que de hecho la tiene, pero que a tenor de lo manifestado por el jefe del Comando Conjunto, también fue afectado por el terremoto.

Fallaron las redes de comunicaciones telefónicas fijas y móviles y la oposición política ya hablaba de censurar a la ministra Verónica Zavala por este problema. No es queramos defender a la ministra, que tanto ella como su vice ministra Cayetana Aljovín, de telecomunicaciones no conocen nada (Zavala es una experta en Gestión Pública y Aljovín es periodista), ni tampoco que nos erijamos en defensoras de la Telefónica, pero es necesario precisar que ninguna red en el mundo está diseñada para soportar un trafico tan intenso como el que se origina después de un evento extraordinario como un terremoto. Tal vez puedan incrementar las troncales telefónicas pero eso no solucionará el problema en casos de emergencias similares.

La solución planteada por la empresa de telefonía es implementar una red que mantenga las comunicaciones de las principales autoridades, por mas desastre natural que haya, y así debe ser. Debemos precisar que en la eventualidad de otra catástrofe como la ocurrida hace dos semanas, igualmente la red telefónica va a colapsar, por lo tanto, si algo hemos aprendido de este sismo, es que es imprescindible estar mejor preparados en el futuro.

Por su parte las Fuerzas Armadas deben establecer bunkers para preservar las comunicaciones de la red paralela a nivel nacional, que debe operar ante cualquier eventualidad, manteniendo comunicados al presidente de la Republica y a las principales autoridades políticas y militares. Supongamos, y ojala nunca se dé, que tengamos una guerra y que ante el menor ataque nos quedemos sin comunicaciones, nos ganan facilito.

Decíamos que no nos hemos aunado a las voces críticas sobre el desempeño presidencial ante la crisis, porque igual le hubiera sucedido a cualquier otra persona que hubiera estado desempeñando ese cargo. Este sismo ha desnudado falencias estructurales para tratar esta clase de problemática, que es necesario tomar en cuenta para que en el futuro no vuelva a sorprendernos de igual forma. Vivimos en una zona donde en cualquier fecha futura se van a volver a producirse sismos. Por lo tanto es necesario prevenir, educar y construir la infraestructura necesaria para afrontar mejor eventualidades como las vividas la quincena pasada.

Destacamos la pronta visita del presidente Alan García y sus ministros a la zona de desastre, pero después tal vez tuvo un exceso de protagonismo que pudo entorpecer las tareas de personas con mas experiencia en este tipo de catástrofes. Es mas, ante las críticas de la prensa internacional, un García a la defensiva tuvo respuestas cortantes que denotaban su frustración.

El Presidente de Colombia Álvaro Uribe visitó la zona devastada trayendo ayuda, y trajo consigo un equipo de profesionales que narraron sus experiencias en un terremoto similar ocurrido en su país en el pasado. Algunas de esas experiencias se están aplicando ahora, como el censo y empadronamiento de los afectados para canalizar mejor la ayuda y no ver esos cuadros de masas de gente arranchándose los víveres, o saqueando comercios y hasta las unidades con ayuda.

Se ha creado el Fondo para la Reconstrucción del Sur (FORSUR), corrigiendo las propuestas iniciales del ejecutivo, que pretendían que el denominado zar de reconstrucción no fuera funcionario público, y por lo tanto tampoco fiscalizado, a pesar de manejar fondos del estado, además de donaciones privadas e internacionales. Así mismo, gracias al planteamiento de la oposición, este organismo estará adscrito a la Presidencia del Consejo de ministros y rendirá cuentas públicas trimestralmente. Las obras que ejecute el Forsur han sido exoneradas del filtro del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), para una rápida reconstrucción de la zona afectada, pero es necesaria la transparencia en el gasto, conjugándolo con la efectividad y rapidez.

Al igual que en el caso colombiano, creemos a diferencia de voces criticas, que al ser el Forsur un ente que va coordinar la reconstrucción de localidades de las regiones de Lima, Ica y Huancavelica, debe ser un organismo que excede la gestión de un presidente regional. Por lo tanto no se contrapone a un organismo regional como la Corporación de Reconstrucción y Desarrollo de Ica (Crydi), creado por el presidente regional de Ica, Rómulo Triveño, ya que éste podrá ejecutar lo que tiene asignado como prepuesto en su región para priorizar obras a favor de los damnificados, debiendo coordinar en lo referente a infraestructura con el Forsur para que no haya duplicidades ni entorpecimientos mutuos.

Finalmente, si hay algo digno de resaltar del siniestro del 15 de Agosto, ha sido la solidaridad que ha hermanado al pueblo peruano. La ayuda ha sido inmediata y monumental, aunque se requiere mucho más todavía. También es destacable la ayuda de muchos países que han apoyado enviando víveres, carpas, alimentos, medicinas y hasta especialistas en diversas áreas para ayudar en el rescate de víctimas, identificación de cadáveres, bomberos, médicos, etc. A todos ellos, nuestro agradecimiento.

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