Resoluciones del Jurado Nacional de Elecciones deben ser irrevisables

Ante la iniciativa de la Comisión de Constitución del Congreso que propone que el Tribunal Constitucional revise las resoluciones del Jurado Nacional de Elecciones, si este organismo considera que se han violado derechos fundamentales de la persona, debemos expresar nuestra preocupación porque se esta abriendo la puerta para futuros conflictos de impredecibles consecuencias, como los sucesos de Chiclayo.

Como se recordará por la colisión de resoluciones entre las del JNE y las del TC por el caso del vacado alcalde de Chiclayo Arturo Castillo y la pugna por la alcaldía entre dos bandos, la del repuesto Arturo Castillo por el TC y la del designado por el JNE José Barrueto, originaron el incendio del local municipal, en la lucha por la toma de posesión del local municipal.


Dr. Enrique Mendoza Presidente del JNE

Ahora en la práctica hay dos alcaldes y cada uno despacha como alcalde, mientras la gran perjudicada es la ciudad de Chiclayo, porque los ciudadanos de esa comuna no saben a quien acudir para los tramites burocráticos ante la municipalidad, y los servicios que se deben brindar a los vecinos han colapsado.

La decisión de la Comisión de Constitución rectifica lo que opinara el pleno del anterior congreso, que a fines del 2005 ratificó que los fallos del organismo electoral eran irrevisables, con lo cual se está poniendo en riesgo la seguridad jurídica de los próximos comicios municipales y regionales.

Lo que sorprende es que el padre de la criatura es nada menos que el congresista Javier Valle Riestra, quien le enmendó la plana a su colega y correligionario Aurelio Pastor, quien tenia una mocion en contrario a favor del JNE, pero después la mayoría apoyó la moción de Valle Riestra, que crea incertidumbre y puede ser generadora de caos político y social.

Cualquier candidato perdedor que alegue fraude y que se han vulnerado sus derechos van a interponer acciones judiciales que llegarán en ultima instancia nacional al TC, y de alli posiblemente a la justicia supranacional, mientras tanto el caos y la anarquía reinarán en la ciudad donde se genere la controversia.

Con toda razón el el presidente del JNE, Enrique Mendoza, ha salido en defensa de las atribuciones del JNE y del sistema electoral, manifestando en forma tajante que los fallos del tribunal electoral son irrevisables y que darle capacidad revisora al Tribunal Constitucional conlleva una "amenaza" para las elecciones ediles y regionales de noviembre.

Mendoza ha señalado que la Ley 26842 define claramente las competencias del JNE y del Tribunal Constitucional en materia electoral. Aunque suscitado el problema con la reposición de Castillo por el Poder Judicial y el TC y el reconocido por el JNE Barrueto, propone una comisión mediadora en Chiclayo, conformada por el obispo, regidores, y autoridades independientes, que aseguren una transferencia pacífica de la administración municipal.

Por todo lo expuesto y concordante tambien con lo que manda la Constitución Política de 1993, que expresa en forma clara y precisa que corresponde al JNE administrar justicia en materia electoral y que sus resoluciones son dictadas en instancia final, definitiva y no son revisables; por lo que esperamos que el pleno del Congreso de la Republica corrija el absurdo desaguisado creado por una comisión parlamentaria en aras de la seguridad jurídica electoral y tranquilidad publica y social.