Los entredichos entre el general Rafael Hoyos de Vinatea, numero 3 del Ejército y el actual comandante general de dicha institución castrenese, general César Reinoso, han puesto de manifiesto ante la opinión publica nacional pugnas por la supremacía en dicha institución, además que desnuda problemas de corrupción en los diferentes niveles del Ejército.

Como es de conocimiento público, el general Hoyos ha sido puesto en condición de disponibilidad, luego de una investigación sumaria del alto mando castrense, por los problemas en la construcción de la carretera a Cabana (la carretera al pueblo del presidente Toledo), truncando sus aspiraciones a la Comandancia General del Ejército.

Ante el pedido del general Hoyos, el ministro de defensa Allan Wagner autorizó al general sancionado, a manifestar sus argumentos de defensa, con lo cual Hoyos salió con la espada desenvainada a defender su honor y niega, con documentos en la mano en los diferentes programas políticos de radio, TV y prensa escrita, estar involucrado en los actos de corrupción de sus subalternos, quienes ya han sido dados de baja y todos están siendo investigados por la Contraloría.

Hoyos de Vinatea ha venido sosteniendo en los últimos días que el ministro de Defensa, Allan Wagner Tizón, había sido sorprendido por las acusaciones que los generales César Reynoso y Felipe Prado (jefe del Estado Mayor del Ejército) lanzaron en su contra, por las acciones dolosas de los militares (a su mando), encargados de la construcción de la carretera a Cabana. Estos militares habían subcontratado a la empresa de los hermanos Aybar, socios de Montesinos en el contrabando de armas a las FARC colombianas, habían efectuado un carrusel con cheques girados para favorecerse indebidamente, habían estafado a proveedores de materiales e insumos para la obra, entre otras perlas. Según Hoyos el no tenía conocimiento de dichas acciones vedadas, porque de por medio también estaba Provias, una dependencia del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, titular de la obra y encargados de efectuar la respectiva supervisión y pagos según avances de obra.

De acusado, Hoyos pasó a ser acusador, ha denunciado que se ha querido truncar sus justas aspiraciones a la comandancia general, y que la sanción que le ha sido impuesta obedecerían a la pretensión de la cúpula del ejército, jefaturada por el general Reinoso, de acallar las denuncias que internamente, Hoyos había realizado por presunta corrupción en las adquisiciones para el Ejército, como raciones en mal estado, sogas podridas para acciones de campaña en montaña. También ha manifestado que el ejército esta desarrollando la compra de lujosos automóviles para los coroneles, generales de brigada y división, para cada nivel jerárquico de mas lujo y valor respectivamente, que contradice la austeridad que solicita el actual gobierno.

Tal ha sido el revuelo de las declaraciones del general Hoyos, que mellaban la autoridad del comandante general que el ministro Wagner ha tenido que intervenir para pedirle mesura y respeto porque sus declaraciones pueden dañar a su institución. Hoyos se ha allanado, pero este pleito concluirá con sólo uno de los generales “vivos”. Si el general Hoyos es restituido en todos sus derechos y por lo tanto sobrevive a este affaire, es evidente que Reinoso se va de baja.

El problema de la carretera a Cabana también manifiesta el nivel de corrupción en algunos niveles medios de las instituciones castrenses. Recuérdese que en el gobierno de transición de Paniagua y durante la gestión del presidente Toledo rodaron las cabezas de generales pertenecientes al cogollo montesinista. Pero los niveles inmediatos inferiores no fueron tocados.

No debemos olvidar que Vladimiro Montesinos tenía un plan de perennizarse en el poder por 20 años, valiéndose del apoyo de las fuerzas armadas. Para dicho fin había armado cuadros hasta nivel de capitán, para que a manera de una ola continua en el tiempo, ir relevando a los mandos superiores que tenían que pasar al retiro.

Si bien Montesinos se preocupó por copar los máximos cargos en las instituciones del Ejército (donde tenía mayor predominancia), Marina, Aviación y Policía Nacional, con gente a quien supo “recompensar debidamente”, sabemos que mucho del trabajo burocrático se realiza en los niveles inferiores, por lo que el mafioso asesor también se preocupó de ir formando sus futuros cuadros.

Con la caída del régimen fujimorista, muchos de esos altos mandos militares están en prisión, pero los cuadros inferiores que habían visto el accionar delictuoso de sus jefes, están en carrera y han aprendido sus malas artes.

¿Cómo acabar con esta propensión a la corrupción?... Con la transparencia. Se debe desterrar el secretismo, se debe presentar en la web del MINDEF todo lo que no sea secreto de estado; y, para casos donde por su propia naturaleza, no sea conveniente la publicación porque podría afectarse la seguridad nacional, debe informarse a comisiones del congreso, quienes deben mantener la reserva del caso.

Felizmente, el Ministro Allan Wagner, una persona experimentada en funciones de gobierno, ha señalado que hará de la transparencia un eje fundamental de su gestión, y esperamos que encontrará los mecanismos para que casos como los de la carretera a Cabana, o el contrabando de municiones y armamento robado de almacenes del ejército no se vuelvan a repetir.

La transparencia también se debe dar en los procesos de ascensos para que no se den las manipulaciones que permitan el ascenso a niveles superiores, por favoritismo de cualquier tipo, tal como tambien se denuncia actualmente, en desmedro de aquellos que por meritos les correspondería ascender.

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