El aborto llega a la carrera presidencial de EE.UU.
"Puede que no estemos de acuerdo sobre el aborto, pero seguramente podemos ponernos de acuerdo sobre la reducción de los embarazos no deseados en este país". A pesar del tono conciliador empleado por el candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, el senador Barak Obama, no parece que sus contrincantes republicanos vayan a dar su brazo a torcer en el tema de la interrupción del embarazo, especialmente después del nombramiento de la archiconservadora Sarah Palin como futura vicepresidenta en caso de que John McCain salga victorioso en las próximas elecciones.
El tema del aborto salta cada cuatro años a la palestra informativa aunque durante las dos legislaturas gobernadas por George W. Bush ha gozado de un protagonismo mayor de lo normal. La última noticia aparecía hace unas semanas en los diarios del país americano ante la decisión de la Administración de aprobar una norma para proteger la objeción de conciencia de los médicos frente a la interrupción del embarazo. El borrador, rechazado por Obama, está redactado de forma tan ambigua, según los analistas, que podría hacerse una interpretación extensiva para incluir la píldora del día después y el DIU como métodos abortivos.
"Esto pone en serio peligro el acceso a los anticonceptivos", ha declarado en las páginas del 'The Wall Street Journal' Louise Melling, directora del American Civil Liberties Unión's Reproductive Freedom Project. La Asociación Médica Estadounidense también ha expresado su preocupación por el proyecto de ley.
Varios estados han anunciado además la celebración de referéndums que podrían afectar en mayor o menor grado a las leyes del aborto, según recoge el diario 'Washington Post'. La iniciativa más incisiva es la de Dakota del Sur -hogar histórico de los activistas antiaborto-, que, esencialmente, prohibiría la interrupción del embarazo salvo en caso de violación, incesto o amenaza para la salud materna.
California ha emprendido también esta senda, aunque con una propuesta más suave. Igual que Colorado donde, sin embargo, podría desempeñar un papel relevante en las urnas el próximo 4 de noviembre, ya que republicanos y demócratas tienen las fuerzas muy igualadas.
Una ultraconservadora para atraer a los antiabortistas
No está entre las cuestiones más relevantes para los votantes, según las encuestas, pero sin duda puede inclinar la balanza electoral hacia uno u otro lado. El aborto, tema de especial sensibilidad en el país transoceánico, irrumpe en la escena política dos meses antes de la elección del próximo presidente de los Estados Unidos. Y lo hace por dos motivos: las desafortunadas declaraciones de la demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos; y la elección de Palin, Gobernadora de Alaska, miembro de la Asociación Nacional del Rifle, de la organización pro-vida Feminists Pro-Life y opositora acérrima del matrimonio homosexual y el aborto.
La gobernadora del frío estado americano se ha ganado a pulso su imagen de icono de defensora de la vida, tras dar a luz a cinco hijos, el último con Síndrome de Down (algo que sólo hace el 10% de las mujeres de EEUU). Después de su elección como candidata republicana a la vicepresidencia, las asociaciones pro-vida, constituidas principalmente por la derecha religiosa del país, han visto en ella la oportunidad para prohibir el aborto. El partido conservador, cuya postura no admite ningún supuesto en el que interrumpir una gestación, ve en estos grupos un suculento reducto de votos a los que tal vez haya querido contentar McCain con su decisión de escoger a Palin.
La búsqueda de votos es vital en un momento en el que las encuestas hablan de un empate entre Obama, con un 42%, y McCain, con un 40%. Se trata de una cuestión de números, tal y como explica el columnista de 'Los Ángeles Times' Tim Rutten. "Los católicos representan el 25% del electorado y ningún candidato de la historia ha logrado el voto popular sin ganarse a los católicos".
Un desliz que reabre el debate
Pero en un país en el que la política se mueve en un estrecho margen ideológico, los demócratas deben caminar con cautela por el tema del aborto y no pueden mostrarse abiertamente a favor ni en contra sin correr el riesgo de perder a un porcentaje importante de sus potenciales votantes. La imprecisa respuesta de Nancy Pelosi ante la pregunta "¿Cuándo empieza la vida?", formulada en un programa de televisión, está teniendo sus consecuencias. La presidenta de la Cámara de Representantes, en lugar de embarcarse en el clásico discurso filosófico-moral, señaló con argumentos algo farragosos que la vida comienza a partir del tercer mes de embarazo.
Varios arzobispos han criticado la postura de Pelosi, en especial el de Denver, Charles J. Chaput, que no fue invitado a la convención demócrata celebrada la pasada semana en este Estado. Chaput, que describió como "demoníacas" las explicaciones de Pelosi para justificar el aborto, es famoso en el país por su oposición a que los políticos católicos pro-elección comulgasen. Algunos republicanos han pedido el arrepentimiento público de Pelosi y aprovechan el desliz republicano para tratar de ganar enteros en la carrera hacia la casa blanca.
Las últimas estadísticas federales señalan que las tasas de aborto han descendido en todo el país. También entre los más jóvenes, debido, según los analistas, al descenso de los embarazos no deseados. La postura del senador Obama se centra, precisamente, en mejorar la educación sexual y la planificación familiar. Varias organizaciones católicas y conservadoras han presentado informes en los que aseguran que invertir en estas políticas lejos de ser una solución al problema de los abortos, lo agrava.
TAGS: Barak Obama, John McCain, Sarah Palin, George W. Bush, EE.UU.Etiquetas: internacional
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