Hillary Clinton y Barack Obama desnudos, con Rudolph Giuliani vestido como un gigolò de discoteca que susurra al oído de Hillary. Es obviamente un fotomontaje, que presenta el numero de noviembre la revista norteamericana "Radar".

La revista se atreve a efectuar una comparación entre los excesos del mundillo de Hollywood, quejandose de la degeneración de la lucha política por el poder.

Pero que similitudes puede haber entre Hollywood- la meca del cine- y Washington - el centro del poder de la política americana y porque no , del mundo.

Según dice la revista, en Washington, los antiguos clichés se han ido, es el Hollywood para gente fea, una meca para adversarios ambiciosos que carecen de la materia o el encanto para hacerlo a la pantalla de plata. Pero eso era antes que la cobertura de pared a pared y los medios tornaran las campañas políticas en grandes espectáculos tan artificiales y sobre producidas como los Globos de Oro.

Manejados por legiones de caros expertos en marketing político y de escritores profesionales, los candidatos a las elecciones presidenciales gringas, son manufacturados como las estrellas de cine: entrenados para cuidar cada aspecto de su vestido y su comportamiento, y provistos de barras bulliciosas para vivarlos “espontáneamente” en shows como el de Letterman.

Para subrayar al ego, el exceso, y el artificio que dominan la política moderna, Radar no ha encontrado mejor forma que hacer un paralelo entre las estrellas de cine y los politicos que compiten por el poder en los EEUU. Han hecho un fotomontaje de una celebre foto de Vanity Fair del 2006 donde posan desnudas Keira Knightley, y Scarlett Johansson al lado Tom Ford, con la de los candidatos, tal como se muestran en las imágenes.

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