Los asesinatos selectivos de opositores de Putin
Anteriormente en el Brujo Político hemos tratado sobre los asesinatos de opositores al régimen del presidente ruso Vladimir Putin, en lo que calificábamos como terrorismo de estado del gobierno ruso. Ahora la justicia rusa, ante la presión de occidente, para que el Kremlin encontrara a los responsables de los asesinatos selectivos, ha anunciado la captura de los presuntos asesinos.
Ayer el influyente diario norteamericano The New York Times editorializó sobre su escepticismo respecto a la captura de los presuntos asesinos de los opositores políticos del presidente Putin, artículo que presentamos a continuación:
Rusia y la sospecha generalizada
Sería ciertamente una noticia relevante, si como se anuncia, los investigadores rusos han arrestado a 10 personas implicadas en el asesinato de la periodista de investigación Ana Politkovskaya, y quizás también del asesinato del periodista norteamericano, Paul Klebnikov, así como del segundo jefe del banco central ruso, Andrei Kozlov. Eso es lo que ha anunciado el fiscal de Rusia, Yuri Chaika, el otro día. Pero perdónenos si seguimos siendo escépticos. Hay precisamente demasiadas "sospechas generalizadas" aquí, y el sistema de la justicia criminal de Rusia está evidentemente bajo del pulgar de Kremlin que preside Vladimir Putin, para que aceptemos que esto responde al debido proceso bajo el imperio de la ley.
Es ciertamente posible que los sospechosos de los asesinatos sean como el fiscal Chaika, describe – como asesinos profesionales chechenios, policías reciclados y un corrupto oficial de la inteligencia. Hay un montón de estos tipos en Rusia, y los rusos aceptarían fácilmente que ellos fueron contratados para efectuar los asesinatos.
Las imputaciones contra Chaika sugieren que el cerebro detrás de los crímenes es un exiliado interesado en propiciar el caos y el resentimiento contra Putin. Esto en concordancia con lo expresado por el propio Putin, quien a solo tres días de ocurrido el asesinato de Politkovskaya, el pasado 7 de octubre, sugirió que el crimen fue ejecutado por fugitivos de la justicia rusa que necesitaban sacrificar a alguien "para crear una ola de sentimiento anti-Ruso en el mundo."
Los dos hombres que calzan lo más obviamente posible a la descripción dada eran el oligarca Boris Berezovsky y el líder chechenio Akhmed Zakayev, ambos autoexiliados en Londres, ambos encarnizados críticos de Putin y ambos buscados por el Kremlin. Las insinuaciones de Putin, sin embargo, no convencieron a nadie en occidente. Culpar a occidente era una salida común soviética siempre que cualquier cosa salía dramáticamente mal. Los líderes occidentales comenzaron a exigir a Putin que hallara a los asesinos verdaderos de Politkovskaya y parar los asesinatos en serie de sus críticos. Esas demandas fueron más fuertes con el extraño asesinato con polonium de Alexander Litvinenko en Londres el pasado mes de Noviembre.
Entonces los tres asesinatos más notorios se solucionan repentinamente, acorde a las presunciones esbozadas por Putin, pues la policía encontró que los hechos fueron perpetrados por chechenios y policías corruptos y con el añadido de un espía para darle más credibilidad. Puede ser justamente como el Sr. Chaika dijo, y si es así esperamos sinceramente que el fiscal general encuentre y demuestre evidencias convincentes en el juicio abierto y que se empiece a solucionar el resto de relevantes asesinatos políticos.
Fuente
TAGS:Putin, Rusia, asesinatos, Kremlin
Ayer el influyente diario norteamericano The New York Times editorializó sobre su escepticismo respecto a la captura de los presuntos asesinos de los opositores políticos del presidente Putin, artículo que presentamos a continuación:
Rusia y la sospecha generalizada
Sería ciertamente una noticia relevante, si como se anuncia, los investigadores rusos han arrestado a 10 personas implicadas en el asesinato de la periodista de investigación Ana Politkovskaya, y quizás también del asesinato del periodista norteamericano, Paul Klebnikov, así como del segundo jefe del banco central ruso, Andrei Kozlov. Eso es lo que ha anunciado el fiscal de Rusia, Yuri Chaika, el otro día. Pero perdónenos si seguimos siendo escépticos. Hay precisamente demasiadas "sospechas generalizadas" aquí, y el sistema de la justicia criminal de Rusia está evidentemente bajo del pulgar de Kremlin que preside Vladimir Putin, para que aceptemos que esto responde al debido proceso bajo el imperio de la ley.
Es ciertamente posible que los sospechosos de los asesinatos sean como el fiscal Chaika, describe – como asesinos profesionales chechenios, policías reciclados y un corrupto oficial de la inteligencia. Hay un montón de estos tipos en Rusia, y los rusos aceptarían fácilmente que ellos fueron contratados para efectuar los asesinatos.
Las imputaciones contra Chaika sugieren que el cerebro detrás de los crímenes es un exiliado interesado en propiciar el caos y el resentimiento contra Putin. Esto en concordancia con lo expresado por el propio Putin, quien a solo tres días de ocurrido el asesinato de Politkovskaya, el pasado 7 de octubre, sugirió que el crimen fue ejecutado por fugitivos de la justicia rusa que necesitaban sacrificar a alguien "para crear una ola de sentimiento anti-Ruso en el mundo."
Los dos hombres que calzan lo más obviamente posible a la descripción dada eran el oligarca Boris Berezovsky y el líder chechenio Akhmed Zakayev, ambos autoexiliados en Londres, ambos encarnizados críticos de Putin y ambos buscados por el Kremlin. Las insinuaciones de Putin, sin embargo, no convencieron a nadie en occidente. Culpar a occidente era una salida común soviética siempre que cualquier cosa salía dramáticamente mal. Los líderes occidentales comenzaron a exigir a Putin que hallara a los asesinos verdaderos de Politkovskaya y parar los asesinatos en serie de sus críticos. Esas demandas fueron más fuertes con el extraño asesinato con polonium de Alexander Litvinenko en Londres el pasado mes de Noviembre.
Entonces los tres asesinatos más notorios se solucionan repentinamente, acorde a las presunciones esbozadas por Putin, pues la policía encontró que los hechos fueron perpetrados por chechenios y policías corruptos y con el añadido de un espía para darle más credibilidad. Puede ser justamente como el Sr. Chaika dijo, y si es así esperamos sinceramente que el fiscal general encuentre y demuestre evidencias convincentes en el juicio abierto y que se empiece a solucionar el resto de relevantes asesinatos políticos.
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Etiquetas: internacional, opinión
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