La cortina de humo del momento, la venta del avión presidencial, deja en claro algunas perlas que esperábamos que en este segundo período de García no se dieran. Nos referimos a los impromptus presidenciales y los ministros secretarios que se avienen a los caprichos del “altísimo” y avalan con su firma las improvisaciones del primer mandatario da la nación.

La nacionalización de la banca en el primer período de García es el icono símbolo de ese estilo de gobierno. Cierto día el presidente despierta iluminado, conversa con los dioses del Olimpo y da vida a alguna de sus “brillantes” iniciativas y la lanza al ruedo político sin mayor análisis ni sustento técnico. Poseedor de una verborrea inigualable, expone y defiende sus ideas ante los medios para transmitirlas a un pueblo que gusta del show y la espectacularidad. Los ministros secretarios, que muchas veces desconocían el asunto, entonces se esfuerzan disciplinadamente por interpretar el mensaje iluminado del líder guía y hacen méritos por materializar la “voluntad imperial” del mandatario.

La venta de los aviones Mirage en la anterior gestión de García también se enmarca dentro de ese estilo de gobierno. Parece que Alan García tiene una fijación con la venta (léase REMATE) de aviones, que al final no son suyos sino del estado peruano.

HUMOR BRUJO

Comentábamos en nuestro artículo anterior que el ministro de Defensa, Allan Wagner Tizón no había firmado el proyecto de decreto supremo que disponía el remate del avión y que en cambio lo había firmado el ministro secretario de Salud, que no tiene vela en ese “avionicidio”, y que el asunto traería cola en el futuro gobierno.

Dos precisiones: En primer lugar decimos ministro secretario, porqué los ministros deben saber el límite de sus funciones y no incurrir en responsabilidades penales futuras avalando entuertos que no son de su competencia. Es elogiable la lealtad hacia el gobierno que lo cobija, pero cualquier funcionario en general, debe saber decir NO, por mas presión política que exista, cuando algo no le corresponde, aunque con ello deba dejar el puesto en el cual ha sido nombrado. No era para tanto en este caso, pero el ministro de salud no debió avalar con su firma la citada subasta.

En segundo lugar decimos REMATE porqué es tan improvisado el asunto de la pretendida subasta del avión presidencial, que ante las críticas por obviar la necesaria firma del ministro bajo cuya cartera se encuentra la aeronave (pertenece a la Fuerza Aerea del Perú), el gobierno ha tenido que generar un nuevo decreto supremo ahora sí con la firma de quien corresponde – el ministro Wagner – autorizando la subasta.

Wagner había advertido que el decreto supremo firmado por su colega de Salud tenía serias omisiones legales, ya que el avión, al pertenecer a la Fuerza Aerea del Perú, tenía que dársele de baja previamente en los registros de la FAP. Para ello un comité especial de esa institución castrense debería haber realizado un inventario de la aeronave y determinar cuál era su valor. Nada de esto se había hecho, lo cual, interpretando cabalmente las palabras del ministro Wagner, denota la improvisación del asunto. Asimismo es notable la diligencia de algunos ministros, haciéndose evidente el apresuramiento del premier Del Castillo para cumplir con la voluntad presidencial a como de lugar, empujando con ello al ministro de Salud a la firma antes mencionada.

Después Del Castillo trataría de minimizar las observaciones de Wagner, expresando que eran suspicacias, pero lo cierto es que el premier ha preferido curarse en salud y atender las observaciones planteadas.

Por otra parte con lo de “ideas iluminadas” no queremos desmerecer las iniciativas presidenciales, por el contrario, al presidente le corresponde establecer los grandes lineamientos a donde debe enrumbarse la nación. Pero todo debe hacerse bajo los cauces de la ponderación y luego de efectuarse los estudios correspondientes. No hacerse a las locas, improvisadamente y a toda prisa, porqué así como ahora comentamos el remate del avión presidencial, que podría ser inocua, mañana esa necesidad de protagonismo mediático del presidente podría llevarlo a anunciar una idea “iluminada” como algunas de las que nos llevó a la debacle que todos recordamos en su primer gobierno.
TAGS:Alan García, avión presidencial Perú

Etiquetas: opinión, Perú, Política