Mientras la población sigue morbosamente ese "triller" macabro en que se ha convertido la muerte de la cantante Alicia Delgado, el gobierno aprovecha la publicidad del caso, primero para sortear exitosamente la censura al gabinete presidido por Yehude Simon por el Baguazo y luego para excarcelar a Rómulo León Alegría, el principal implicado en el caso de los petroaudios.

El país indignado ve como la corrupción gana impunidad y que no hay sanción para los implicados en sonados casos de corrupción. En el escándalo de los petroaudios, que significó la caída del gabinete de Jorge Del Castillo, el gobierno ha movido sus fichas para "congelar" las diligencias respectivas, porqué no es un secreto que el APRA tiene hombres claves al interior del Poder Judicial, para hacer que los expedientes avancen mas lentamente que una tortuga anémica con la pata coja.

Para nadie es un secreto que el presidente de la Corte de Lima, César Vega Vega, tiene su corazoncito aprista y que desde ese puesto clave ha jugado en pared con el gobierno para retardar el proceso.

Es un escándalo que luego de ocho meses de iniciado el proceso hasta la fecha no se haya abierto la computadora de Rómulo León, porqué dicen que no hay peritos que garanticen preservar la información allí existente. La ineptitud, por no decir complicidad, del titular del Tercer Juzgado Anticorrupción que ventila el caso, Jorge Barreto Herrera, permite ahora que el ex ministro del primer gobierno aprista acceda a prisión domiciliaria.

La risible resolución emitida por la Tercera Sala Penal Especial –integrada por Iván Sequeiros Vargas, Manuel Carranza Paniagua y Carlos Manrique Suárez– sustenta su dictámen en que no hay peligro de fuga de Rómulo León. ¿Olvidan acaso que el lobbysta a quien favorecen ahora con su resolución estuvo prófugo al conocerse sus andanzas y negociados?

Flaco favor a la democracia. Es evidente que la lucha contra la corrupción no está en la agenda del gobierno de Alan García. Y después se quejan de los antisistemas y sus revueltas.

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