El santuario venezolano de las FARC
Álvaro Uribe está empeñado en un imposible. Pretende que Hugo Chávez le eche una mano y detenga a los guerrilleros que asesinaron la semana pasada a ocho soldados colombianos y huyeron luego a Venezuela. Y que le ayude a acabar con las FARC. Pero el bolivariano le ha dicho en todos los idiomas posibles que esa guerra no es asunto suyo. Que bastante tiene con soportar la violencia que exporta un conflicto ajeno. Incluso vino a echar la culpa a Colombia del grave accidente de un helicóptero de su Fuerza Aérea, ocurrida este domingo, donde perdieron la vida dieciocho militares venezolanos entre los que se encontraba un general de brigada.
Esta vez, sin embargo, a diferencia de las anteriores, el cruce de declaraciones ha sido moderado, nadie se ha salido de casillas. "Hacemos un llamado respetuoso y urgente al Presidente Chávez, para que estos asesinos de nuestros soldados puedan ser capturados", dijo Uribe, en la segunda ocasión en que hacía la misma solicitud.
"Es un error descargar responsabilidades sobre un pueblo y unas autoridades venezolanas que deben asumir los costos de un enfrentamiento que no es el suyo", respondía en un comunicado el Ministerio de Exteriores venezolano. Ya antes el propio Chávez había afirmado en uno de sus incontables discursos: "La guerra en Colombia no es nuestra".
Acusaciones veladas
Tal vez haya sido la profunda crisis económica mundial, que aconseja no poner en riesgo los intercambios comerciales, la responsable de que ambos lados moderaran el lenguaje. O la enésima reconciliación de los dos mandatarios, sellada en un reciente encuentro. El caso es que en Bogotá nadie quiere repetir en voz alta lo que corre por los pasillos del Ministerio de Defensa: Venezuela es un santuario de las FARC, refugio de alguno de sus comandantes principales, amén de los Frentes que actúan en las regiones fronterizas. Lo ha insinuado el titular de dicha cartera, Juan Manuel Santos, pero no se atreve a ir más allá por no generar otro problema diplomático. Todo lo más ha manifestado, sin ahondar más, que algunos jefes subversivos no están en el país, de ahí la dificultad de detenerlos.
Las hipótesis apuntan a que serían 'Iván Márquez', 'Timochenko' y 'Joaquín Gómez', los tres del Secretariado, así como 'Grannobles', destacado cabecilla, quienes se esconden en la República Bolivariana.
Con dos mil doscientos kilómetros de frontera común, buena parte de ella de selva o serranía, es casi imposible combatir a la guerrilla si no hay una respuesta conjunta de las dos Fuerzas Armadas. Pero no sólo hay razones de afinidad ideológica entre bolivarianos y 'farianos', sino algo más mundano: corrupción galopante. Los militares y la policía venezolanos sucumbieron a la tentación de enriquecerse con dinero del narcotráfico. Narcos y FARC compran sus voluntades a cambio de que les cubran las exportaciones de cocaína. No es extraño que Venezuela se haya convertido es un paso clave de la droga colombiana hacia Europa y Estados Unidos.
Chávez se distanciaría de las FARC
Alfredo Rangel, analista militar, piensa, que si bien Chávez sigue sintiendo simpatía por las Farc, ha intentado poner cierta distancia: "Algo ha cambiado en estos últimos meses. El apoyo logístico de armamento, el dinero en las cantidades que le daba Chávez a la guerrilla en el pasado, ya no existe en ese volumen. Tampoco la cobertura diplomática que les daba. Incluso les llamó a abandonar la lucha armada y a liberar secuestrados sin condiciones", señala a elmundo.es.
No fue una decisión gratuita, sino motivada por el hallazgo de unos documentos en el campamento del fallecido comandante 'Raúl Reyes', que le dejaban en evidencia ante el mundo. "Se ha distanciado de las FARC, pero no del todo. Hay cierta complacencia, aunque menor de antes, en el tránsito de grupos de la guerrilla para eludir la acción de las tropas colombianas. Es un apoyo pasivo".
Etiquetas: internacional
Vínculo
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home