Mas besos, menos estrés

Otra forma de motivación: besarse y el bienestar son la forma más eficaz para obtener el máximo rendimiento. ... y no sólo en el trabajo.

¿El trabajo en tiempos de recesión produce más estrés de lo habitual? No es necesario desfogarse con una maratón de juego o tratar de pelear con alguien cerca dentro de los 25 metros: la solución mas innovadora está hecha de besos, abrazos y dulzura. En oposición al sexo desenfrenado.

Ergo, si usted siempre ha pensado que la pasión y la ternura son dos planetas que se encuentran distantes años luz entre ellas, entonces para salvar su hígado y su salud, urge un cambio radical de perspectiva.

El ejemplo a seguir es el de las parejas felizmente casadas, - salvo en los casos de inminente divorcio - para construir una esfera de la intimidad que reserva un espacio importante a la afectuosidad, al romanticismo, en definitiva a esos pequeños detalles que normalmente hacen las mujeres para atraer a los hombres solteros, pero que en realidad son providenciales contra el estrés: según revela un estudio del departamento de psicología clínica y psicoterapia en la Universidad de Zurich, que ha inscrito a 51 parejas casadas dispuestos a dejar una muestra de saliva para detectar los niveles de cortisol, la conocida hormona relacionados con el estrés. El cortisol es considerado la hormona del estrés pues el organismo la fabrica ante situaciones de emergencia para ayudarnos a enfrentarnos a los problemas.

Los resultados después de una semana de "exacciones" cada tres horas no dejan lugar a dudas a los investigadores: la mayoría de las parejas afectuosas, dispuestas a besarse abrazarse, a menudo, son los que tienen la menor fluctuación en los niveles de cortisol. Y, por tanto, en igualdad de condiciones, menos expuestos al estrés.

El descubrimiento, tal vez, podría llevarnos a mirar con otros ojos a esas parejas de tórtolos que durante las salidas en grupo pasan el tiempo agarraditos de las manos. Lo cierto es que la correlación entre el estrés y la ternura se adapta bien a la tendencia masculina según el lugar, se destacó por una encuesta realizada por GPF a la empresa farmacéutica Pfizer, el hombre italiano por ejemplo es generalmente más gatito que macho, y no se vergüenza en admitirlo.

En efecto el 83,3% de 2000 personas entrevistadas declaró sin ningún tipo de vergüenza que sienten la necesidad de abrazarse a su pareja después del coito, y el deseo de ternura es una bendición para hacer más satisfactoria la esfera sexual, como se explica 60,5% de la muestra.

Para aquellos que todavía no han entendido aquello de "menos músculo, más caricias", es necesario recordarles a esos hombres: la próxima vez que ella le diga que desea ser mimada, antes de pretender fingir hacerse el dormido piense en cómo se sentirá el lunes por la mañana en la oficina ...

Así que ya sabe mas besos, mimos y caricias y tendrá menos estrés.

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