Mañana se inicia un paro mas de la CGTP. Las consignas, las mismas de siempre contra el gobierno de turno.

Ante la convocatoria a un paro organizado por la CGTP el año pasado, publicamos un artículo titulado “Como cambian los tiemp

os” donde recordábamos la forma en que un opositor Alan García se aupaba en la revuelta de la central comunista y marchaba contra el gobierno de Alejandro Toledo por la vacancia del jaqueado ex mandatario de la chakana. Fue la marcha que se recordará siempre por la famosas patadita de García a un correlegionario que le robaba cámaras.

Foto. Mario Huaman, secretario general de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), principal fuerza impulsora del paro que se inicia este 9 de Julio

Comentábamos entonces haciendo un paralelo, como García, ya en el poder, trataba por todos los medios de deslegitimar la marcha de la central sindical contra su régimen.

Ahora, ante esta nueva marcha, Alan García dice que éste es un paro político y temeroso del síndrome del “Moqueguazo”, que dejó maltrecho al gobierno hace poco, ha ordenado a las tropas de las Fuerzas Armadas a salir a custodiar las calles, dando muestras de intolerancia que creemos atizará voluntades antagónicas y puede conseguir el efecto contrario al de intimidación que pretende.

Así como García se sumaba al cargamontón contra Toledo, debe aceptar de buen talante medidas como las que él propiciaba cuando estaba en la oposición. Es parte del juego democrático, lo cual no quiere decir que estemos de acuerdo con estas paralizaciones (incluida la de la mencionada “patadita de García”). Son paros políticos, que poco tiene que ver con reinvindicaciones sociales. Es una mala costumbre de nuestros políticos criollos para “mantener vigencia política”.

Que se marcha contra el TLC, que el retorno a la constitución del 79, que las supuestas bases militares norteamericanas, entre otros puntos delirantes son algunas de las plataformas de lucha que esgrime la central sindical comunista en los últimos paros, además por supuesto sobre el incremento del costo de vida.

Del paro del año pasado al actual pocas cosas han cambiado para sustentar las medidas de fuerza, por el contrario algunas se han agudizado. Entonces el precio del crudo de petróleo se aproximaba a los US$ 100 dólares por barril, los precios de los alimentos se disparaban a nivel mundial, principalmente el trigo, la soya, el maíz entre otros, forzados por la producción de los bio- combustibles.
De esa fecha a la actual, el petróleo sigue su escalada incontrolable al alza, llegando a un máximo histórico de US$ 145,85 y algunos analistas ya estiman que podría llegar a los US$ 200 en los próximos meses. El alza del precio de los alimentos se ha agudizado por medidas de algunos productores como Argentina y Bolivia (caso de la soya, que incrementa el precio de aceites y alimentación para aves, lo que incrementa el precio del pollo, etc.), además de baja producción por factores climáticos y desastre naturales.

Ante ese escenario internacional, poco va a conseguirse con paralizaciones y desmanes. No se puede detener el precio del crudo o de los alimentos que dependen de factores internacionales por decreto. Hay que reconocer que el gobierno ha tratado de minimizar el efecto del precio del petróleo creando un fondo de estabilización de los precios de los combustibles, subsidiando el precio de la gasolina y el diesel y tiene una deuda ya con las refinerías de S/. 1.500 millones. ¿Hasta cuando podrá soportar la ja fiscal este subsidio?

Por otra parte, con la medida de emplear al Ejército, el gobierno está magnificando la paralización propiciada por grupos minoritarios de izquierdistas trasnochados, y torpemente caricaturiza el paro con un spot televisivo donde utiliza la imagen de Vladimiro Montesinos, donde el corrupto ex asesor en su show mediático en el juicio a su siamés Alberto Fujimori, decía que el Sutep no realizó paralizaciones cuando ellos co-gobernaban. Bromas aparte, no vaya a ser que el ex asesor les haga un juicio por utilización de su imagen sin consentimiento (Jo jo).

De todas formas, esperemos que el paro se desarrolle sin hechos de violencia que lamentar, respetando el derecho de quienes quieren trabajar transitar y libremente.

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