¿Marcha atrás en el caso de Tula?
La verdad me parece increíble como el partido de gobierno le gusta disparase a los pies. El asunto de la interpretación de la forma como debían computarse la sanción de los congresistas suspendidos por contratar personal “fantasma”, donde no hay nada que interpretar, porqué la norma especifica claramente que se trata de días de legislatura y no de días calendario, nos hace creer que el apasionamiento político obnubila la razón de los congresistas del partido de gobierno, o simplemente consideran unos débiles mentales al pueblo peruano, y por lo tanto creen que pueden hacer lo que quieran
HUMOR BRUJO
Al congresista Javier Velásquez Quesquén, asiduo de Palacio de Gobierno, lo hemos escuchado luego de reunirse con el todopoderoso Alan, salir y lanzar inmediatamente globos de ensayo, especialmente en los primeros meses de gobierno aprista. El diligente compañero Javier, llevaba el encargo a la célula parlamentaria aprista y luego empezaba una cerrada defensa de la materia en cuestión. Cuando las cosas salían mal, el presidente rectificaba a sus congresistas, con lo cual su figura de estadista resplandecía y cautivaba a las masas.
Después de los muchos errores que se han observado en el gobierno, Velásquez Quesquén es uno de los fervorosos defensores tratando de minimizar los yerros cometidos, defendiendo muchas veces lo indefendible. Hay que admitir sí, que ante la presión pública, cuando la situación es insostenible, dan marcha atrás, a diferencia de sus socios fujimoristas que a la mala imponían sus cochinadas durante el fujimorato.
En el caso de la interpretación antes mencionada, para permitir acortar el período de suspensión a la congresista Tula Benitez, el primero que dio marcha atrás fue el presidente del Congreso Luis Gonzáles Posada, a pesar que la mesa directiva que él dirige, envió la consulta a la comisión de Constitución y que con el doble voto de Velásquez Quesquén ya tenían la herramienta que favorecería a su compañera caída. Será tal vez por las críticas de la prensa que "el cabezón" ha dicho que elevaría en consulta el asunto al pleno, donde el revuelo y el escándalo serían mayores y con toda seguridadn la intentona no pasaría.
Es por eso que don Javier ha dicho que no existe acuerdo definitivo sobre el cómputo de las suspensiones, porqué un congresista - Edgar Reymundo- ha pedido reconsideración de la votación. Todo indica que todavía algo de sangre en la cara tienen estos parlamentarios, y que finalmente darán marcha atrás en este escandaloso asunto.
Pero como estamos hartos de estos intentos de hacernos los cholitos, le otorgamos el premio de la concha de la semana (emulando a la revista Caretas) a don Javiercito Velásquez Quesquén y que se deje de cuatro cosas.
Etiquetas: humor, opinión, Política
Vínculo
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