La tercerización del estado
Para reconstruir las ciudades devastadas por el terremoto del 15 de Agosto, el presidente García anunció la creación del Fondo de Reconstrucción del Sur –FORSUR- poniendo al frente de dicho novísimo organismo a su amigo Julio Favre, con la idea de que al ser éste un empresario de éxito, le diera celeridad al proceso de reconstrucción de la infraestructura destruida por las fuerzas de la naturaleza.
El presidente García ha optado por una virtual tercerización de la reconstrucción del sur al encontrar que sus funcionarios ni siquiera saben comprar patrulleros
Ante las protestas del presidente regional de Ica, que había creado su propio organismo para la reconstrucción, integrado por autoridades regionales de Ica, en artículo titulado “Las lecciones que nos dejó el sismo” decíamos “Al igual que en el caso colombiano, creemos a diferencia de voces criticas, que al ser el Forsur un ente que va coordinar la reconstrucción de localidades de las regiones de Lima, Ica y Huancavelica, debe ser un organismo que excede la gestión de un presidente regional. Por lo tanto no se contrapone a un organismo regional como la Corporación de Reconstrucción y Desarrollo de Ica (Crydi), creado por el presidente regional de Ica, Rómulo Triveño, ya que éste podrá ejecutar lo que tiene asignado como prepuesto en su región para priorizar obras a favor de los damnificados, debiendo coordinar en lo referente a infraestructura con el Forsur para que no haya duplicidades ni entorpecimientos mutuos”.
Tal como decíamos entonces, creemos que el ente encargado de la reconstrucción debe ser un organismo independiente a los organismos existentes en el aparato buracrático del estado, al que debían dársele todas las facilidades para que pueda desarrollar sus actividades con la rapidez del caso, como de hecho ha sido, y no nos pronunciamos sobre la persona que estaría al frente del Forsur.
No tenemos nada, a favor o en contra del señor Favre, simplemente tomamos nota la intención presidencial de que éste no fuera calificado como funcionario público, configurando una virtual tercerización el proceso de reconstrucción.
Si de acuerdo a la definición de outsorcing o tercerización una empresa, en este caso el estado, identifica una porción de su proceso de negocio que podría ser desempeñada más eficientemente por otra empresa o institución, entonces se la contrata para desarrollar esa porción del negocio. Mas o menos eso es lo que está sucediendo en la práctica con el Forsur.
Es mas Julio Favre, en declaraciones a la prensa extranjera ha dicho "Tercerizaremos todo lo que podamos", en referencia al papel de los empresarios en la reconstrucción del departamento de Ica, el más afectado por el sismo de más de 7 grados en la escala de Ritcher que causó 519 muertos y dejó más de 56.000 familias damnificadas.
No calificamos si está bien o mal la tercerización del proceso de reconstrucción. Mientras se manejen las cosas transparentemente y se pueda fiscalizar las obras asignadas a esas empresas, tal vez es la solución más rápida y eficaz.
Lo que queremos, aprovechando el caso del Forsur, es que simplemente apelando a la definición de tercerización, si el estado identifica que cosas no hace bien, encontramos que tendría que tercerizar un montón de cosas. Allí tenemos los dos procesos fallidos de compra de patrulleros para el Ministerio del Interior, la abortada compra de ambulancias para el ministerio de Salud, la sobrevaluada adquisición de pertrechos antimotines para la Policía Nacional, entre otras “perlas”, que son sólo tres muestras clamorosas de que el estado ni siquiera sabe comprar.
Ahora bien, si el asunto fuera simple, tomándola a la broma, diríamos que tercerizamos ministros y asunto solucionado, pero la cosa es mas compleja.
Al comienzo de su mandato, el presidente García, sintonizando con el sentir popular, y en el ansia de conectarse con el pueblo – que no siempre es lo mejor- rebajó demagógicamente los sueldos de los funcionarios públicos, lo que dio como resultado que buenos profesionales no quieran ir a trabajar para el estado, o que otros que ya estaban emigren hacia el sector privado.
La solución para paliar la situación y evitar el éxodo masivo, son las dobles planillas que el Contralor ha denunciado que existen en el MEF y otras empresas públicas como PetroPerú. De esa forma se le saca la vuelta a la tan pregonada austeridad. Claro que la situación no es nueva, y la han venido aplicando otros gobiernos, pero no es justo que el estado disfrace los ingresos de sus funcionarios con planillas paralelas, algo que el estado no permite a las empresas privadas.
Por lo tanto, es necesario un sinceramiento de las planillas estatales, para que los funcionarios ganen de acuerdo a sus calificaciones profesionales y que permita la llegada a los altos puestos públicos gente calificada, sino vamos a encontrar que debemos tercerizar todo, porque no tenemos profesionales calificados para ejecutar las labores propias de la gestión pública.
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Etiquetas: opinión
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