El Pacto Social
Uno de los temas polémicos anunciados por el presidente García en su discurso de fiestas patrias fue el referente al Pacto Social. Estaban frescas las escaramuzas de las movilizaciones en casi todo el país, que había dejado algo chamuscada la imagen del gobierno, por que era necesario hacer algo para tratar de evitar que esos sucesos se repitan en el futuro, lo que podría poner en jaque la gobernabilidad del país.
Entonces, cual mago prestidigitador Alan García sacó un conejo baja la manga y lo bautizó como Pacto Social. Pero a esas alturas del mensaje, nadie en el gabinete Del Castillo sabía del tema, ni como se iba a implementar ese propósito.
Se supone que cada ministro había enviado un resumen de los logros de su sector para que el presidente elabore su discurso. Pero por las notas que los ministros tomaban de los anuncios del presidente, al parecer recién se enteraban de algunos de los ofrecimientos presidenciales.
Por declaración del propio Presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, dice que ante el anuncio reparó en el hasta entonces olvidado Acuerdo Nacional.
El presidente ante la imposibilidad de dar un aumento de sueldos por decreto que le hubiera granjeado los reclamos de los sectores empresariales, lanzó un pronunciamiento lírico para salir del apuro, y dejó el tema para que se estudie la posibilidad de aumentar los sueldos en el denominado pacto social, mediante un acuerdo entre los sectores productivos del país y los trabajadores.
Pero resulta que los temas relativos a la problemática trabajadores – empresa lo debería ver el Consejo Nacional del Trabajo (CNT), olímpicamente también olvidado del discurso presidencial. Y si de trabajo y empresa se trata, también está Consejo Nacional de la Competitividad (CNC), tampoco mencionado por García. Si de aumentos salariales se trata es menester que estos sean consecuencia de un aumento de la productividad, por lo tanto debería tenerse en cuenta al CNC.
Algunos dirán que el gobierno tiene complejo de Adán y por eso es que a pesar que existen ya instituciones creadas en los gobiernos de Toledo y Paniagua para ver los problemas antes mencionados, ha querido crear una nueva, tal como se ha creado o cambiado de nombre a proyectos habitacionales en el Ministerio de Vivienda, en los de apoyo social del Ministerio de la Mujer, y otros.
Después de ver lo confundidos que han estado los ministros involucrados para llevar a cabo el citado pacto, nos atrevemos a conjeturar que en este caso no hay tal complejo adánico, sino que el presidente García tenía que lanzar algo abstracto para salir del paso y ver que sale de eso.
Ahora la ministra de trabajo Susana Pinillaha dicho en artículo publicado por El Comercio que “El Pacto Social sirve para comprometer a diferentes agentes económicos y sociales en ver cómo mantenemos un crecimiento económico sostenido y cómo este se empieza a redistribuir de la manera más equitativa. El CNT solo ve políticas laborales. El presidente de la República anunció claramente las metas al 2011 y cuánto invertirá cada ministerio; por eso iremos al Congreso a exponer nuestros planes. Es importante saber a cuánto se compromete el sector privado, a qué los trabajadores y cómo se crea un ambiente de paz social para generar mucha más inversión”.
En concreto se supone que el Pacto Social obliga a cumplir lo pactado.
Pero lo que olvida el gobierno es que la mediana y gran empresa paga a sus trabajadores en planilla mas del sueldo mínimo y que en consecuencia con quien tiene que tratar es con la pequeña y micro empresa, que son las que mayormente pagan los salarios mínimos y los que no cumplen las leyes laborales. Para cumplirlas tendrían que formalizarse y el problema es que el costo de la formalización puede atentar contra su propia supervivencia, por el costo que supone la formalización que elevaríasus planillas en mas allá del cuarenta por ciento.
Ese es el gran problema del pacto social. Mientras tanto el gobierno ha mandado a la cancha a un jurista de prestigio como Víctor García Toma ex presidente del Tribunal Constitucional, para ver si en el camino se puede armar este muñeco, que por ahora es mas frágil que un globo de gas al que todos quieren pinchar.
Por lo pronto el Premier del Castillo había dicho que lo primero que el nuevo ente vería sería lo relacionado a la elevación del sueldo mínimo. Después de las críticas el flamante director ejecutivo del citado pacto ha tenido que enmendarle la plana al premier al anunciar que ese no sería el tema central, y por el contrario ha anunciado otros menos punzantes.
La CGTP ha descartado su participación en el pacto social en una hipersensible reacción por el comentario de la ministra Pinilla quien dijo que como la CGTP estaba torpedeando el TLC con los EEUU serían unos traidores a la patria.
La verdad es que finalmente el Pacto Social quedará como un globo de ensayo con el cual el gobierno ha querido tomar un poco de oxígeno, pero creemos que al final el citado organismo va ha quedar cianótico precisamente por falta de este elemento.
Entonces, cual mago prestidigitador Alan García sacó un conejo baja la manga y lo bautizó como Pacto Social. Pero a esas alturas del mensaje, nadie en el gabinete Del Castillo sabía del tema, ni como se iba a implementar ese propósito.
Se supone que cada ministro había enviado un resumen de los logros de su sector para que el presidente elabore su discurso. Pero por las notas que los ministros tomaban de los anuncios del presidente, al parecer recién se enteraban de algunos de los ofrecimientos presidenciales.
Por declaración del propio Presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, dice que ante el anuncio reparó en el hasta entonces olvidado Acuerdo Nacional.
El presidente ante la imposibilidad de dar un aumento de sueldos por decreto que le hubiera granjeado los reclamos de los sectores empresariales, lanzó un pronunciamiento lírico para salir del apuro, y dejó el tema para que se estudie la posibilidad de aumentar los sueldos en el denominado pacto social, mediante un acuerdo entre los sectores productivos del país y los trabajadores.
Pero resulta que los temas relativos a la problemática trabajadores – empresa lo debería ver el Consejo Nacional del Trabajo (CNT), olímpicamente también olvidado del discurso presidencial. Y si de trabajo y empresa se trata, también está Consejo Nacional de la Competitividad (CNC), tampoco mencionado por García. Si de aumentos salariales se trata es menester que estos sean consecuencia de un aumento de la productividad, por lo tanto debería tenerse en cuenta al CNC.
Algunos dirán que el gobierno tiene complejo de Adán y por eso es que a pesar que existen ya instituciones creadas en los gobiernos de Toledo y Paniagua para ver los problemas antes mencionados, ha querido crear una nueva, tal como se ha creado o cambiado de nombre a proyectos habitacionales en el Ministerio de Vivienda, en los de apoyo social del Ministerio de la Mujer, y otros.
Después de ver lo confundidos que han estado los ministros involucrados para llevar a cabo el citado pacto, nos atrevemos a conjeturar que en este caso no hay tal complejo adánico, sino que el presidente García tenía que lanzar algo abstracto para salir del paso y ver que sale de eso.
Ahora la ministra de trabajo Susana Pinillaha dicho en artículo publicado por El Comercio que “El Pacto Social sirve para comprometer a diferentes agentes económicos y sociales en ver cómo mantenemos un crecimiento económico sostenido y cómo este se empieza a redistribuir de la manera más equitativa. El CNT solo ve políticas laborales. El presidente de la República anunció claramente las metas al 2011 y cuánto invertirá cada ministerio; por eso iremos al Congreso a exponer nuestros planes. Es importante saber a cuánto se compromete el sector privado, a qué los trabajadores y cómo se crea un ambiente de paz social para generar mucha más inversión”.
En concreto se supone que el Pacto Social obliga a cumplir lo pactado.
Pero lo que olvida el gobierno es que la mediana y gran empresa paga a sus trabajadores en planilla mas del sueldo mínimo y que en consecuencia con quien tiene que tratar es con la pequeña y micro empresa, que son las que mayormente pagan los salarios mínimos y los que no cumplen las leyes laborales. Para cumplirlas tendrían que formalizarse y el problema es que el costo de la formalización puede atentar contra su propia supervivencia, por el costo que supone la formalización que elevaríasus planillas en mas allá del cuarenta por ciento.
Ese es el gran problema del pacto social. Mientras tanto el gobierno ha mandado a la cancha a un jurista de prestigio como Víctor García Toma ex presidente del Tribunal Constitucional, para ver si en el camino se puede armar este muñeco, que por ahora es mas frágil que un globo de gas al que todos quieren pinchar.
Por lo pronto el Premier del Castillo había dicho que lo primero que el nuevo ente vería sería lo relacionado a la elevación del sueldo mínimo. Después de las críticas el flamante director ejecutivo del citado pacto ha tenido que enmendarle la plana al premier al anunciar que ese no sería el tema central, y por el contrario ha anunciado otros menos punzantes.
La CGTP ha descartado su participación en el pacto social en una hipersensible reacción por el comentario de la ministra Pinilla quien dijo que como la CGTP estaba torpedeando el TLC con los EEUU serían unos traidores a la patria.
La verdad es que finalmente el Pacto Social quedará como un globo de ensayo con el cual el gobierno ha querido tomar un poco de oxígeno, pero creemos que al final el citado organismo va ha quedar cianótico precisamente por falta de este elemento.
Etiquetas: opinión, Perú, Política
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