¿Dónde están las bases apristas?

Analizando el porqué de las poca capacidad de respuesta del gobierno ante la escalada de protestas violentas, encontramos que además de los errores propios del gobierno, se nota una nula presencia de los partidos políticos, y una apatía de las bases partidarias del partido de gobierno. Los partidos de alcance nacional están en Lima, sin mayor presencia en el interior del país, y por el contrario la mayoría de las regiones están en manos de partidos o grupos regionales.

Ante la ola de protestas a nivel nacional que ha paralizado zonas enteras del país, habría que preguntarse donde está las bases apristas en defensa de su gobierno. La verdad es que han brillado por su ausencia y sólo en el clásico bastión aprista, Trujillo, a despecho de la pérdida del gobierno municipal, se notó en los pasados días un cierto accionar de las bases del partido de gobierno apoyando a su líder, el presidente Alan García.

Ante unas hordas beligerantes y ruidosas del Sutep atacando verbalmente con estribillos insultantes al presidente García, quien se encontraba de visita en Trujillo, para anunciar una de las medidas adoptada por su gobierno a favor del pueblo trujillano; las bases que acudían al mitin organizado por los líderes regionales apristas, tuvieron que enfrentarse al menos verbalmente) a las turbas sutepistas, claro que con el apoyo también de la policía, logrando contener y repeler a los revoltosos.

No esperamos el enfrentamiento físico de las bases apristas contra las masa beligerante, porqué eso agravaría el estado de cosas, y podría tener un saldo impredecible.

Recordemos que Alejandro Toledo tuvo un gobierno jaqueado durante gran parte del mismo por protestas y revueltas violentas, pero Perú Posible, no tenía una organización partidaria sólida, que pudiera defender en su comunidad, o en las asambleas de las organizaciones regionales, las políticas de su gobierno. Se hubiera pensado que al ser el APRA un viejo y organizado partido, las bases partidarias tendrían una mayor capacidad de respuesta en el ámbito de cada comunidad, cuando se están cocinado las protestas.

El partido aprista siempre se ha jactado de tener la militancia mas organizada y disciplinada del país. De hecho antes de cada elección la afluencia a los locales partidarios era masiva, cuando se tenía una posibilidad de triunfo en los comicios. Esa situación no fue diferente en las pasadas elecciones generales y el local de Alfonso Ugarte era un hervidero de gente, sobre todo entre la primera y la segunda vuelta.

Seguramente había muchos arrivistas que en todo partido siempre están en las horas de triunfo con la finalidad de subirse al tren ganador y conseguir algún puesto de la teta estatal.

Es pertinente compartir con Uds. las impresiones de un militante aprista quien me escribió comunicándome que siendo un profesional mayor de cuarenta años y que se encontraba desempleado se presentó al local de Alfonso Ugarte meses antes de las elecciones para inscribirse y sacar su carnet partidario. Allí le dijeron que Alan García había dado una directiva para evitar a los arrivistas, que los “postulantes a compañeros” debían capacitarse en doctrina aprista, por lo cual tuvo que asistir a las peroratas que le daban en Alfonso Ugarte, según manifiesta, algunas de ellas desfasadas en el tiempo como las tesis apristas de la internacionalización del canal de Panamá, el antiimperialismo y el APRA, y no se cuantas cosas mas.

Este caballero tenía como compañeros de clase a algunas personas mayores y muchos jóvenes, que también aspiraban a conseguir algún trabajo si es que el partido ganaba las elecciones. Terminaron el curso y después de cumplir con llevar todas las clases programadas se olvidaron de ellos (por muy mayores) y mas bien a los jóvenes los llamaron para hacer trabajo de bases previo a las elecciones.

El APRA ganó las elecciones y García se olvidó de sus bases partidarias, y según palabras de algunos apristas que conozco, se sentían los apestados de su propio partido.

Este lector me comunica que decepcionado del maltrato y olvido se alejaron del partido y que ahora después de dos años los han llamado para darles sus diplomas por haber participado en los cursos de capacitación política. El manifiesta, “ ahora que las papas queman se acuerdan de nosotros y quieren que nos presentemos a nuestros comités distritales donde nos van asignar tareas de apoyo al gobierno”.....( ) “que se vayan a bañar”.

La opinión de este frustrado “compañero” puede graficar la apatía partidaria aprista por el olvido de sus líderes políticos.

En anterior oportunidad también comentamos el descontento de las bases apristas por la imposición de candidatos regionales y municipales por la cúpula limeña al mando de Mauricio Mulder en desmedro de los candidatos elegidos por las bases. Esto trajo como consecuencia que esos partidarios descontentos no apoyen a los candidatos impuestos, porqué no los representaban.

Recordemos hace algunos meses el bochorno de Múlder en el local partidario, con unas bases descontentas pidiendo congreso nacional para elegir nuevas autoridades partidarias. El tema debe haberse ahondado por los problemas internos del partido de gobierno, maximizado con la defenestración del Secretario Nacional de Organización y Movilización del APRA, Wilbert Bendezú.

Lo antes descrito refleja lo difícil del arte de gobernar, donde el partido en el poder debe saber compatibilizar muchas variables. En el caso del APRA, ante el pésimo gobierno del 1985-1990 donde sus partidarios eran sectarios y ocuparon la mayoría de los cargos públicos, con las consecuencias por todos conocida; en esta nueva oportunidad optó por todo lo contrario. Eso me trae a colación ese dicho, que en vida hay que saber dosificar las cosas, ni mucho que queme al santo, ni poco que no lo alumbre. Claro está que siempre debe primar la capacidad profesional para el desempeño de un puesto público.

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