Ayer el presidente Alan García intervino indebidamente en el caso del encarcelamiento de la conductora de TV Magaly Medina. Según el presidente, dos meses de prisión es suficiente para la popular "urraca de la TV".

Magaly Medina

Cualquier ciudadano puede expresar su opinión sobre determinado asunto, el presidente no siempre. Recordemos el reciente asunto del general Donayre que movió al gobierno chileno por las expresiones antichilenas del jefe del ejército peruano, a pesar que sus expresiones fueron vertidas en un ambiente privado y no en forma oficial. El asunto que caldeó el ambiente político y las susceptibilidades chilenas, era por la persona que lo expresó.

De igual forma, la "opinión" de García es una injerencia impertinente en un asunto que está ventilándose en el poder judicial y es una presión indebida induciendo a los magistrados a actuar en determinada forma.

A su turno la ministra del Justicia, Rosario Fernández y el Premier, Yehude Simon, expresaron que el asunto como indultar a la Medina no se podría tratar a nivel del ejecutivo, porqué el caso está en apelación y tampoco la defensa de la conductora lo ha solicitado.

Como diciéndole "no me ayudes compadre" el abogado de la "bocona", César Nakazaki ha dicho que su representada no busca que el presidente Alan García la indulte, porque ello significaría reconocer su culpabilidad, aceptar una pena, y pedir que esa sanción se perdone. Claro que sacó provecho mediático de la intervención del presidente, haciendo una interpretación a su favor de lo que había querido expresar el mandatario.

Parece que el presidente anda algo "desbocado" ya que el pasado fin de semana, con ocasión de los botellazos en Acho se mandó con todo contra el Congreso Nacional, porqué no daba las leyes que el pueblo necesita; y, eso que desde que asumió el gobierno, los presidentes de ese poder del estado ha estado en manos de militantes del partido de gobierno. Esa intervención crea un ambiente negativo hacia el Congreso y los parlamentarios, contribuyendo a deteriorar mas la imagen del Parlamento ante la opinión pública.

En suma, flaco favor a la democracia. Por lo tanto sería conveniente que el presidente García, hablara menos y actuara más, en lo que realmente interesa al país para generar mas empleo y la lucha contra la pobreza.

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