Una congresista de Florida le ha colgado dos veces el teléfono al presidente electo de Estados Unidos, Barak Obama, al pensar que se trataba de alguien que le estaba gastando una broma.

Ileana Ros-Lehtinen, legisladora republicana, se encontraba trabajando en su distrito, en el sur del estado de Florida, cuando recibió una llamada en su teléfono móvil desde Chicago y un ayudante le informó de que Obama deseaba hablar con ella.

Barack Obama al teléfonoREUTERS /J ason Reed

Un hombre que tenía una voz como Obama se presentó como el presidente electo y en ese momento la congresista lo interrumpió para decir "lo lamento, pero creo que esto es una broma de una de las emisoras de radio del sur de Florida conocidas por hacer estas travesuras" y colgó.

Su teléfono volvió a sonar momentos después y esta vez se trataba del nuevo jefe de gabinete de Obama, el congresista Rahm Emmanuel, quien dijo a la legisladora cubano-americana que no podía creer que le colgara el teléfono al presidente electo de Estados Unidos.

A lo que Ros-Lehtinen respondió que ella no consideró que la llamada era legítima y también le cortó la comunicación a Emmanuel.

Obama se lo toma con humor

Luego un empleado de la congresista le informó de que el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EEUU, Howard Berman, necesitaba hablar con ella urgentemente.

Berman le dijo que Obama quería conversar con ella y la legisladora instó a su colega a contar una historia que solo ambos conocían para asegurarse de que no se trataba de una broma.

Después recibió otra llamada de Obama quien le manifestó que "es muy divertido que usted me colgara dos veces (el teléfono)".

La congresista se excusó diciendo que en el sur de Florida algunas emisoras de radio jugaban ese tipo de bromas y Obama afirmó que algo similar sucedía en Chicago.

Obama quería hablar con ella por ser la líder de los republicanos en el Comité de Asuntos Exteriores del Congreso estadounidense, ha dicho a Efe un portavoz de la congresista.

Ros-Lehtinen pecó de exceso de celo porque, probablemente, se acordaba de lo que le sucedió a Sarah Palin, que cofundió a un humorista con el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

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