A un paso de la transfusión de sangre sin donante
Un equipo crea glóbulos rojos similares a los humanos en un laboratorio
Son rojos y pequeños, como los humanos, y capaces de transportar oxígeno, igual que los glóbulos rojos de nuestro organismo. Un equipo de investigadores de California ha conseguido crear en el laboratorio hematíes a partir de células madre embrionarias. Aunque todavía no hay una maquinaria lista para fabricar en serie unidades para ser transfundidas a personas, este trabajo acerca mucho más la posibilidad de, en un futuro cercano, poder contar con un repuesto sanguíneo en cualquier momento.
Dirigido por el prestigioso científico Robert Lanza, un grupo de investigadores de la empresa Advanced Cell Tecnologies, junto con la participación de la Universidad de Chicago y de la clínica Mayo (las tres en EEUU), ha dado a conocer su logro más reciente: glóbulos rojos de laboratorio similares a los humanos.
Desde 2001 han sido varios los grupos de científicos que han conseguido obtener hematíes (también conocidos como glóbulos rojos o eritrocitos) a partir de células madre embrionarias, sin embargo, no se había alcanzado ningún método tan refinado como el que ahora publica la revista 'Blood'.
Los investigadores utilizaron cuatro líneas de células madre embrionarias y un procedimiento, de cuatro etapas, con lo que generaron eritrocitos y los expandieron. Lo peculiar de su método es que, con el último paso, los científicos han conseguido eliminar el núcleo de los hematíes obtenidos, algo que hasta el momento no habían logrado ningún otro equipo. De esta manera, se evita que las células obtenidas se puedan dividir y puedan llegar a ser cancerosas.
Posteriormente, y tras someter a los glóbulos rojos a diferentes pruebas, se comprobó por un lado que eran capaces de transportar oxígeno, función principal de estos componentes de la sangre, y que además podían obtener un número importante de estas células. Según reconoce a elmundo.es Robert Lanza, "por cada 500 células madre embrionarias podríamos tener unos cinco millones de eritrocitos", es decir, la cantidad habitual que cada individuo tiene por cada mililitro de sangre. En este trabajo, se llegaron a producir 100.000 millones de hematíes.
Buscando un repuesto al 'donante' universal
Lanza y su equipo comprobaron que los glóbulos rojos obtenidos portaban diferentes antígenos, que son los que definen el grupo sanguíneo, en función de la línea de células madre de donde procediera cada hematíe. Así, los análisis mostraron que algunos tenían el antígeno A y otros el B, pero no hubo ninguno con el antígeno 0 negativo, el considerado donante universal. La explicación es que en Estados Unidos está limitada la investigación con células madre embrionarias y sólo se puede trabajar con unas pocas líneas, y ninguna procede de un embrión con un grupo 0 negativo. Sin embargo, casi con toda seguridad en otros países sí existan líneas celulares con esta característica.
A esta 'limitación' momentánea, hay que sumar alguna más antes de poder pensar en un sustituto al donante humano de sangre. Las reticencias éticas sobre el uso de embriones sería una de ellas. Esta barrera pretende derribarla Lanza con el empleo de las células reprogramadas obtenidas a partir de la piel de personas. De hecho ya ha confirmado que en los siguientes trabajos las utilizará.
Otro aspecto que no ha quedado solventado en este trabajo es el empleo de factores de crecimiento de origen animal para obtener los hematíes. Esto sería un impedimento para su uso en humanos, según vienen afirmando distintos expertos en células madre.
Sin embargo, este científico no considera que exista ningún problema si se emplean eritrocitos creados en cultivo con productos animales. "La FDA no tiene ningún problema con esto mientras sigas las directrices marcadas internacionalmente y muestres que el producto final es seguro y no contiene patógenos". Aunque en el experimento de Robert Lanza se han utilizado tanto componentes de ratón como de origen humano, estos últimos eran bastante menos eficaces a la hora de producir glóbulos rojos.
Al contrario de preocuparse por estos detalles, este científico se muestra entusiasmado de lo obtenido. "Con esta tecnología se tiene una red de seguridad y se podría pedir sangre de reserva cuando las provisiones comiencen a escasear, de tal forma que nunca se produzca una crisis médica. Desde luego, otra ventaja consiste en que pueden generar células en condiciones libres de patógenos libres. Así, no habrá que preocuparse de la hepatitis, el sida y otras enfermedades infecciosas", sentencia Lanza.
Vínculo
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