Que “lindos” otorongos
Es realmente asqueroso lo que los peruanos pudimos apreciar el domingo pasado en el programa Cuarto Poder de América Televisión, donde para contribuir a desdibujar más la pobre imagen del Congreso Nacional, dos congresistas desnudaban su catadura moral con acusaciones mutuas que nos hacen recordar a la época fujimontesinista, donde era práctica habitual las grabaciones subrepticias con fines de chantaje y la compra de voluntades.
Las vergonzosas acusaciones entre los congresistas Carlos Torres Caro y Gustavo Espinoza Soto, dos tránsfugas que llegaron al congreso dentro de las filas del humalismo, y luego abandonaron a esa agrupación política acusando a su líder Ollanta Humala de actos corruptos, contribuye a desprestigiar mas al Congreso de la República.
Como antecedentes negativos de los citados congresistas, recordamos que Torres Caro grabó a colegas en viaje de servicios al Brasil y luego filtró el vídeo para causar la sensación de que los parlamentarios Velásquez Quesquen del Apra y Vega Antonio de UPP estuvieron en francachelas.
Torres Caro fue sancionado y suspendido del congreso. A su correligionario (hasta hace poco, en que rompieron palitos), Gustavo Espinoza, lo recordamos como el sujeto que acusó sin pruebas e irresponsablemente al ex presidente Alejandro Toledo, de violación en una "orgía de sexo, alcohol y drogas"; no reparando que si trataba de una orgía no podía haber violación, por lo que después varió su descabellada acusación a “intento de violación”.
Traemos a colación los antecedentes de estos “angelitos” mal llamados padres de la patria, para entender el porqué del desprestigio de este Congreso. A pesar de todo, en la legislatura pasada, el Apra, urgido de votos para continuar con la presidencia del Congreso, le ofreció una vicepresidencia a Torres Caro, en una clara demostración de que para seguir detentando el poder, la ética es lo de menos. Desde esa estratégica posición, al parecer por la grabación de su ex correlegionario, Torres Caro se dedicaba a hacer lobbies, si tenemos en cuenta lo que dice el empresario argentino Sergio Cayrús Silva, quien desconociendo que era grabado, afirmaba que Torres Caro le ofreció tramitar una audiencia con el presidente Alan García a cambio de US$ 10 mil, ya que según decía “el Apra le debía la vida” en alusión a que gracias a sus servicios, el “cabezón” Gonzales Posadas había logrado la presidencia del Parlamento.
De acuerdo a la misma grabación, Torres Caro le descontaría a sus trabajadores para pagarle a su servidor de seguridad, que no puede estar en la planilla del Congreso porqué recibe una pensión por ser jubilado de la Policía Nacional.
Entre los prolegómenos de este entripado, un asesor de Torres había acusado previamente a Espinoza de haberlo mandado a golpear porqué éste había dicho que el Gustavo Espinoza no tenía título universitario como afirmaba en su hoja de vida.
Para terciar en esta cloaca, el candidato aprista a la presidencia del Congreso Velásquez Quesquén también fue grabado con los susodichos tránsfugas humalistas, tratando de amistarlos y a la vez asegurarse sus votos. En esta reunión ha quedado grabada el siguiente diálogo para los posteridad entre Espinoza quien le dice a Torres que “Hay que pensar en el país” a lo que el otro responde “No, no, aquí el bienestar de nosotros pŕimero. Antes de pensar en el bienestar del país tiene que estar el bienestar tuyo”. diálogo que pinta de cuerpo entero la talla moral de los involucrados y que demuestra en el toma y daca del Congreso, el aprovechamiento personal y el poder es el norte de estos parlamentarios.
La candidatura de Velásquez está seriamente golpeada y bien haría el Apra de salir elegantemente del asunto dejando la presidencia del congreso para una oposición responsable y, porqué no, promover una mesa multipartidaria donde Velásquez podría ocupar una de las vicepresidencias.
Por otra parte los congresistas Torres Caro y Gustavo Espinoza deben ser sancionados y expectorados del Congreso en una labor de profilaxia y limpieza de ese poder del estado, y así tal vez pueda recuperar algo de imagen ante la ciudadanía.
TAGS: Congreso Nacional, Política, APRA, corrupción,Perú
Las vergonzosas acusaciones entre los congresistas Carlos Torres Caro y Gustavo Espinoza Soto, dos tránsfugas que llegaron al congreso dentro de las filas del humalismo, y luego abandonaron a esa agrupación política acusando a su líder Ollanta Humala de actos corruptos, contribuye a desprestigiar mas al Congreso de la República.
Como antecedentes negativos de los citados congresistas, recordamos que Torres Caro grabó a colegas en viaje de servicios al Brasil y luego filtró el vídeo para causar la sensación de que los parlamentarios Velásquez Quesquen del Apra y Vega Antonio de UPP estuvieron en francachelas.
Torres Caro fue sancionado y suspendido del congreso. A su correligionario (hasta hace poco, en que rompieron palitos), Gustavo Espinoza, lo recordamos como el sujeto que acusó sin pruebas e irresponsablemente al ex presidente Alejandro Toledo, de violación en una "orgía de sexo, alcohol y drogas"; no reparando que si trataba de una orgía no podía haber violación, por lo que después varió su descabellada acusación a “intento de violación”.
Traemos a colación los antecedentes de estos “angelitos” mal llamados padres de la patria, para entender el porqué del desprestigio de este Congreso. A pesar de todo, en la legislatura pasada, el Apra, urgido de votos para continuar con la presidencia del Congreso, le ofreció una vicepresidencia a Torres Caro, en una clara demostración de que para seguir detentando el poder, la ética es lo de menos. Desde esa estratégica posición, al parecer por la grabación de su ex correlegionario, Torres Caro se dedicaba a hacer lobbies, si tenemos en cuenta lo que dice el empresario argentino Sergio Cayrús Silva, quien desconociendo que era grabado, afirmaba que Torres Caro le ofreció tramitar una audiencia con el presidente Alan García a cambio de US$ 10 mil, ya que según decía “el Apra le debía la vida” en alusión a que gracias a sus servicios, el “cabezón” Gonzales Posadas había logrado la presidencia del Parlamento.
De acuerdo a la misma grabación, Torres Caro le descontaría a sus trabajadores para pagarle a su servidor de seguridad, que no puede estar en la planilla del Congreso porqué recibe una pensión por ser jubilado de la Policía Nacional.
Entre los prolegómenos de este entripado, un asesor de Torres había acusado previamente a Espinoza de haberlo mandado a golpear porqué éste había dicho que el Gustavo Espinoza no tenía título universitario como afirmaba en su hoja de vida.
Para terciar en esta cloaca, el candidato aprista a la presidencia del Congreso Velásquez Quesquén también fue grabado con los susodichos tránsfugas humalistas, tratando de amistarlos y a la vez asegurarse sus votos. En esta reunión ha quedado grabada el siguiente diálogo para los posteridad entre Espinoza quien le dice a Torres que “Hay que pensar en el país” a lo que el otro responde “No, no, aquí el bienestar de nosotros pŕimero. Antes de pensar en el bienestar del país tiene que estar el bienestar tuyo”. diálogo que pinta de cuerpo entero la talla moral de los involucrados y que demuestra en el toma y daca del Congreso, el aprovechamiento personal y el poder es el norte de estos parlamentarios.
La candidatura de Velásquez está seriamente golpeada y bien haría el Apra de salir elegantemente del asunto dejando la presidencia del congreso para una oposición responsable y, porqué no, promover una mesa multipartidaria donde Velásquez podría ocupar una de las vicepresidencias.
Por otra parte los congresistas Torres Caro y Gustavo Espinoza deben ser sancionados y expectorados del Congreso en una labor de profilaxia y limpieza de ese poder del estado, y así tal vez pueda recuperar algo de imagen ante la ciudadanía.
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Etiquetas: opinión, Perú, Política
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